La pequea Zenait parece recibirnos en la el texto en italiano, sin embargo, conjuraba puerta de la iglesia. La nia de apenas cua- el protectorado de Roma sobre Etiopa. tro aos recorre estoicamente los patios del Menelik II, famoso por ser un monarca de templo implorando limosna. La temperatu- astuta sabidura, no tard en advertir la farsa ra en la cima del monte Entoto ronda los e impugn rpidamente el Tratado declaran- cinco grados. Los ojos de Zenait tienen el do as en diciembre de 1896 la Primera Gue- color del desamparo. rra Italo-Abisinia. Todos los dias llegan a la iglesia sagrada La campana, de naturaleza completamen- Reuedouncm entri de una co a de Mariam o Santa Maria, alrededor de 200 te desproporcionada a favor de los italianos, de estudiose una bicai quac o en personas deslumbradas por los milagros de dio la victoria, no obstante, al ejrcito del la Iacltad sobr la eig a a Io j la santa. Hoy la lluvia pertinaz no ha impedi- barbado lder etope quien expuls a las tro- Ilocabaentrelaespada lapred, etreel do la llegada de los peregrinos. Enfermos y pas itlicas de Etiopa en la famosa Batalla de b ym p e lz les devotos de todo el pas suben hasta la cima Adua, nica contienda registrada por la his- de ms de 3 000 metros para rogar piedad y toria en la que un ejrcito africano derrotara Un corre elcrn u le r mn salud para sus almas. a un enemigo europeo. Con Adua, Etiopa se La iglesia, sencilla construccin de made- converta as en el nico pas africano en no tr frass s el valor la v u i p |, *ra semejante a un gigante carrusel, se abre padecer el colonialismo. can' conemprnas, sin emar, v n de- para recibir a los fieles. Desde el monte Entoto Hoy Addis Abeba exhibe con orgullo los delapcadeSraeso ,nocms c E- se divisa la gran ciudad, perdida entre las trofeos de aquella guerra en plazas y par- ltoesedpiaou gusmas de nubarrones. Addis Abel marismas de nubarrones. Addis Abeba es ques. Desde estatuas ecuestres hasta cao- ljyedato a ,os a ls o y mucho ms que una megalpolis africana, nes cuentan en silencio la gran hazaa de un a lal o ridades. jvenesso mlh s es el principio y el fin de un pais que se le- ejrcito de harapientos contra el agresor eu- y ociosos. l'osj se comoanta, sud vanta, sin prisa, del fondo de la historia, ropeo. Otros monumentos, como el situado ante Cuenta la historia que la reina Taitu, espo- en la plaza de Arat Kilo, recuerdan, sin em- Ali paee la pec i pr sa del monarca Menelik II, bajaba todas las bargo, pasajes ms dolorosos. tardes al valle que se extenda a los pies del Cuarenta aos despus de la Batalla de un0 de ls cfictos ms vo la ai- monte Entoto. La reina adoraba baarse en Adua, las tropas fascistas de Mussolini ocu- dad. rrvetesin e rdiles las clidas aguas de los manantiales termales paron la ciudad durante la llamada Segunda yensmeusl re con genr. y recolectar las abebas, pequeas flores de Texto yfotos: Ernesto Fidel Domnguez Guerra Italo-Abisinia. Durante los seis aos intenso amarillo. Aos despus, Menelik, posteriores, Addis Abeba se constituy en la Tl v sos I M poe uru rguayo Mrio, lpara complacer a su amada, fund una ciu- La capital del frica Oriental Italiana, colonia que l ,sean de lo ms ecurrete cuan.. s dad que brotara como las flores. Addis La ocupaba los actuales territorios de Eritrea y el Abebante odeini o o nueva flor le allAbeba o nueva flor en su traduccin del sur de Somalia. de la dri yl oo amrico, se convertira tiempo despus en la En este periodo el mariscal italiano Rodolfo qeles mate e l amr reup ha y l a capital del imperio etope. Graziani, nombrado Virrey de Etiopa, lider utoa/ serj ein is y co m iasi Considerada por muchos una de las mayo- una campaa de terror contra los habitantes tuarseenunahistoiauelasuya/noo r- res ciudades africanas, Addis Abeba es sin de la ciudad. As, tras un atentado fallido a su tsr ... i a ... e dudas una ciudad imperial. Los diferentes pa- ca e So b re vida en febrero de 1937, Graziani orden una S l z t m q lacios dejados por el ltimo emperador etio- masacre