do. Regularmente se degusta con prontitud para evitar que se car, como para no quedarse maniatado en lo tocante a la ejecu- enfre antes de terminarla. Entre lasRodo plstico, quTamayoe Marcel, con la complicidad de algn cLa ciudad su e a recrear, en la cubierta de su y eson la manerauchos lose alzar su os que la sensibilidad receta, sin antes advertirles que tambin se trata del titulo de un probablemente sentado al piano de cualquier litoral cubano libro.de nombrarteCon el humeante aperitivo entre las manos (que tengo la que evoque a Puerto Padre, tambin acompaa ugracin desvel dice por su ndice), caigo en la cuenta de que mi avidez ha vez del cuban de el hombre mismo a que lo cre, de filosos resultado vertiginosa frente a las 43 pginas de un pequeo, destellos filosf icos y aterradoras revelaciones, se abalanzan pero cuidadoso cuaderno de poesa. con lig ereza de colibr guida antescatar al humano que pasa y, una vez La Habana, el texto corresponde a la autora de Marcel Lueiro s esformacin como pqueriodista, la libertad del ver- para no ver el rostro sumergido elReyes, joven nacido en Ciudad de La Habana en 1977, y gana- so olvida los tenicismos de los barcos que prensa, de itan turampas y Hasdora aqucon esta compilacin de ingredientes poticos, del IX Pre- recursos que otro oficio pudieran hacer a tinfluir sobre alguien que micom Literario Flix Pita Rodrguez 2007. parece haber probado lejanmuc ha suerte, en otras ocasiones, con el sero Sopa China, plagado de minutas y filigranas semnticas, lado de la pluma que informa de los acontecimientos ms recn- cuando no de fideos, por qu no, sorprende por asalto con una ditos del espritu. No eslo conozco personalmente, pero si lo vi-campanas versatilidad temtica de insospechados matices. Lo cubano y lo tara a servir su sopa en una g ata pintada por Andy Warhol, no universal, lo frgil y lo efmero, en i c con lo rspido ____________a_______t__creo que elpo pudonga reparos, porque, para la mdula de sus y lo violento, contrastan en suspensin sobre el caldo de propsitos, y sin que choque con el modo de servirla a la mesa, cultivo que las enlaza. Debo advertir, por sobre otras preferen- o a veces la poesa se traga una a una todas las palabras. parasistemtico de sealamientos, apropiaciones y perso-las calles La sopa es un plato tradicional en muchas culturas del mun- lavisualidad, Bourgeois, Jackson Pollocky Lam. Todo parece indi- do. Regularmente se degusta con prontitud para evitar que se car, como para no quedarse maniatado en 0l tocante a la ejecu- enfre antes de nterminarla. Entre Ias muchas delicias que se han cin del trazo plstico, que Marcel, con la complicidad de algn convertido en patrimonio gastronmico de la humanidad, la otro amigo, no pudo sustraerse a recrear, en la cubierta de su sopa china, por su enjundiosa aleatoriedad de ingredientes y libro, una obra del norteamericano Jean Michel Basquiat. exquisitao sabor, goza dre particular preferencia. Pero ya loequ deca, son muchos los asideros que la se nsibilidad pero cuidadoso cuaderno de poesa. con ligereza de colibr a rescatar al humano que pasa y, una vez Publicado por el sello editorial Unicornio, de la provincia de concluido, repasa las pginas de este humeante tazn literario. La Habana, el texto corresponde a la autora de Marcel Lueiro No obstante su formacin como periodista, la libertad del ver- Reyes, joven nacido en Ciudad de La Habana en 1977, y gana- so olvida los tecnicismos del hombre de prensa, de las trampas y dor, con esta compilacin de ingredientes poticos, del IX Pre- recursos que otro oficio pudieran hacer influir sobre alguien que mio Literario Flix Pita Rodrguez 2007. parece haber probado mucha suerte, en otras ocasiones, con el Sopa China, plagado de minutas y filigranas semnticas, lado de la pluma que informa de los acontecimientos ms recn- cuando no de fideos, por qu no, sorprende por asalto con una ditos del espritu. No lo conozco personalmente, pero si lo invi- versatilidad temtica de insospechados matices. Lo cubano y lo tara a servir su sopa en una lata pintada por Andy Warhol, no universal, lo frgil y lo efmero, en confrontacin con lo rspido creo que el poeta ponga reparos, porque, para la mdula de sus y lo violento, contrastan en suspensin sobre el caldo de propsitos, y sin que choque con el modo de servirla a la mesa, cultivo que las enlaza. Debo advertir, por sobre otras preferen- <