PAGE 1 ISSN0864-0572Precio:80ctvoswww.almamater.cuEnero2009No.471 PAGE 2 Por Hilario Rosete Silva Hilario Rosete Silva Hilario Rosete Silva Hilario Rosete Silva Hilario Rosete Silva La La La La La prensa prensa prensa prensa prensa Fui jefe de redaccin en el Canal 12, Telecolor S.A., la primera emisora de televisin en colores que hubo en Cuba, uno de los primeros medios que dio la noticia de la fuga de Fulgencio Batista, —cay en mientes Lisandro Otero, narrador de narradores en la literatura cubana de la segunda mitad del siglo XX. De l siempre pensamos que, fallecido el 3 de enero de 2008, a los 75 aos, nunca aprendi a rer como un adulto. Era ocasin de confirmarlo: el Premio Nacional de Literatura 2002 y presidente de la Academia Cubana de la Lengua desde 2004, haba sido invitado, en calidad de conferenciante, al Taller sobre Periodismo Literario donde asistamos como alumnos; la charla discurra el 15 de agosto de 2007 en el Instituto Internacional de Periodismo Jos Mart; el autor de la Triloga Cubana ( La situacin, En ciudad semejante y El rbol de la vida ), evocaba una de sus grandes experiencias, la vivida en el antiguo Canal 12. Desde los estudios del referido canal, Cuba haba sido el segundo pas en transmitir la seal de televisin en colores (24 de febrero de 1958). Todo eso y ms nos contaba quien recibiera, en 1963, el Premio Casa de las Amricas por la primera obra de su triloga. Quin iba a imaginar que 141 das despus de aquella charla entrara en la eternidad, y que ya nunca ms vendra a rerse con su risa de nio.1959... ...los extremosLa censura La censura La censura La censura La censura En las primeras horas del 1ro de enero del 59 — sigui Lisandro deleitndonos con sus ancdotas—, sobre las dos y media o tres de la madrugada, Enrique de la Osa, jefe de la seccin En Cuba de la revista Bohemia, me llam por telfono a mi casa. Oye!, Batista se fue, me dijo. T ests seguro de lo que me ests diciendo?, le repliqu; y sin mucha demora sal para los estudios. Hacia 1959 el Canal 12 radicaba en el Habana-Hilton, hoy Habana Libre; el plan de la emisora comprenda la transmisin de 20 horas diarias, con una programacin sobre todo informativa; el empresario Gaspar Pumarejo, apareca como dueo del canal, cuando el propietario era Batista; siete aos y cuatro meses antes, Pumarejo haba sido el patrono del Canal 4, de Unin Radio TV, con estudios en Mazn y San Miguel, a ellos le debemos la primera emisin cubana de televisin (24 de octubre de 1950). Pronto tuvimos la seal en el aire, pero permanecamos callados —explic quien tambin escribi Pasin de Urbino , Temporada de ngeles y Bolero . Como a las siete menos tanto de la maana, lleg Jules Dubois,1 a quien yo conoca desde mi etapa de la clandestinidad. El “tema” an es tab, no podemos sacarlo, convenimos; y pasamos a conversar, con cierta audacia, frente a las cmaras, sobre la situacin poltica del pas: ese fue el primer asunto que abordamos. El reportero El reportero El reportero El reportero El reportero Sin embargo, ya tenamos conectados los monitores del resto de los canales: el 6, de CMQ; el 2, de Telemundo, etctera —exacerb nuestra curiosidad quien, toda vez graduado de Fi losofa y Letras (1953) y de Periodismo (1954) por la Universidad de La Habana, complet sus estudios en La Sorbona francesa (1956). Y de pronto, pasadas las siete de la maana, alguien solt una voz, oye!, (Carlos) Lechuga est dando la noticia en “El Mundo en Televisin”, porque Lechuga era del Canal 2; ah!, pues si l la dio, la damos nosotros; y salimos con la informacin por el Canal 12. El Mundo en Televisin era una revista informativa, en vivo, que ya tena el Canal 2 (Telemundo); fue el primer espacio de su tipo de habla hispana; lo diriga Carlos Lechuga; sala al aire entre las 7 y las 9 de la maana y tena otra emisin, ms corta, al medioda. Lechuga tambin habra sido el primer reportero que se hizo eco del llamado de Fidel a la huelga. En The winds of december: The Cuban Revolution, 1958 [ Los nortes de diciembre: La Revolucin Cubana, 1958 (Londres, 1980)], los periodistas y autores John Dorschner y Roberto Fabricio narran cmo el pueblo se lanz a las calles cuando Lechuga anunci en televisin la huida de Batista, hizo una cida denuncia de la dictadura, y calific a su cabecilla como un asesino y un tirano. La noticia La noticia La noticia La noticia La noticia Hasta ese momento slo se haba dicho que, tras la renuncia de Batista, se haba reunido en la Ciudad Militar de Columbia la junta cvico-militar —subray Lisandro, autor de una serie de crnicas sobre la lucha de los argelinos publicada en Bohemia, premio Juan G. Gmez 1958, y de Cuba: Z.D.A ., grupo de reportajes sobre la reforma agraria, xito editorial de 1960. A las 10:00 AM, ya no se caba en las calles; en los alrededores del HabanaHilton se congreg un pueblo; as transcurri el primer da del ao 59; a m se me apareci en los estudios, tan pronto como subi la maana, Chini Mendoza, un contratista amigo de Ba tista que haba cerrado mu chos negocios con l; haba amanecido en el cabaret del hotel, esperado el ao nuevo; vena en smoking: Usted est diciendo que el general Batista se march del pas? De ah sali directo a buscar el ferry o el avin, no s bien; hubo muchos con dinero en la mano comprando pasajes sin importarles el destino; les daba lo mismo que la nave saliera para Europa, Panam o Miami; era gente comprometida. Les cuento todo esto para que se hagan una idea de las circunstancias que rodean una noticia importante, de esas que pueden cambiarle y de hecho le cambian la vida a cualquiera.1 Jules Dubois, Oficial de la inteligencia estadounidense; estuvo entre los capitanes de la operacin que, en 1950, convirti a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), creada en La Habana en 1943, en filial de la CIA; a partir de 1951 presidi la Comisin de Libertad de Prensa e Informacin de la SIP; se hizo presente en La Habana de 1959; ya en ese mismo ao, la junta del Colegio Nacional de Periodistas lo denunci como reportero norteamericano y oficial de la CIA. En mayo, en carta abierta al director de Bohemia, el Che lo califica de miserable gngster. En septiembre, Fidel lo acusa de dirigir una campaa de calumnias contra la Revolucin. Fue hallado muerto en agosto de 1966 en un hotel de Bogot, Colombia. El edificio de la nueva sede de la SIP en Miami (agosto de 2000) lleva su nombre. A50aosdeRevolucin, yenelprimeraniversario delamuerte deLisandroOtero El gran propulsor PAGE 3 s El currculum de Juan Valds Paz (La Habana, 1938) resulta difcil para el calificador de cargos. Es socilogo y politlogo, habla como historiador y filsofo y en una esquina de La Habana regala una conferencia sobre poesa. Es profesor titular, investigador y autor de libros y ensayos sobre sociologa rural, ciencias polticas y transicin socialista. No obstante, con perdn de las normas al uso, para revelar el criterio que me coloca en la urgencia de solicitar su palabra no queda otra opcin que ser categrico Valds Paz es uno de los investigadores ms rigurosos de las ciencias sociales cubanas, lector actualizado, maestro incansable, es un marxista cubano con el que Marx, Lenin y Gramsci habran querido conversar. Su vida es la biografa de la intelectualidad orgnica del proceso revolucionario. Su lucidez nos quita el sueo y nos devuelve la esperanza. Juan es un hombre sincero y para los cientficos sociales que nacieron con la Revolucin, una voz imprescindible.El triunfo revolucionario de 1959 signific un desafo para el pensamiento social cubano y su apertura a un nuevo paradigma de apropiacin espiritual de la realidad. Cmo vivenci desde su juventud, la emergencia en Cuba del marxismo como concepcin del mundo? Uno de los rasgos que acompaan a la Revolucin Cubana, incluso antes de su triunfo, es el carcter marcadamente juvenil de su liderazgo y participantes. Se trata de una Revolucin acometida por un contingente muy joven. Uno de los de mayor edad era Fidel y apenas tena 33 aos. Ese protagonismo juvenil propici la ruptura con la clase poltica tradicional, con las formas de convivencias de la sociedad cubana anterior y facilita, con el espritu iconoclasta que acompaa a la juventud, el proceso radical de reformas que se abre en el 59. Este dato demo-sociolgico se pone a favor de una voluntad de poltica de cambio y refundacin del pas, ejercida con mucha ms pasin que experiencia y sabidura. Bajo el impacto de los cambios revolucionarios, la lucha ideolgica y de clases que se