sin importar si eran mujeres o nios. ayudan/ a ir pet..pe Haile Selassie en toda la ciudad, la hacen El resultado fue la muerte de 30 mil personas Pero tm i les qued dei cm ier* n, un lugar de inobjetable majestuosidad. en slo tres das. Hoy, este doloroso suceso viirep el a vida q ienlte,* ,Su Majestad Imperial Haile Selassie 1, con- es recordado en un solemne obelisco que se yuncsea duar qu r.l.ae re- quistador de la Tribu del Len de Jud, Rey alza sobre las multitudes. lie o arca1 ryi. c es sebrry a ore-, de Reyes de Etiopa y Elegido de Dios -o Pero lo cierto es que en la ciudad existe [r. como sola llamarse antes de su coronacin tambin un lugar donde convergen tantas Ahr que empie un nuo cs lleg en 1928, Ras Tafari Mekonnen-, fue el lti- pasiones como habitantes tiene la urbe. Se opotuidad para los at e, c ialmo de los Ras o reyes etopes del siglo XX. trata de la Plaza Meskel o de la Verdadera para losuivritrio de tantodrll Su delirio de poder le llev a construir man- Cruz, escenario abierto donde se celebra el tas al eso asuntos, a siones de desbordante opulencia en medio comienzo del nuevo ao etope o Meskerem pd desatarse' n solo e bc M c l de un pais hambrientoy profundamente feu- -cada 11 de septiembre-y donde conflu- met sn la utiidad qe r t dal. ye toda la ciudad jubilosa por la grandeza quedars de brazo An hoy es posible contemplar el prtico de la civilizacin etope. La ....les da a binnia .ss ebrs impresionante que da entrada a la Universi- Esta misma plaza seria llamada de la Re- conl ini p ealur q h p o dad de Addis Abeba, otrora palacio im- volucin durante los controvertidos aos del desde elliCongesohlta l la fa e as perial de jardines espaciosos y socialismo etope de Mengistu Haile Mariam han transurrid y v v sexuberantes surtidores. mientras hoy se ha convertido en santuario cios par mei c to ha cecido I Cuentan que en la fuen- de los seguidores del corredor de maratn oranzain y l su gente. P eso bt te central del palacio, Haile Gebreselassie. Entre los jvenes se en- poqu laenergadetantosveesse baaban, desnu- cuentra Mesfin, un enjuto adolescente con coninrs aInareni,alnI cue dnta,das, durante las nombre de prncipe que corre descalzo por o, a c a a is paute e maanas un gru- el pavimento y suea con alcanzar la misma N djnapod n e Ie N s n apo de doncellas gloria de su dolo para su familia y para su mirarel d, la l lt' d acorte y Patria, segn comenta. de aa. Luno q ere he po smos que el Empera- Por estos das, la Plaza de la Cruz re- lraoidor o yti dor escoga nace engalanada por los festejos po.Lomsimotantenoesued rcada da a la que durante todo este ao han todo el mu.Empi o enr afortunada recordado el nuevo milenio utd, dentrod un I aula. Eorzaque seria Ile- etope, siete aos ms jo- paratomrlta vada a sus ven que el nuestro. Pa- aposentos. lomas, banderas, D c ,."As es Addis o Adis, como le llaman sus grandes vallas pu- conocedores, una ciudad de grandes ave- licitarias, una nidas y empinados edificios, una aldea gi- marea de autos gante donde emergen la insalubridad y que se desangra la pereza, una capital moderna donde desde las aveni- confluye la ms rancia diplomacia conti- das contiguas, nental, la viva imagen de un pas dis- mendigos, de- puesto a crecer y a crecerse por encima portistas, sacer- tu o de su historia. dotes, empre- u ersitria Addis Abeba es tambin la capital de un sarios. Entre pas heroico. En tiempos de Menelik II, los todos ellos emerge nuevamente italianos, impulsados por la estampida eu- Mesfin, desafiando la velocidad bajo la fra ropea sobre frica atizada en la Conferencia maana de agosto. de Berlin, jugaron sucio con los etopes y lo Una persistente lluvia comienza a derra- pagaron bien caro. Tras la firma del Tratado marse sobre la ciudad. La tromba implaca- A M E A i de Wuchale, la parte italiana present al ble anega en alud las calles. La ciudad impe- monarca etope un texto final en amrico rial ha comenzado a desaparecer en las en- en el que se respetaba la soberana Abisinia; traas del valle.