1 juez Landis abri los ojos y se en- l era un hombre duro y Joe sin zapatos contr, como casi siempre, en su kson y sus siete Medias Negras lo saban. El oficina. No tena correspondencia juez no pudo alcanzar al hombre porque este sobre su bur. Vaya, la cosa sigue puedo atravesar la puerta, pero el esfuer- tranquila, se dijo a s mismo y bus- zo le hizo perder el aliento. Se sostuvo c en su abrigo aquella pastilla que de picaporte, tom aire y entonces los doctores lo obligaban a tomar. En estos das sinti su presencia. Desde su silla, de finales de noviembre el fro me mata, estamos un hombre vestido tambin con en 1944 y la guerra sigue sin terminar, pens. el uniforme de pelotero y con un Los problemas con las estrellas ausentes por causa bate en la mano, lo observaba de la Segunda Guerra Mundial, los bajos ingresos fijamente. Nunca nos conoci- de las Mayores, los negros ansiosos porjugarjunto mos frente a frente, le dijo. a los blancos y todo el revuelo levantado por las Los ojos de juez amenazaban mujeres en su Liga particular le haban quitado con salir de sus rbitas. Eran el sueo en los ltimos meses, pero el juez demasiadas sorpresas para Landis se saba capaz de afrontar el nuevo una sola maana. Me con- temporal. Lentamente se reclin en su taban que parecas ms fie- asiento y en ese momento lo vio. ro en persona que en las Luca igual a como lo recordaba: vesti- fotos, agreg y por sus la- do impecablemente de blanco y con su bios de pelotero apareci bastn en mano. Saba que estabas por un esbozo de sonrisa. El aqu, digamos que de regreso y no quise ..... ..... ... juez Landis perdi el con- perder la oportunidad, le dijo y el juez trol y comenz a gritar Landis, quizs por primera vez en varios Quin diablos eres? De aos, tuvo miedo. De regreso? De qu dnde has venido? Segur- hablas?, inquiri con tono autoritario. No, clad!. Desde la silla, el juga- no me preguntes, solo vine a verte por los dor se apoy en el bate para viejos tiempos. Te acuerdas?, le pregunt ponerse de pie y con voz tran- el enorme hombre con un evidente rencor quila le replic TranquiIIII e- en su tono de voz. Landis intent incorpo- se Kennesaw Mountain! rarse y apenas pudo decir t no puedes ser Aquel nombre, pronunciado con real; sin embargo, la mano de gigante pa- tal fuerza, tuvo el efecto de cal- reci muy real cuando cay con fuerza sobre mar al juez. Nadie se atreva a la- sus hombros y lo mantuvo en el asiento. marlo as, solo sus ms allegados lntercambiaron miradas. podan pronunciar las palabras que Por la mente de juez pasaron rpidamente lo remontaban a su hogar sureo y a las escenas de juicio, de cmo se las arregl para las historias de su padre quien pele encontrar culpable al hombre por el supuesto cri- en los Ejrcitos de Sur en la Guerra de men de transportar mujeres de un estado a otro, Secesin y perdi una pierna en el lugar de los arreglos posteriores para que vendiera su conocido como Kenesaw Mountain. Con ttulo en La Habana ante Jessie Willard porque el bate en la mano, el pelotero se acerc al sencillamente un negro no poda ser el campen juez y lentamente le espet en el rostro: por M mundo de los pesos pesados y, adems, estar hombres como t, miles de personas como casado con una blanca. Eso nunca se lo iba a per- yo estuvimos fuera de beisbol por dcadas, mitir l, el inflexible juez Landis, a aquel Jack Kenesaw, y sufrimos mucho. Mucho. El tono de Johnson. El hombre solt la mano que aprisiona- su voz se fue elevando y el juez quiso desapare- ba al hombro de juez, mir una vez ms al rostro cer en ese mismo momento. de quien haba sido el causante de su prohibicin El hombre prosigui. Sabes lo que se siente, de por vida de