ideol6gico se introduce en el texto a manera de comentario (31, 45-46, 55, 78), o a traves de la incorporaci6n del discurso director (60, 78), por medio del cual la voz del narrador da paso a otras voces sociales. Como acabo de mencionar, el narrador del Testimonio se caracteriza por su mirada ideol6gicamente consciente. A diferencia del texto de Menchu, donde parte de lo que se narra es un process de toma de conciencia ideol6gica, el testimonio de Montejo esta articulado desde una pespectiva critical, en la que es possible reconocer la presencia constitutiva del discurso cristiano: esta mirada, que manifiesta una simpatia implicita a la guerrilla, se mantiene, sin embargo, claramente des-afiliada de la izquierda, y en condiciones de aportar una vision interpretativa ecuanime de los process de estructuraci6n y funcionamiento del ejercito. Asi, las huellas discursivas del imaginario cat6lico pueden rastrearse a lo largo de todo el texto (28, 38, 43, 46, 48, 51, 69, 70, 83, 85, 94, 96), y constituyen el mundo de la cultural vivida al mismo nivel que elements provenientes de la etnicidad maya, como la importancia de que los restos mortales permanezcan en la tierra de los ancestros (43), la concepci6n del ser human como parte de la naturaleza (49) o el valor oracular de los sueios (87). Este sustrato ideol6gico, que auna sincreticamente constituyentes culturales indigenas y cat6licos, funciona como el marco de referencia mas intimo de la experiencia que Montejo testimonia. Asi, por ejemplo, cuando este interpreta "[e]l hecho de que el helic6ptero se fuera sin llevarnos [como] un milagro. En esos moments segui rezandole a la virgen, agradeciendole sus favors" (43), el discurso cat6lico modeliza la intepretaci6n de los acontecimientos. Por otro lado, Montejo dice ver en suefios a su hijo mayor de siete afios, quien "me desat6 las manos amarradas y me condujo de la mano