desencadena y la estrategia de los EE. UU. de vaciar a la sociedad cubana de su capacidad gerencial, se produce una emigracin masiva. En el perodo que transcurre de 1960 a 1963 abandonan el pas casi medio milln de personas; concurren los batistianos y la alta burguesa, pero la mayora pertenece a la clase media y profesionales que eran los portadores de la competencia administrativa. De forma expedita y osada, ese vaco fue cubierto por jvenes. Hablar en primera persona es delicado, pero te voy a citar mi propia ancdota para ejemplificar mejor la situacin. Con 20 aos, habanero y maestro, sin haber visto nunca un central azucarero, tuve el privilegio de intervenir y administrar uno desde octubre de 1960. Esa forzada irrupcin a puestos de direccin, administrativos y polticos, de personas que no rebasaban los 25 aos es un rasgo distintivo de este perodo. Sin embargo, con el paso del tiempo, esa generacin va a envejecer en esas funciones, y lo que en un principio favoreci un proceso acelerado de renovacin generacional va a tornarse despus causa de su lentificacin. Se entr muy joven a los cargos de direccin y por tanto su reemplazo se hara demorado. Este fenmeno no ha sido suficientemente estudiado. Con todo, ese rasgo juvenil favoreci las condiciones para el aprendizaje; una generacin de ms edad estara fijada a determinadas creencias, ideologas y corrientes de pensamiento. Por el contrario, la mayor parte de los jvenes que hicieron la Revolucin, ms all de los valores exigidos por la lucha insurreccional, carecan de un marco ideolgico-terico donde ubicar su nueva prctica social y poltica. Esa relativa virginidad ideolgica facilit nuestro encuentro con el marxismo. El marxismo aport una concepcin holstica de la realidad, un saber comprehensivo del proceso en curso y un legado de propuestas anticapitalistas. Nos proporcionaba herramientas para orientarnos y proyectar nuestros deseos de cambio de la sociedad heredada. Con l desafibamos la usanza de un pensamiento liberal que no aluda a la lucha de clases ni a la explotacin ni al dominio imperialista y, por tanto, no daba cuenta del proceso de cambios en el que estbamos inmersos y con el cual la voluntad poltica de la Revolucin se comprometa cada vez ms. Sin embargo, por marxismo podemos entender cosas muy diferentes: desde el cuerpo terico e ideolgico de sus fundadores hasta el conjunto de seguidores que interpretan, revisan y se desvan, por diferentes motivos, de las fuentes originarias dando lugar a la tradicin marxista, a saber, la diseminacin e historia de sus dismiles corrientes. A la postre, el marxismo es un acervo cultural e histrico muy amplio, donde siempre hacemos una escogencia poltica. A pesar de los desaciertos que en materia de polticas culturales acaecieron en los 60, no es menos cierto que subsiste cierta aoranza por los debates que durante aquellos aos, de manera pblica, se suscitaban entre diferentes corrientes de pensamiento cientfico, artstico, poltico y econmico. Qu caractersticas tenan esos debates que marcan diferencias con los actuales? Lo significativo de aquellos debates fue la participacin, sea como protagonistas o en apoyo a una u otra posicin, de personalidades y miembros de la vanguardia poltica. Caracterstica que no volver a repetirse, o al menos no volver a ser pblicamente visible. Las generaciones que acceden a la produccin intelectual en la dcada del 70 van a encontrar una heterodoxia muy debilitada y una ortodoxia rampante. En cambio, los que se forman en los 80 van a descubrir que all (en la URSS) la heterodoxia ha guiado un proceso (perestroika) que termin por abandonar el marxismo y al socialismo. Aqu, en cambio, la heterodoxia cubana ser la llamada a rectificar el camino revolucionario torcido por el modelo esteeuropeo. En los 90, puesto que la casa matriz del sovietismo dej de existir, los acontecimientos imponen una heterodoxia vivificada por el pensamiento martiano. Hoy el marxismo de corte sovitico posee escasa autoridad intelectual, pero persiste como actitud latente. Condicin cultural favorecida por la carencia de fuentes bibliogrficas, la falta de apertura y de debates, as como la disposicin acadmica, en tanto ella fue el marco terico en la que fueron instruidas al menos dos generaciones. Ahora bien, no intento decir que toda heterodoxia sea buena en s misma, de hecho hay actitudes y corrientes heterodoxas no revolucionarias. Luego, es imprescindible tanto la crtica como la autocrtica a la heterodoxia propia. La importancia del debate reside en que nos permite analizar y discutirlo todo. Si algo hay que sustentar con firmeza es que todo debe ser sometido al libre examen. All donde la indagacin crtica se somete a constricciones los discursos cientficos, filosficos y estticos, terminarn por desconectarse de la realidad y devenir intiles o perjudiciales. No tengo dudas de que el pensamiento del Che, las herejas de Fidel, el marxismo revolucionario promovido por el Departamento de Filosofa de la Universidad de La Habana y su revista Pensamiento Crtico, son fuentes inspiradoras. Asimismo, puede ser til escuchar a los que desde el espacio intelectual vivimos aquella etapa y tenemos una experiencia acumulada, pero lo que se les impone a los jvenes actuales es, sobre todo, crear. Los jvenes intelectuales y cientficos sociales no pueden ser meros epgonos de una generacin anterior. Es imperativo que asuman que hay una revolucin tecnolgica, una eclosin cultural y, fundamentalmente un pas y un mundo distinto y cambiante que obliga a re-crear nuevas formas de apropiacin y respuestas tanto para los desafos de la Revolucin como para el dominio global de la cultura burguesa, de la que vale decir que nunca fue tan poderosa como hoy. Qu actitud, preparacin y disposicin deben asumir los jvenes cubanos que ejercen en los diversos campos de las ciencias sociales y humanas? Es indispensable reconocer que con cualquier edad es posible producir una obra importante. La posibilidad de acceder a un conocimiento certero no es patrimonio exclusivo de ninguna edad y, por tanto, todas las voces deben ser escuchadas. Por otra parte, las instituciones para reproducirse estn obligadas a renovar su recurso humano. Lo cual es vlido no solo para el sector de la cultura, sino para todas las esferas de produccin social. Si observamos la prctica cientfica institucionalizada, lo substancial sera identificar cmo se garantizan condiciones de paridad para la produccin y socializacin del saber para todos los grupos etreos. Ahora bien, si lo que me pides es cmo promover en los jvenes valores para el ejercicio intelectual dira que lo primero es vencer la tentacin dogmtica, esto es, conservar siempre la capacidad de dudar de todo como condicin necesaria de su superacin. Segundo, que el conocimiento implica observar, estudiar, investigar y debatir, en un esfuerzo intelectual sostenido. En cualquier rama hay ms realidad, informacin y opiniones que la que nuestro tiempo vital nos dejar confrontar, pero estar lo ms informado posible es una condicin necesaria. Tercero, un joven que aspire a desentraar la realidad en la que vive debe asumir su incidencia activa en la problemtica social como parte de su formacin. Participar en el debate cultural y poltico que lo circunda, lejos de ser lujo o aadidura, es su deber como intelectual y ciudadano. Por ltimo, afirmara como actitud que informa todos esos valores el irrestricto respeto a la verdad. Ella es un valor humano supremo y por tanto revolucionario, que no puede ser coaptado ni subordinado a ninguna autoridad o circunstancia. El joven intelectual que pretenda superar la propensin a ser un “hombre mediocre”, debe asumir desde muy temprano una actitud inconforme hacia todas las medias verdades establecidas y el compromiso para “cambiar todo lo que debe ser cambiado”.Alma Mater Alma Mater Alma Mater Alma Mater Alma Mater publica fragmentos de esta entrevista que fuera realizada originalmente para la revista Ddalo, de la Asociacin Hermanos Saz (AHS).cincuenta eneros... Por Hiram Hernndez Castro Hiram Hernndez Castro Hiram Hernndez Castro Hiram Hernndez Castro Hiram Hernndez CastroEntrevista a Juan Valds Paz PAGE 4 M M M M Mis mayores siempre hablaban de octubre como el mes de las angustias: desaparicin de Camilo, el cicln Flora, la muerte del Che; luego corroborara el aserto con mi propia visin cuando en el dcimo mes de 1976 una bomba terrorista derribara en pleno vuelo un avin cubano repleto de jvenes ms o