boxeo norteamericano e hizo un Kenesaw, cuando el pblico te abuchea y te grita ltimo esfuerzo por mantenerse ecunime. Dio negro? Tienes alguna idea de cmo nos senti- media vuelta y sali de la habitacin en silencio. mos al dormir en habitaciones separaclas?, inte- Desde su silla giratoria, Landis respir profundo. rrog nuevamente el hombre. Yo estoy seguro Se frot con fuerza los ojos para hacer desaparecer de que no lo sabes y te dir que a pesar de las a la visin. Al abrirlos nuevamente, el susto fue personas que, como t, mantuvieron la lnea de grande. Como si quisieran recordarle, uno tras color qu nombre ms lindo para algo tan feo, otro, los momentos ms complicados de su vida, verdad? Nosotros vencimos, Kenesaw, vencimos all estaba l, con su viejo traje a rayas, y la inscripcin y hoy tenemos muchsimos records en las Mayo- de Chicago White Sox, sobre el pecho. Qu es res, Kenesaw. Lstima que no hayas vivido para esto?, se escandaliz el juez. Si no se marcha, la- verlo. El juez Landis se haba ido aproximando a mar a seguridad, protest. El hombre se qued la puerta. Buscaba escapar de la habitacin, de all. Haba tristeza en su mirada. Saba que ra- aquellos hombres que no cesaban en su acoso y mos culpables, pero su decisin nos destroz la hablaban como si l representara el pasado. l vida, apenas murmur y tambin dio la espalda. estaba vivo y todava tena poder para decidir por Landis se incorpor y a pesar de sus 78 aos encima de todos ellos. cumplidos tuvo la suficiente energa para ir tras Una vez ms quiso traspasar la puerta y llamar a l. Por tu culpa y la de tus siete Medias Negras, los guardias y volver a la normalidad. El inespera- casi perdemos al beisbol, le grit, mientras su do invitado lo intercept. T sabes de dnde mente regresaba a 1921 cuando exigi ser el ni- vengo, Kenesaw? No hubo respuesta. Solo un co Comisionado de las Grandes Ligas y puso en leve temblor. Yo fui el primero, Kenesaw tres y dos a los dueos de los equipos y castig Mountain, y me llaman Jackie Robinson, recuerda con la prohibicin de por vida a aquellos ocho por siempre ese nombre. El juez Landis se enco- hombres que vendieron su alma y la Serie Mun- gi de hombros. El jugador continu, con una dial de 1919. l tena la conciencia limpia, ellos se ltima sorpresa. Dicen que tu vida pasa por de- merecan todo el peso de la justicia y claro que ante de tus ojos, antes de morir, Kenesaw. Tu tiem- bajo su mandato no jugaran ms pelota, un de- po ya ha terminado, juez Landis, le dijo y apunt porte que detestaba, pero al mismo tiempo le pro- con su dedo ndice hacia una foto colgada en la duca una gran satisfaccin contemplar el miedo r pared de la oficina. El juez mir hacia el lugar que que impona su persona a los millonarios dueos le sealaba y con horror contempl la enorme de los equipos y la forma recurrente que tena la foto. Su foto. Debajo una inscripcin: Kennesaw prensa de apodarlo el tirano de beisbol. l reciba Mountain Landis. Noviembre, 1866-noviembre, con placer esos ataques, sencillamente porque 1944. Jackie Robinson se desvaneci. El juez Landis estaba acostumbrado a ellos, desde la etapa en qued finalmente solo y entonces comprendi. que se gradu de la escuela de leyes de Evanston En la cama de hospital, donde permaneca y el presidente Theodore Roosvelt (bendito seas Primer premio desde haca semanas, vctima de un cncer ter- Teddy!) lo puso de fiscal en aquel distrito de Chicago del concurso deportivo minaL los familiares apretaron por ltima vez y como se las ingeni para condenar por es- la mano del juez. pionaje a aquellos malditos lderes de parti- Jos Gonzlez Barros 2oo9 Tomado del sitio digital Habana Radio. dos social as. 51