po en nuestro pas el llamado juego ciencia fue Jos Ral Capablanca asociado nicamente con una persona: el ge- nial Jos Ral Capablanca, quien desde muy Despus joven maravill a todos y su figura es reconoci- de escalar el da como una de las ms sobresalientes de la Pico Turquino historia. la persona ter- mina extenua- La situacin del deporte cubano cambi com- da. Duelen los pletamente a partir de 1959 y los cambios se pies, la cabeza y vivieron en el ajedrez desde muy temprano. La quizs en ese mo- figura del Che Guevara es imprescindible para mento uno solo tiene comprender los avances que hoy puede mos- deseos de continuar trar el juego ciencia en Cuba. A pesar de sus sobre la cama, al menos diversas y complejas responsabilidades, el Che por unas horas ms. encontr siempre un tiempo para alentar la Pero era necesario partir prctica del ajedrez. Su apoyo fue fundamen- hacia all. Lentamente, la tal en la creacin, en 1962, del torneo interna- enorme fila de los que en cional Memorial Capablanca, un evento que aquel lejano 2003 cur- ya sobrepasa las cuarenta ediciones. sbamos el 3er ao de Pe- riodismo en la Facultad de El Che confi plenamente en la capacidad de Comunicacin de la Uni- alterar el panorama del ajedrez nacional y en versidad de La Haba- una frase suya muy citada, expres que en un na, nos desplazamos futuro, no lejano, Cuba contara con varios Gran- por la serpentean- des Maestros y eso seria obra de la Revolucin. te carretera que lnos condujo En 1975 Silvino Garcia se convirti en el pri- hasta aquella mer cubano en recibir la condicin de Gran escuela prima- Maestro. Casi medio siglo despus de pronun- ria, enclavada ciada la proftica frase del Che, la historia le ha entredosenor- dado la razn: Cuba cuenta con 23 Grandes mes lomas de la Sierra Maestra. Maestros residentes en el pas, de ellos cinco son mujeres. Con esas cifras encabeza amplia- La alegra mostrada en el encuen- mente Latinoamrica. tro por los nios, sus cariosas pa- labras de bienvenida y la hora que Por primera vez despus de Capablanca, compartimos juntos, quedaron ahora podemos enorgullecernos de tener a un O &1como uno de los recuerdos ms jugador entre los mejores del mundo. A sus 25 in C a e memorables de ese viaje. Mientras aos, Leinier Domnguez se ha ganado el res- varios de mis compaeros pinta- peto de la amplia comunidad ajedrecstica y la ban o cantaban con ellos, encon- lista de sus triunfos es cada vez ms extensa. tre en el fondo de la pequena Por Miguel Ernesto Gmez Masjun escuela un tablero de ajedrez, Ms all de los excelentes resultados obte- con todas las piezas colocadas nidos por una generacin de jvenes en su posicin original. Recuer- ajedrecistas como Leinier, Lzaro Bruzn, do que pregunt quin sabia Yuniesky Quesada, Holden Hernndez, Fidel jugar y varios fueron los que Corrales, por solo citar a algunos por debajo levantaron la mano. Jugu de los 30 aos -aunque seria injusto no re- una sola partida frente al cordar a otros que en su juventud tambin bri- mismo nio que nos haba liaron como el desaparecido Guillermo Garca recibido con unas sentidas o Jess Nogueiras y Walter Arencibia- el aje- palabras, lejos de cual- drez en Cuba ha llegado hasta los ms recndi- quier discurso preparado tos lugares y hoy puede considerarse como uno para una ocasin similar. de los deportes de mayor masividad en el pas. Cmo aprendiste? Le pregunt. Un profesor Desde 1989 existe el programa de Ajedrez viene una vez a la se- en las escuelas y los diversos cursos impartidos mana y nos ensea, en Universidad para Todos han permitido que me dijo, y como las personas se aproximen ms al tablero de despedida nos di- las 64 casillas. Las dos gigantescas simultneas mos la mano. To- desarrolladas en 2002 y 2004, en la Plaza de la davia guardo una Revolucin y la Plaza Che Guevara, en Santa foto de ese en- Clara, concentraron a decenas de miles de prac- cuentro. ticantes del juego ciencia. Mientras Leinier Domnguez y otros tantos jvenes continan ocupando espacios promi- nentes dentro del competitivo universo ajedrecstico, el tablero de la escuela en la mon- taa sigue all y tambin diseminado por miles de centros docentes en cualquier punto de la geografa cubana. Si llevramos ese tablero a una dimensin simblica, diramos entonces que sobrepasa ya el medio siglo de existencia. Cada minuto empleado en descifrar las combi- naciones a seguir para no perder el rumbo, la fra inteligencia para no dejarse provocar por el rival y prever los prximos movimientos, lo han fortalecido y aunque la lucha por esos es- caques parece no tener fin, aumenta la con- fianza en que pueda ganar, definitivamente, la partida.