menos de mi edad. Sin embargo, de todos los octubres, el del ao 62 fue el ms inquietante y no solo para los cubanos: el mundo estuvo al borde de la tercera guerra mundial, en medio de la llamada Crisis de los Misiles.El 27 octubre de 2008 un portavoz militar ruso, declaraba que una delegacin ira a Cuba entre otras muchas cosas a examinar el estado de los medios de combate, formular recomendaciones para reparar los equipos de baja y aclarar suministros de las piezas de repuesto. La noticia pareci delirante a unos cuantos pues solo siete aos antes —tambin en octubre, 2001— Rusia, sin previo aviso, cort su ltimo nexo militar con Cuba, cerrando de un plumazo1 uno de los santuarios de la inteligencia sovitica: el Centro de Exploracin Radioelectrnica, conocido como la Base de Lourdes. Montada como respuesta rusa a la Guerra Fra, y poco despus de solucionarse tibiamente la llamada crisis de los misiles. Poda recoger seales electrnicas a mil millas de distancia, y proporcionaba el 75 por ciento de las informaciones estratgicas militares . . . . . Llevrsela de Cuba fue un golpe para la Isla. Tanto como la retirada de los cohetes 39 aos antes; pero ahora Fidel reinterpretaba el hecho y propuso construir en el mismo sitio, con la salida del ltimo militar ruso, la Universidad de Ciencias Informticas (UCI). Hoy como ayer? Hoy como ayer? Hoy como ayer? Hoy como ayer? Hoy como ayer? Ahora, en el mismo octubre en que los rusos intentaban rescatar el terreno perdido2 2 2 2 2 , mora en un asilo de ancianos de Florida el piloto militar Richard Stephen Heyser, teniente coronel retirado, quien tripulando un avin espa U-2, la maana de domingo del 14 de octubre de 1962 tom las primeras fotos de emplazamientos estratgicos soviticos en territorio cubano. Qu hubiera pensado el militar norteamericano ante los vaivenes de la poltica mundial 47 aos despus?Qu pensar Ivn Minovich Guer chenov, oficial a cargo del grupo coheteril antiareo sovitico establecido en el poblado Banes —Holgun—, y que trece das despus del vuelo de Heyser, pronunci la orden que a las diez y diecisiete de la maana de octubre—, derribara el U-2 en que volaba el mayor norteamericano Rudolf Anderson? 3. Qu hubiera pensado el mismo Anderson de haber sobrevivido? Sin embargo, es posible saber lo que piensa el teniente coronel retirado cubano Rubn G. Jimnez Gmez, entonces estudiante de Ingeniera Mecnica. Seis das antes de aquel instante supo, mientras vea una pel cula en el cine La Rampa que el pas entraba en alarma de combate y sali en busca del Batalln Universitario de las Milicias Nacionales Revolucionarias. Desmantelar la base radiolctrica fue una “pendejada” de los rusos —dice—, me sent decepcionado; tanto, como en el 62, cuando vi irse los barcos con los cohetes en la misma cubierta. Aunque enton ces era un universitario impetuoso y ahora es un viejo oficial retirado, Rubn recuerda con nitidez y valora con dureza: la Base de Lourdes, en mi opinin, hubiera sido instalada con crisis o sin ella, porque iba a haber guerra fra de todos modos, guerra que no ha acabado. Llevarse los cohetes sin presionar a los norteamericanos fue una debilidad que hubiera evitado muchas cosas. 10 10 10 10 10 La vida de Rubn cambiara en un giro de 180 grados como le sucedi a muchos cubanos luego de ese octubre. No hubo conflicto interno en m, —advierte este hombre que ha publicado dos libros relaciona dos con su vida militar y prepara otros. Todo lo hice a conciencia, aunque muchas cosas fueron muy difciles en lo personal; venan desde antes de estar aquella tarde de octubre admirando las tetas de Brigit Bardot, en Armas de Mujer, — dice ahora divertido. Rubn tena slo 18 aos, terminado el bachillerato, y haba recibido una beca para estudiar Ingeniera Mecnica. Cuando se interrumpe la pelcula y se anuncia el comunicado, unos cuantos —los que ramos milicianos— salimos del cine, pero otros se quedaron tranquilos y continu la proyeccin, porque constantemente se producan tales movilizaciones. Pero Rubn intuy que se trataba de un asunto ms grave, y lo confirm en 12 y Malecn, pasadas las siete. La beca era un revuelo, sobraba gente —recuerda—, y pedan armar otro batalln. De ah salieron para el entonces Palacio de Cortina, hoy Casa de la FEU, donde radicaba el Batalln Universitario. Recogi el FAL que le tocaba como fusilero de un pelotn. Luego de una concentracin en el Stadium Universitario partieron en camiones, unos para la zona de El Chico; otros para Managua; a l le toc el grupo que fue a abrir trincheras en las lomas del Espern, en el poblado de Caimito del Guayabal. Al llegar omos rumores de que estaban emplazados unos cohetes con poder, llamado “los cabezones”, algo que se haba comentado pero sin certeza. No haba inquietud. Tenamos la conviccin de que si se “formaba”, no habra nada ms despus, pero la mayora andaba alegre, porque por fin, luego de cuatro aos de agresiones impunes, bamos a responder. All pasamos los das de la crisis y la tensin. Tuvimos fro, hambre, no recuerdo haber comido —ni antes ni despus— tanta calabaza hervida con algo de carne enlatada. A nuestras trincheras llegaban soldados soviticos, muy amistosos, jvenes como nosotros, y por seas nos pedan intercambiar cigarros, ron, ropas En las lomas no ha ba nada todava; se preparaba el terreno para los cohetes R-14, que nunca llegaron; si acaso habra un emplazamiento de los famosos Lunas, de corto alcance. Y entonces vino el desenlace. Una vida por delante Una vida por delante Una vida por delante Una vida por delante Una vida por delante Poco despus la agrupacin universitaria fue trasladada hacia la zona de Quiebrahacha, un poco ms all del Mariel, para asegurar la defensa antidesembarco. All vimos los barcos llevarse lo que se supona eran R -12, de alcance medio, y R-14, de alcance intermedio. La desilusin fue enorme, y ms an cuando se hizo pblico que el acuerdo de no agredir a Cuba fue verbal . . . . . Luego lleg el regreso a las aulas, eran tiempos de hacer trabajo voluntario en lo que sera la CUJAE. En marzo las Fuerzas Armadas pidieron voluntarios para prepararse como ingenieros y asimilar el armamento que los soviticos mandaran Mi vida dio otro giro, pero en la decisin tampoco hubo conflicto —asegura Rubn—; lo decid fcil aquel 12 de mayo —da de las madres—, cuando nos convocaron a la antigua Plaza Cadena, hoy Ignacio Agramonte. Salimos en el primer grupo rumbo al llamado 5to distrito, all por Luyan, para una previa de 15 das. Despus nos distribuyeron por varias zonas, algunos por las instalaciones de los FKR-1, alados tierra-tierra, de corto alcance; otros para la fuerza area, para asimilar los MIG 21; varios para las fuerzas radio-tcnicas o para las lanchas coheteras. A m me toc en San Julin, en donde haba cohetes antiareos. Pero el armamento se hizo ms moderno y complicado. Los soviticos los traan a granel y seleccionaron a un grupo para estudiar ingeniera militar en la URSS. Se crey que como ramos universitarios sera ms fcil y lo haramos en tres aos —Rubn lo dice con una carcajada. Conclusin: para terminar la Escuela Superior de Ingeniera Coheteril Antiarea de Minsk necesitamos cuatro dursimos cursos. De los siete nos graduamos seis y tres obtuvimos medalla de oro. All conoc a Gueorgui Alekseeivich Voronkov, el subdirector, quien fue jefe de la divisin antiarea que derrib al U2 de Anderson4 . Rubn fue del primer grupo de ingenieros militares graduados que regres en julio del 68, pero a l lo enviaron directamente para el Instituto Tcnico Militar (ITM) Jos Mart, como Jefe de Ctedra de Tropas Coheteriles Antiarea, eso fue un cubo de agua fra porque yo quera estar no en la docencia, sino en accin incluso me brind para ir a Viet nam; pero no fue hasta el 72 que logr integrarme a la Brigada de Cohetes Antiareo, en Bejucal, justo en la loma donde estuvo la llamada Ciudad de los Nios, del Padre Test, y tambin la jefatura sovitica de la divisin estratgica cuando la crisis. Luego en el 76 Rubn pas al Estado Mayor de la DAAFAR como sustituto del ingeniero principal y en el 87 fue a Angola. Su esposa guarda las cartas que le escribi desde las caravanas. De eso sali un libro: Al Sur de Angola (memoria de un soldado que no combati ). Al regreso, con ms de 25 aos de servicio me jubil. Hago ahora para las FAR traducciones tcnicas del ruso al espaol —de eso vivo, adems de mi retiro— y de vez en vez me dedico a escribir libros, como Octubre de 1962. La Mayor Crisis de la Era Nuclear.1 En julio del 2000, la Cmara de Representantes de EE.UU. aprob un proyecto de ley, sufragado por Ileana Ros-Lehtinen, contra toda idea de suavizar la deuda externa de Rusia si antes no cerraban la Base de Lourdes.2 Un tratado entre Praga y Washington en julio de 2008, result un potente electroshock a la tranquilidad rusa. EE.UU. acord con la Repblica Checa la instalacin de un radar del escudo antimisiles estadounidense alrededor de Rusia.3 Al traslado del cadver de Anderson, desde Holgun hacia Santiago de Cuba, se le llam en broma Operacin Cocacola, cuya doble Por Jorge Sariol Jorge Sariol Jorge Sariol Jorge Sariol Jorge Sariolla crisis de los misilesEVOLUCIONES DE OCTUBREparadoja ya era per se macabra. Para mayor discrecin no usaron ambulancia ni carro fnebre; se hizo en una furgoneta roja con el emblema de la refresquera norteamericana a la que le quedaba poco en Cuba ( Crisis de Octubre: alarma de combate/ pp160).4 Dicen que Guerchenov para disparar los cohetes pidi autorizacin reglamentaria a las instancias superiores, que inclua en la cadena de mando a Voronkov como jefe de la divisin y a Issai Pliev, el jefe mximo de la agrupacin en Cuba. Y este llamara a Mosc. Las ordenanzas indicaban que si se cortaban las comunicaciones, el jefe del grupo coheteril deba decidir. Guerchenov confesara despus que las comunicaciones funcionaban cuando orden destruir... con dos semiprediccin ritmo 10 30-24 pero report en el informe que estaban interruptas. Voronkov —por si acaso— orden redactar una orden de arresto y otra de propuesta para condecorarlo. Harto estbamos ya de tanto descaro, pensara el primero, Interpret el sentir de todos, dijo el segundo. (Octubre de 1962. La Mayor Crisis de la Era Nuclear/ pp 279).los sesenta... la pica PAGE 5 El ajedrez es algo ms que un simple juego, es una diversin intelectual que tiene algo de arte y mucho de ciencia, es, adems un medio de acercamiento social e intelectual Jos Ral CapablancaDespus de escalar el Pico Turquino la persona termina extenuada. Duelen los pies, la cabeza y quizs en ese momento uno solo tiene deseos de continuar sobre la cama, al menos por unas horas ms. Pero era nec esario partir hacia all. Lentamente, la enorme fila de los que en aquel lejano 2003 cursbamos el 3er ao de Periodismo en la Facultad de Comunicacin de la Universidad de La Habana, nos desplazamos por la serpenteante carretera que nos condujo hasta aquella escuela primaria, enclavada entre dos enormes lomas de la Sierra Maestra. La alegra mostrada en el encuentro por los nios, sus cariosas palabras de bienvenida y la hora que compartimos juntos, quedaron como uno de los recuerdos ms memorables de ese viaje. Mientras varios de mis compaeros pintaban o cantaban con ellos, encontr en el fondo de la pequea escuela un tablero de ajedrez, con todas las piezas colocadas en su posicin original. Recuerdo que pregunt quin saba jugar y varios fueron los que levantaron la mano. Jugu una sola partida frente al mismo nio que nos haba recibido con unas sentidas palabras, lejos de cualquier discurso preparado para una ocasin similar. Cmo aprendiste? Le pregunt. Un profesor viene una vez a la semana y nos ensea, me dijo, y como despedida nos dimos la mano. Todava guardo una foto de ese encuentro. Cuentan que fue en la Villa de San Salvador de Bayamo, en 1518, donde se practic el ajedrez por primera vez en Cuba. Durante mucho tiempo en nuestro pas el llamado juego ciencia fue asociado nicamente con una persona: el genial Jos Ral Capablanca, quien desde muy joven maravill a todos y su figura es reconocida como una de las ms sobresalientes de la historia. La situacin del deporte cubano cambi completamente a partir de 1959 y los cambios se vivieron en el ajedrez desde muy temprano. La figura del Che Guevara es imprescindible para comprender los avances que hoy puede mostrar el juego ciencia en Cuba. A pesar de sus diversas y complejas responsabilidades, el Che encontr siempre un tiempo para alentar la prctica del ajedrez. Su apoyo fue fundamental en la creacin, en 1962, del torneo internacional Memorial Capablanca, un evento que ya sobrepasa las cuarenta ediciones. El Che confi plenamente en la capacidad de alterar el panorama del ajedrez nacional y en una frase suya muy citada, expres que en un futuro, no lejano, Cuba contara con varios Grandes Maestros y eso sera obra de la Revolucin. En 1975 Silvino Garca se convirti en el primer cubano en recibir la condicin de Gran Maestro. Casi medio siglo despus de pronunciada la proftica frase del Che, la historia le ha dado la razn: Cuba cuenta con 23 Grandes Maestros residentes en el pas, de ellos cinco son mujeres. Con esas cifras encabeza ampliamente Latinoamrica. Por primera vez despus de Capablanca, ahora podemos enorgullecernos de tener a un jugador entre los mejores del mundo. A sus 25 aos, Leinier Domnguez se ha ganado el respeto de la amplia comunidad ajedrecstica y la lista de sus triunfos es cada vez ms extensa. Ms all de los excelentes resultados obtenidos por una generacin de jvenes ajedrecistas como Leinier, Lzaro Bruzn, Yuniesky Quesada, Holden Hernndez, Fidel Corrales, por solo citar a algunos por debajo de los 30 aos —aunque sera injusto no recordar a otros que en su juventud tambin brillaron como el desaparecido Guillermo Garca o Jess Nogueiras y Walter Arencibia— el ajedrez en Cuba ha llegado hasta los ms recnditos lugares y hoy puede considerarse como uno de los deportes de mayor masividad en el pas. Desde 1989 existe el programa de Ajedrez en las escuelas y los diversos cursos impartidos en Universidad para Todos han permitido que las personas se aproximen ms al tablero de las 64 casillas. Las dos gigantescas simultneas desarrolladas en 2002 y 2004, en la Plaza de la Revolucin y la Plaza Che Guevara, en Santa Clara, concentraron a decenas de miles de practicantes del juego ciencia. Mientras Leinier Domnguez y otros tantos jvenes continan ocupando espacios prominentes dentro del competitivo universo ajedrecstico, el tablero de la escuela en la montaa sigue all y tambin diseminado por miles de centros docentes en cualquier punto de la geografa cubana. Si llevramos ese tablero a una dimensin simblica, diramos entonces que sobrepasa ya el medio siglo de existencia. Cada minuto empleado en descifrar las combinaciones a seguir para no perder el rumbo, la fra inteligencia para no dejarse provocar por el rival y prever los prximos movimientos, lo han fortalecido y aunque la lucha por esos escaques parece no tener fin, aumenta la confianza en que pueda ganar, definitivamente, la partida. Por Miguel Ernesto Gmez Masjun Miguel Ernesto Gmez Masjun Miguel Ernesto Gmez Masjun Miguel Ernesto Gmez Masjun Miguel Ernesto Gmez Masjun cincuenta eneros... PAGE 6 La belleza siempre fue para Alberto Daz Gutirrez (Korda) una obsesin. Mucho antes de tomar la mtica foto del Che, ya haba demostrado su maestra detrs de una cmara. Sin pretender la celebridad, tan solo cautivado por la hermosura social de Cuba a partir de 1959, consigui atrapar en fotogramas el garbo de una dama rebelde de nombre Revolucin. Entre la excitacin de los hechos ms heroicos y el protagonismo de los personajes picos y populares de la cotidianidad de la Isla en los sesenta, Korda se las ingeni para inmortalizar el glamour de las cubanas. En su ltima entrevista confes: am la belleza de las mujeres tanto como la belleza de los hombres que dirigan la Revolucin. En franco homenaje, a casi medio siglo, voy tras los pasos del maestro, tambin en busca de las cubanas. Las fotos de Alberto Korda para este homenaje grfico fueron tomadas gracias a la publicacin del libro Korda conocido desconocido , editado en el 2008 por La Fbrica. ayer y hoyPor Kaloian y Alberto Korda Kaloian y Alberto Korda Kaloian y Alberto Korda Kaloian y Alberto Korda Kaloian y Alberto Korda PAGE 7 L L L L Los cubanos nos debemos un monumento, no como los que se edifican en un parque o plaza pblica. Este tendr que recordar las proezas cotidianas de miles de mujeres y hombres que han enlazado su destino al de la Revolucin. Ellos se han movido en rbita con el proyecto colectivo que comenz en enero de 1959. Sus historias personales forman parte de la historia de Cuba, la humanizan y singularizan. Los 90 parecan marcar el fin de las utopas, pero en la Isla esa prediccin no tuvo cabida. La fe en uno mismo, en nosotros, ha hecho milagros. Las tiendas se vaciaron. Los precios subieron y los salarios mantuvieron la inercia de la poca anterior. Los juguetes se rompieron, se acabaron, se cambiaron a vidrieras en otra moneda. Montar bicicleta dej de ser un entretenimiento o un ejercicio para adelgazar. Las libras no sobraban en ningn cuerpo y las distancias se acortaban a fuerza de pedales. La escasez de casi todo puso a prueba el ingenio popular, pero tambin tronch ms de una ilusin: la fiesta de cumpleaos, las vacaciones en un hotel o en otra provincia, la remodelacin de la vivienda, la carrera universitaria... La retribucin econmica invirti la pirmide del reconocimiento social y las vocaciones se asociaron a las ganancias. Claro, no todos renunciaron a su profesin por los vaivenes de la crisis econmica. Era el periodo especial. La direccin del pas convoc a resistir en medio de tantas adversidades, a no renunciar a los sueos compartidos. El Estado emprendi una estrategia de sobrevivencia, pero sin que el giro nos lanzara a la privatizacin, tan de moda en otras geografas. Los enemigos histricos arreciaron su campaa contra Cuba y la solidaridad internacional le puso odos sordos a los propsitos de aislarnos. Cada familia tambin tuvo que aplicar sus propias tcticas para servir la mesa, vestir y calzar, evadir la depresin y el cansancio Se perdieron y reforzaron valores. Entraron en pugna el egosmo y la fraternidad; la constancia y el agotamiento; la doble moral y la honestidad; la irreverencia y el compromiso; la sensibilidad y la indiferencia. La sociedad socialista cubana no fue ms inmaculada. La tensin de los conflictos, las no respuestas, la espera, junto a la unidad, el sentido del buen humor, la creatividad Todas las verdades podan reformulase, comenzar de nuevo. El periodo especial no ha terminado. Para los que seguimos en y con Cuba los aos peores estn en la memoria y se evocan con ancdotas que hacen llorar y rer. Qu especie humana somos los cubanos? Explicarnos puede ser muy difcil y al mismo tiempo, es un ejercicio indispensable. Evadirlo es un sin sentido. No hay un encuentro en el que participe junto a mis contempo rneos, en el que no terminemos, abriendo signos de interrogacin, problematizndonos, buscando nuestro sitio: el que nos est predestinado, el que aspiramos a merecer o mejor a elegir, a conquistar, a construir. Nos situanos como jvenes en el vrtice mismo de la Revolucin. Ella ha sido nuestra circunstancia, nuestro antes ms inmediato, el maana mejor que prometieron nuestros padres, nuestro hoy incompleto. Para apropiarnos del proceso de liberacin que comenz mucho antes de 1959, no bastan cronologas que ordenen hechos, ni frases y cifras contundentes que puedan repetirse como himnos, ni siquiera el testimonio del que conoci o padeci otra poca, otra realidad y asegura que estos son tiempos mejores o peores. De la significacin de este proyecto en las ltimas cinco dcadas, hemos odo hablar, mas, no lo suficiente. Quedan zonas oscuras, olvidadas que no se narran en libros de historia, ni siquiera en otros ms personales. La pica de las mujeres y los hombres que han elevado la dignidad plena desde cualquier sitio del pas, merecera ediciones literarias infinitas, ms horas televisivas y cinematogrficas, instantneas, aplausos, primicias informativas. No para dar cuenta de su existencia, de su papel medular en la bsqueda de ese otro paradigma de sociedad y estado de bienestar; sino para someterlo a una radiografa permanente, enriquecedora por subversiva, —sin que el sentido de las palabras se vacen de significados, se trastoque y tengamos que hablar con cuidado, porque hay palabras amigas y enemigas. Y las consideradas amigables se conviertan en las preferidas para repetirlas en el mbito pblico, aunque a veces suenen huecas. Cabra pensar que las generaciones que se sucederan en estos aos, seran siempre mejores que las anteriores, o como dijese Lezama, que aspirasen a pertenecer a una sola generacin, la de Jos Mart y en su momento acrecentaran su levadura. En una revolucin como esta, las metas no se acaban, tienen la capacidad de multiplicarse y para seguir tras ellas, hay que tenerles fe, sentirlas como propia. Un proceso as no podra explicarse desde el extraamiento, o la distancia, desde la desconfianza, o el pesimismo. Est ligado a una vocacin concreta de justicia social y libertad. Libertad que como asegura Cintio Vitier no es nunca, ni aqu ni en parte alguna, un hecho consumado, es algo que tiene que conquistarse o superarse diariamente. La Revolucin no es un acontecimiento del pasado, es un hecho vivo, contradictorio en s mismo, que se reserva heridas, se levanta ante un traspi, revive Es un ideal, una tica, que se replanta y refunda con cada uno de los que creemos que el proyecto de pas, no sale de los manuales, ni se aprende en una clase, ni se traspasa. Precisa de nuestra coherencia y fidelidad, de oxgeno para emprender las ideas ms nobles y asumir el desafo, que otra vez Cintio nos plantea: el de resistir al Imperio, sin que esa firmeza inmovilice, hipnotice y que por el contrario, no crea en imposibles. La Revolucin est dentro de uno, forma parte de proyectos individuales, de historias de vida, de utopas y tambin de frustraciones. Por eso no es posible explicarla objetivamente. Habr tantas significaciones, —para comprenderla o no— como seres humanos la pensemos, la soemos, la construyamos, la cuestionemos... Ella es al mismo tiempo, personal y colectiva, no para dejarla caer en terreno de nadie, sino para alzarla e impulsarnos juntos: para darle utilidad a la existencia humana, a nuestra existencia. Para reencantar a los desanimados. Para que la memoria no sea letra muerta. Para que la rutina no nos agote y nos robe las fuerzas, los deseos... Para no confundir al diferente con el opuesto. Para no temerle a la discrepancia, a la diversidad que tambin enriquece. Y sobre todo para disfrutar nuestro propio paradigma y que no nos arrepintamos maana, de que ante tanta luz, hayamos perdido el horizonte. La Revolucin sigue siendo nuestro aqu y ahora.Por T T T T T amar amar amar amar amar a Rosell Reina a Rosell Reina a Rosell Reina a Rosell Reina a Rosell Reina los duros noventas... PAGE 10 Por Dainerys Mesa Padrn Dainerys Mesa Padrn Dainerys Mesa Padrn Dainerys Mesa Padrn Dainerys Mesa PadrnP P P P Para quienes an conservamos un poquito de niez —espero casi todos y todas— las fantasas con superhombres siguen tan vivas como cuando ramos chicos. Defender al mundo de una catstrofe, salvar a los desvalidos, o simplemente, ser tomados en brazos por uno de estos personajes, son recurrentes sueos infantiles; con la diferencia, de que a la par nuestra, los sueos tambin maduran. El hroe de mi historia es demasiado real. No todo lo esencial llega en estado de invisibilidad y a mi dolo, es poco probable no verlo! El Villa , como con absoluto cario lo llamamos amigos y compaeros de trabajo, es un nio dentro de un enorme cuerpo adulto. Basta mirarlo para percibir lo mejor de su espritu. Durante su misin internacionalista en Etiopa, el 22 de enero de 1978, Orlando Cardoso Villavicencio result el nico sobreviviente de una emboscada donde fue hecho prisionero por tropas somales. Alejado de la familia, de la Patria, de su lengua natal, y en condiciones infrahumanas, permaneci un largo perodo. A partir de entonces (tena solo veinte aos) tuvo que acudir a insospechados recursos con tal de subsistir y mantener su equilibrio mental. Durante los casi once aos de encierro la limpieza de la celda constituy un inters de primer orden. Era como si todo dependiera de las condiciones higinicas a mi alrededor. Si iba a jugar con la imaginacin, tena primero que garantizar un entorno higinico y fresco para lograr que los personajes de mi fantasa se vanagloriaran en un mundo de rica creacin. De lo contrario me podan ocurrir dos cosas: o no lograba romper las barreras de la realidad para sumergirme en la riqueza de una fantasa rica y virgen, o, si lo lograba, no disfrutaba a plenitud su desarrollo y terminaba empantanado en la mediocridad. Si sucia estaba la realidad, sucio estara el mundo de mi fantasa. Gracias a sus reflexiones y quimeras, Orlando inici un pasatiempo devenido alimento esencial de su vida: la literatura. Casi comienzo mi primer cuento infantil, Wendy , pero la influencia de Shakespeare fue tan grande para m, que no pude evitar inclinarme hacia el teatro, un gnero poco conocido para m, pero muy de mi agrado. Resolv durante el da lo que iba a escribir y esper a la noche. Tan pronto cerraron la puerta exterior de latn me sent a la mesita de concreto en la esquinita oculta de la celda y aparent leer. Ya tena varias hojas en blanco arrancadas de los libros y el t, guardado desde temprano; ya tena disuelta una buena cantidad de polvillo negro raspado de la pared. Con qu nerviosismo comenc mi libro! Deba hacerlo con extremo cuidado para evitar un enfrentamiento con los carceleros constantemente asomados a la ventanita enrejada de la puerta para vigilarme. Cada vez que senta sus pasos tomaba un libro en mis manos y finga leer. Estoy seguro que si se hubiesen enterado de lo que estaba haciendo se me hubiera armado un serio problema pues me estaba estrictamente prohibido cualquier acceso a materiales para escribir. Me obligaban a trabajar oculto y bajo el riesgo de ser sorprendido. A pesar del ambiente oscuro, tensionado y peligroso, la musa de Villavicencio lleg cargada de sensibilidad. Esas tmidas pginas de la prisin se convirtieron en la obra para infantes, Wendy y El duque Pedro , (2001) publicada por la Casa Editorial Verde Olivo, al igual que el resto de sus libros: El reino embrujado (2002), Reto a la Soledad (2003) y Amor y Espada (2006). El efecto de encarcelamiento result tan incongruente con la incomunicacin, que al leer estos volmenes o escuchar los cuentos de camino del Villa , es inevitable imaginarlo, toda una dcada, dando vueltas por el mundo como Gulliver . As de inagotable es su creacin! Incluso entre confesiones de los momentos difciles, resalta su tpico humor criollo. Nadie puede imaginarse el significado de un simple jabn. Posiblemente ese fue el artculo ms aorado durante los primeros aos. Se convirti en una obsesin absurda y daina. Tan grande fue la aoranza que, an hoy, me puede faltar la comida, pero no un jabn. Humilde, dicharachero, camageyano desde la mdula, el protagonista de mi relato honra su ttulo aun sin develar a fondo su experiencia. Rompe con los cnones vendidos a travs de Spiderman , Superman , o Catwoman , caricaturas de anhelos infantiles. Su entereza ante el aislamiento y valenta en tierras extranjeras, quisiramos tenerla todos sin rango de edad. El hroe de mi historia no tiene telaraas adhesivas ni vuela con una capa, atesora una mejor cualidad: ser de carne y hueso.Las citas textuales que aparecen en el trabajo fueron tomadas del libro: Reto a la Soledad , Orlando Cardoso Villavicencio. Casa Editorial Verde Olivo, 2003.los ochenta... PAGE 11 ayer y hoy PAGE 12 Dr Dr Dr Dr Dr . Julio Csar Guanche, . Julio Csar Guanche, . Julio Csar Guanche, . Julio Csar Guanche, . Julio Csar Guanche,Profesor de la Facultad de Derecho de la UH. Profesor de la Facultad de Derecho de la UH. Profesor de la Facultad de Derecho de la UH. Profesor de la Facultad de Derecho de la UH. Profesor de la Facultad de Derecho de la UH. En el ao 94 vivamos como dira el poeta argentino tiempos difciles, aunque todos son difciles. Del 1992 al 1997 fue mi universidad. Las ancdotas son muchas y sera infinito hablar de los problemas y carencias enormes que tuvimos. Era muy trabajoso hacerlo todo, desde llegar al aula hasta regresar a la casa. Sin embargo, realmente tengo los mejores recuerdos de la universidad, y creo que muchos logramos ser felices. Llegu a pesar 115 libras que era casi el mnimo para mi edad y estatura. Cuando miro las fotos de entonces detenidamente, veo que ramos todos unos espectros fantasmales de lo delgados que estbamos. Sin embargo, en todas las fotos aparecemos sonriendo y eso es algo que a m todava me da mucha alegra. El V Congreso de la FEU realizado en el ao 1995, fue un suceso para m que defini muchas cosas, incluso para el grupo generacional que compartamos en ese momento la universidad. La FEU fue muy crtica, muy discutidora, debata y analizaba mucho. Ese es para m es el mejor recuerdo de la universidad. Haba muchos criterios en conflicto, y a la vez, mucha preocupacin por darle un rumbo a aquella situacin tan difcil que se viva. Dr Dr Dr Dr Dr . F . F . F . F . F ernando Martnez Her ernando Martnez Her ernando Martnez Her ernando Martnez Her ernando Martnez Her edia, edia, edia, edia, edia,Premio Nacional de Ciencias Sociales 2007. Premio Nacional de Ciencias Sociales 2007. Premio Nacional de Ciencias Sociales 2007. Premio Nacional de Ciencias Sociales 2007. Premio Nacional de Ciencias Sociales 2007. A inicios de 1959 la Universidad de La Habana estaba cerrada y no abri hasta mayo, cuando algunos comenzamos primer ao. Despus hubo que transformar la propia Universidad, por eso se hizo la ley de Reforma Universitaria en 1962. En Cuba se estaba produciendo un cambio social y humano sumamente profundo. Comenzaba la poca de la juventud vestida de verde olivo, del nuevo look de la ropa informal. De los fusiles y los helados en las manos de las mismas personas. Recuerdo a los estudiantes de Economa haciendo las investigaciones que Fidel les haba pedido en el 63 sobre problemas concretos de la economa cubana. Los de Filosofa investigbamos sobre la rehabilitacin de prostitutas en Camagey. O cmo hacer un plan platanero en Artemisa, para el campesino que dejaba de ser el pequeo agricultor de su pedazo y comenzaba a ser parte de un gran plan estatal. Es decir, la universidad volcada a los problemas de una manera real, no verbal. La universidad cambindose a s misma. Dr Dr Dr Dr Dr . Ricar . Ricar . Ricar . Ricar . Ricar do Alar do Alar do Alar do Alar do Alar cn, cn, cn, cn, cn,Pr Pr Pr Pr Pr esidente de la A esidente de la A esidente de la A esidente de la A esidente de la A samblea Nacional del P samblea Nacional del P samblea Nacional del P samblea Nacional del P samblea Nacional del P oder P oder P oder P oder P oder P opular opular opular opular opular . . . . . En 1959 una parte del estudiantado no quera la transformacin, y prefera aquella institucin donde su familia haba tenido privilegios. Esos elementos trataron de evitar que el movimiento estudiantil siguiese su trayectoria revolucionaria. Provocaron, incluso, actos terroristas. Estabas, por ejemplo, en la Plaza Cadenas (hoy Ignacio Agramonte) y ah mismo volaba un automvil. Al triunfar la Revolucin haba que lograr el milagro de que la Universidad se incorporase a aquel proceso de transformacin general, se transformase a s misma, y se abriera al pueblo . Cuando se lanz el plan de becas, para darles oportunidad a los jvenes que tenan el bachillerato vencido y que por una razn u otra no haban podido alcanzar la universidad. Se les ofreci alojamiento, alimentacin y los gastos fundamentales para vivir en la capital. Se habilitaron varios edificios como 12 y Malecn, F y 3ra, 25 y G, que siguen siendo residencias estudiantiles. De pronto empezamos a ver estudiantes de todas partes del pas. Dra. Concepcin Campa, Dra. Concepcin Campa, Dra. Concepcin Campa, Dra. Concepcin Campa, Dra. Concepcin Campa,Directora del Instituto Carlos Juan Finlay Directora del Instituto Carlos Juan Finlay Directora del Instituto Carlos Juan Finlay Directora del Instituto Carlos Juan Finlay Directora del Instituto Carlos Juan Finlay A principios de los setenta se viva en una revolucin donde por un lado se universalizaba, mientras por otra parte ocurran agresiones del enemigo. Participamos en la zafra del 70 con toda la ilusin y la energa de la juventud. Para m fue una gran ilusin venir a estudiar al Alma Mater, a la colina universitaria. Subirla es algo as que no tiene paralelo en la historia. Empezaban los 70 y el grupo Moncada vena a la escalinata. En las aulas nos deleitbamos con su msica, sobre todo en las actividades de la FEU. Entre mis cualidades no est la de ser buena bailadora, ni muy buena en la msica, pero disfrutaba mucho. En nuestras aulas haba estudiantes vietnamitas, y con ellos aprendimos la realidad de su pas, tan dura en plena guerra. Tambin, africanos que compartan con nosotros el cada da, y que adems nos fueron enseando muchas cosas. Fue una poca preciosa que me forj como estudiante revolucionaria. Estas opiniones forman parte de la serie Almanecer, de los periodistas Leslie Salgado y Randy Saborit, realizada por el Canal Habana a propsito del aniversario 280 de la UH.Dr Dr Dr Dr Dr . Eduar . Eduar . Eduar . Eduar . Eduar do T do T do T do T do T orr orr orr orr orr es C es C es C es C es C uevas, uevas, uevas, uevas, uevas,Director de la Biblioteca Nacional. Director de la Biblioteca Nacional. Director de la Biblioteca Nacional. Director de la Biblioteca Nacional. Director de la Biblioteca Nacional. La Universidad de La Habana no es separable del proceso revolucionario, ni en la lucha, ni en la transformacin durante la Reforma Universitaria del 62. Para m la figura que ms ayud a ese cambio fue el propio Fidel: sus ideas, sus debates ayudaron a que la universidad se transformara. l asumi los sueos y las esperanzas de los estudiantes. Ah donde est la tanqueta de la FEU, Fidel vena peridicamente, casi siempre los viernes por la tarde y muchos universitarios nos sentbamos a discutir y a conversar cosas con l. Fue una etapa muy bonita. La Universidad de La Habana no era slo de los habaneros, era la universidad de todo el pas. Aqu estudiaba todo el que poda. Por eso vemos en esa universidad a personas de otras partes de Cuba.Dr Dr Dr Dr Dr a. Ana C a. Ana C a. Ana C a. Ana C a. Ana C air air air air air o Ballester o Ballester o Ballester o Ballester o Ballester , , , , , Profesora de la Facultad de Artes y Letras de la Profesora de la Facultad de Artes y Letras de la Profesora de la Facultad de Artes y Letras de la Profesora de la Facultad de Artes y Letras de la Profesora de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana. Universidad de La Habana. Universidad de La Habana. Universidad de La Habana. Universidad de La Habana. Despus del 59, Fidel visita constantemente la universidad. Tena en la Plaza Cadenas y en la rectora un gora donde se interactuaba, donde l como Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, hablaba, discuta, polemizaba con los universitarios. Muchas ideas sociales, muchos proyectos revolucionarios de los sesenta, surgen en la Universidad de La Habana, que se convierte en un laboratorio de experiencias sociales muy democrtico. Un rasgo de la universidad de los sesenta fue la relacin docencia-investigacin. El proceso de reforma propici, por primera vez, el trabajo coparticipativo entre estudiantes y profesores. La CUJAE sali de un proyecto entre estudiantes y profesores, por ejemplo. cincuenta eneros... PAGE 13 Por Boris Leonardo Boris Leonardo Boris Leonardo Boris Leonardo Boris Leonardo aan unos paracaidistas en las afueras de San Agustn, el barrio capitalino perifrico donde vivo hace 30 aos. Es mi primer recuerdo, creo que de 1984, en una de aquellas maniobras Bastin. Entonces ya senta el temor de la guerra. La invasin nunca ocurri. Las bombas estallaron en otro pas. No he olvidado, sin embargo, el rostro sbitamente envejecido de Fidel Castro cuando anunci a la televisin que haba comenzado la Guerra del Golfo. Me acuerdo de la foto de un avin caza estadounidense publicado en el diario Granma, un da de playa. Antes, en 1989, haba escuchado los reportes radiales de Nelson Notario Castro desde Ciudad Panam, invadida por el ejrcito de Estados Unidos, bajo el tableteo de las ametralladoras. La guerra no lleg a esta isla, pero s a Ruanda, Hait, Somalia, Bosnia, Serbia, Zaire, Angola, Colombia, Sri Lanka, Afganistn Aqu tambin hemos vivido tiempos violentos. Fuimos testi gos de un 5 de agosto, el asesinato a guardafronteras, la crisis de los balseros. Un nio fue salvado por los delfines y luego rescatado por su padre y un pueblo. Hemos padecido ciclones, sequas bblicas, inundaciones. Vimos con terror el desplome de dos torres, la huella de la muerte en un tren, la explosin de mil bombas en la antigua Babilonia. Un tsunami devast las costas asiticas, un terremoto cort la vida de decenas de miles de personas en Pakistn y China, los deslaves enlutaron a Venezuela, el calor ensombreci las luces de Pars. Dos mujeres gobiernan donde hace poco mandaban generales de sangre, un tornero dirige el pas Historia de in s t a n t e scincuenta eneros...que es casi continente, un aimar honra a sus ancestros en el altiplano, un negro reta y gana la Casa Blanca. Hay otros hechos diminutos, casi olvidados: una ovejita, unas vacas locas, los dinosaurios; el lanzamiento de alguna sonda espacial, de algn satlite; la huida de un presidente corrupto, el juicio a un empresario en bancarrota; la desaparicin de una rara especie, el incendio de miles de hectreas, un eclipse de sol Los minutos gloriosos del deporte, que la fanaticada pronto olvida: el hit de oro de Vargas en Parma, el fallido penal de Baggio en el 94, los cabezazos de Zidane que hundieron a Brasil en el 98, Dayron Robles bajo una algaraba dorada en Beijing. Y an otros, personales: la muerte de un compaero de escuela, la boda de un colega, el embarazo de una amiga, la despedida del hermano Las miles de maanas y tardes, el pie izquierdo y el derecho, el sudor y el fro, el hambre y la sed, el cansancio despus del amor, el sueo, la nostalgia Un libro, una pelcula, una fotografa La angustia, la esperanza, el maana de esperar, el ayer demasiado tarde, el hoy idntico y desigual. Cualquier lista de sucesos es incompleta, pero en esa parcialidad radica la esencia selectiva de la memoria, su misterio fuera del alcance de psiclogos y cientficos del cerebro. Ella traza senderos, levanta monumentos, teje laberintos de ramas y se desvanece en desiertos: esboza una cartografa personal, verdadera geografa humana. Los aos se suceden, a 365 imgenes por segundo. En cmara rpida pasa la vida. Los titulares de los diarios son flashes que no nos dejan definir los contornos de la figura, del abstracto leo donde dibujamos nuestros das. Estamos viviendo tiempos histricos, le dice Marcelo a Alicia, en Nueces para el amor , mi pelcula predilecta. A veces parece que no, que no ocurre nada, que la vida en realidad est latiendo en otro lado, que la historia la hacen y la narran otros. Otros escribirn, desde la distancia de las dcadas, sobre estos das. Otros nos juzgarn. Histrica edad, como todas. En la platea o en el escenario, la historia no envuelve, nos revela. PAGE 14 Hace un tiempo que marcho. La avenida del Malecn se estrecha y se ensancha a veces, a voces. Creo que vale la pena recordar los inicios. ramos los mismos, ms jvenes, con la esperanza verde, roja y negra, tambin con amor . El gigante iba con nosotros y reclambamos el regreso de un nio. Despus los pulveres se fueron destiendo. Aparecieron nuevas consignas, canciones. Entonces nos convocaron con altavoces para mantenernos unidos, invencibles, para que volvieran y para que no perdiramos la costumbre de marchar. A veces se nos olvida el porqu, pero seguimos; tropezando de vez en cuando y salpicados por las olas del Malecn. ramos millones de personas, o mejor , un pueblo, que no es lo mismo pero es igual. Cantar no fue fcil ni siquiera al principio. Hoy algo se tararea, mientras un murmullo incansable se mezcla con gritos estrepitosos. Tambin hay quien se tr aga sus creencias para no desentonar. No cabe duda que entre todos ellos somos la vanguardia revolucionaria. Empezamos con la insignia del Alma Mater y se nos sumaron de todas partes: con bombillos ahorradores y ollas elctricas, con videoclases y pizarras emergentes, con segundas oportunidades desde cada municipio con verdades camufladas desde las prisiones. Ahora somos eso, una gran masa universitaria, incontable e incontenible, con virtudes y defectos, pero al menos somos. La caminata se hace extensa y agotadora. Los rboles centenarios, aburridos de tanta gente, nos rezan: ya casi y segui mos. El nimo entre nosotros sube y baja como la marea en el litoral. A veces sonremos orgullosos: ganamos medallas olmpicas y damos de que hablar en el Clsico de Beisbol, escuchamos de operaciones milagrosas en los continentes y de mortalidades infantiles que se redu cen por da, asistimos a las noches de los libros o vemos surgir en nuestras tierras de Amrica presidentes indios, negros, mestizos, que hablan de nuevos amanece res. EnPor Dorelys Canivell y Rodolfo Romero, estudiantes de Periodismo Dorelys Canivell y Rodolfo Romero, estudiantes de Periodismo Dorelys Canivell y Rodolfo Romero, estudiantes de Periodismo Dorelys Canivell y Rodolfo Romero, estudiantes de Periodismo Dorelys Canivell y Rodolfo Romero, estudiantes de Periodismo Fotos: Franklin Reyes Franklin Reyes Franklin Reyes Franklin Reyes Franklin Reyesotras ocasiones nos atormentan las ansias de protagonismo, el recuerdo de consultorios vacos y mdicos internacionalistas, la imagen de una provincia devastada por ciclones e inundada de artistas, las carencias por el bloqueo y los bloqueados . Las proclamas nos convocan. Las calles son testigos de los pasos de Reycel, el veterano, con su nieta sobre los hombros y las mismas botas que regresaron de Etiopa; l sabe que los tiempos ya no son los mismos. A la izquierda un micky tararea una can cin de Erick Snchez: y aqu sigamos cambiando de los rusos pa los chinos . Alguien, con unos billetes repletos de colores en sus manos, me pasa un mp4 donde se escucha a Buena Fe. Entonces tropiezo con los que marchan en sentido contrario. Mientras los periodistas siguen con los mismos titulares y transmiten imgenes areas de la masa compacta, invencible. De repente cambia la temperatura. La ausencia del gigante es un golpe aunque alguien piense lo contrario. Es la primera vez que ocurre y algunos bajan sus pancartas. Lo importante es seguir, grita uno. Inmediatamente lo sigo y grito con l. No nos escuchamos pero sabemos que hablamos el mismo idioma. El contundente y aguerrido pueblo no se detiene. Muchos han perdido sus banderitas pero se niegan a esperar por la brjula mentirosa, la que apunta al norte. Desde los balcones muchos nos miran sin comprender: dejamos atrs la Oficina de Intereses pero seguimos marchando; se hace camino al andar. La multitud ancla el mo mento; pesa lo suficiente para que no nos vayamos a bolina, an as muchos se cansan. Y cuando ya pareca que se acababa, al menos para m, la nostalgia me inund. Supongo que a muchos nos ayudaron a llegar. Lo importante es seguir , me repito y tomo la mano de una muchacha que ahora me dice: No me gusta esto de la marcha. Me niego a dejarla y la sujeto. A mi lado queda gente, me inspiran, me dan fuerzas. No todo est perdido, aunque las maravillas vendrn algo lentas el trnsito de los siglos s PAGE 15 se tocan... Por Kalika Kofi Kalika Kofi Kalika Kofi Kalika Kofi Kalika Kofi La prensa y la ciencia La prensa y la ciencia La prensa y la ciencia La prensa y la ciencia La prensa y la ciencia La audiencia sintoniza la Mesa Redonda, el programa de televisin que por vez primera entr en nuestros hogares el 16 de diciembre de 1999, cuando la batalla por el regreso a Cuba del nio Elin Gonzlez exiga movilizar la opinin pblica nacional y mundial. Unos televidentes captan la seal por el canal 44, Educativo; la mayo ra por el canal 6, Cubavisin, y quin sabe cuntos por el canal 12, Cubavisin Internacional, por satlite: el Granma anunci que el espacio transmitira dos documentales dedicados al microbilogo cubano Carlos J. Finlay (1833-1915), reconocido por la UNESCO entre los seis ms grandes de todos los tiempos, y a sus continuadores. Los cortos, producidos por Mundo Latino, seran presentados por sus realizadores y por la doctora Concepcin, Conchita, Campa Huergo, directora del Instituto Finlay. Para el Instituto, cada tres de diciembre, aniversario del natalicio de Finlay, y por ende Da de la Medicina Latinoamericana, es una fiesta —dice Conchita tan pronto como Arleen Rodrguez Derivet, una de las conductoras habituales de la Mesa, le cede la palabra; 1 habla con la voz de la mujer dulce y joven que es; est vestida con la elegancia clsica que la caracteriza; lo que pudiera hacer hoy de ciencia ya no lo hace con las manos en el laboratorio, sino estudiando, leyendo, orientando, guiando. El estar relacionados con los dos documentales que a continuacin estrenar el programa —afirma—, es un privilegio. Con el primero, Finlay, el Nbel que no pudo ser (2008, Brbara S. Diguez Ruz), porque para los casi mil trabajadores del Instituto, Finlay es uno de nuestros inspiradores —no es el nico, hay otros—, a l le dedicamos el quehacer diario, quisiramos saber qu hara en nuestro lugar, cmo reaccionara ante los retos que la vida y el trabajo cientfico y tecnolgico nos imponen, cmo mirara todo lo que sucede alrededor. Y con el segundo, La bendicin cubana (2008, Omelio Borroto Leiseca), porque se vincula con el acontecimiento ocurrido en nuestro centro el tres de diciembre, en el umbral del 2009: la inauguracin de una nueva planta, de tcnicas muy modernas, con capacidad productiva de hasta 100 millones de dosis anuales de componentes vacunales activos. Periodista e investigadora Periodista e investigadora Periodista e investigadora Periodista e investigadora Periodista e investigadora Sus coetneos seguimos considerndola —no nos cansaremos de repetirlo— una leyenda de la ciencia patria desde que en los aos 80 del siglo XX su equipo de trabajo obtuvo la vacuna antimeningocccica para los grupos BC —nica en el mundo para el grupo B—, rampa de lanzamiento de la farmacologa cubana. Esta no es cualquier planta —explica—, sino que responde a un grito de auxilio lanzado por la Organizacin Mundial de la Salud (OMS). En su carta de julio de 2006, dirigida a los posibles productores de vacunas contra la meningitis, la OMS nos impuso acerca de un hecho por inslito desgarrador. Las escasas transnacionales o compaas farmacuticas que todava fabricaban estos productos para los 21 pases que forman el llamado cinturn africano de la meningitis, dejaran de elaborarlas: dedicaran sus instalaciones a componentes vacunales que les resultasen ms lucrativos, en pocas palabras, dirigiran sus producciones hacia el primer mundo. No sabe, no puede, no quiere destacar ninguna de las etapas conducentes a la aplicacin masiva de la vacuna que en su da ayud a descubrir, ni subraya un momento de certeza o vacilacin: Todos tuvieron sus retos, fuerzas, valores, y enseanzas. La decisin/noticia La decisin/noticia La decisin/noticia La decisin/noticia La decisin/noticia Entindase la diferencia —ilustra la cientfica—, en frica sobreviven unos 400 millones de habitantes en riesgo; all la incidencia anual de la meningitis puede alcanzar, en los aos epidmicos, hasta mil enfermos por cada 100 mil habitantes; cada ao enferman entre 22 mil y 50 mil personas; y mueren el 50 % de las que ya enfermas no siguen un tratamiento, y an el 20 % de las que s lo tienen. Con todo, las fbricas de aquellas transnacionales ahora orientaran sus producciones hacia pases donde la mencionada incidencia de la enfermedad es de apenas uno por cada 100 mil y la letalidad es mucho menor, por no decir que casi nada Al triunfo de la Revolucin iba a cumplir ocho aos. Saltaba de gozo entre los nios tibios de su edad cuando supo la nueva. Quizs recibi la sea de que 50 aos despus, desde la silla curul del Finlay, sera protagonista en la toma de una de esas decisiones que pueden cambiarle y de hecho le cambian la vida a medio mundo. Cuentan los remitentes de la carta, cmo quienes hubiesen podido responder a su llamado —detalla la miembro del Bur Poltico del Comit Central del Partido—, alegaron, para eludir el encargo, no tener capacidad, no estar dispuestos a pasar las...2009precisas inspecciones de control de la calidad, no contar con autoridades regulativas que dirigiesen el proceso, o no disponer de apoyo econmico. Fue valioso que pudisemos lograr un acuerdo Sur/Sur, hito de la Historia de la colaboracin en la Biotecnologa y la Medicina, que nos permiti, a Cuba y Brasil, en las personas de los institutos Finlay y de Tecnologa e Inmunobiolgicos (Bio-Manguinhos) de la Fundacin Oswaldo Cruz de Ro de Janeiro, junto con nuestros colectivos nacionales de regulacin, decir s! al SOS de la OMS. Si muchos le preguntaron a la Organizacin cunto percibiran por asumir el compromiso, nosotros demandamos: Para cundo lo quieren? Confieso, desde el punto de vista cubano, que pudimos decir s porque antes hubo un enero del 59, tenemos un Fidel que nos ha educado en ese s cuando de estos temas se trata, y contamos con una Biotecnologa de veinte aos de prestigio y con obreros de todas las especialidades que respaldaran la construccin de la planta en el tiempo rcord de 24 meses: esa es la bendicin cubana!1 Para redactar estas lneas nos servimos de las palabras de Conchita en dicha Mesa Redonda, y del texto de nuestra entrevista, Y sin embargo ciencia en: Colectivo de autores. Y sin embargo ciencia . Editora Abril, La Habana, 1999, pp. 230-239. Adosdcadas deldespegue delaIngenieraGentica ylaBiotecnologaenCuba La gran bendicin PAGE 16 Prado 553 esq. a Tte. Rey CP 10200. La Habana Vieja Ciudad de La Habana Cuba Telf.: 862 9875 / 866 5491 862 5031-39 ext. 122 Fax: 862 4330 e-mail: almamater@editoraabril.co.cu www.almamater.cu Impreso en los talleres del Combinado Poligrfico Granma. Directora Tamara Rosell Reina Jefa de redaccin Miriam Anczar Alpzar Redactores Hilario Rosete Silva Jorge Sariol Perea Jennifer Piero Roig Dainerys Mesa Padrn Fotografa Abel Ernesto Rubio Estrad a Realizacin Rosario Cabrales Tortosa Analista Idania Licea Jimnez Secretaria de redaccin Mairelys Gonzlez Reyes Diseo grfico Helena Arco Martnez Editora web Marta L.Cruz Snchez Web master Maricela Facenda Prez