De pronto las opciones de distraccin no estn en los / Rectificar en pblico lugares esperados. La juventud aora espacios acordes Ah radica el intrngulis de las deformaciones de la con- con sus casi nulos ingresos monetarios. Muchos bares, ca- C lS e ra O S cepcin inicial.Ya en G-Caf, ya en La Rampa, ya en 23 y feteras, discotecas, villas tursticas y otras empresas re- 12, cada vez que se privilegie el consumo gastronmico en creativas, siguen cobrando en pesos convertibles, mien- detrimento de aquel uso enaltecedor, para la cultura y el tras las ofertas -y aspecto y ambiente-, de las que re- espritu, de la recreacin y el tiempo libre, cada vez que se caudan en pesos cubanos, bien permanecen deprimidas o enrarezca el ambiente de informalidad, se estar come- bien continan siendo impropias para los dbiles bolsillos tiendo un desatino. juveniles. Cuando escribamos este trabajo la nmina de G-Caf En consecuencia, la direccin de la UJC en la provincia de reuna a 21 trabajadores, con salarios comprendidos en- Ciudad de La Habana, junto con el gobierno provincial, em- tre 225 y 300 pesos, y una pauta de recaudacin fijada en prendieron, una vez ms, har cuestin de dos aos, un pro- 6 mil pesos diarios por su Empresa de Gastronoma y Co- yecto destinado a reanimar varios centros gastronmicos, mercio. El incumplimiento del plan impedira que a los mayormente de la calle 23 capitalina, y a generar sano empleados pudiera estimulrseles, el da del cobro, con esparcimiento, pero considerando la economa de los ms un por ciento extra, por consiguiente los dependientes jvenes. trabajan a como d lugar para cumplir la norma, an a Entre otros aspectos, la gnesis del plan retomara el rito costa de advertirle al cliente, est leyendo un libro u ho- del caf, no solo entendido como casa pblica donde se jeando una revista, que deber abandonar el caf si no se sirve esa bebida, sino como pea y tertulia, espacio cultu- mantiene consumiendo. Es una paradoja que el plan de ral o zona de juntura entre artistas, intelectuales y hom- ganancias de G-Caf en el ao 2006 se cumpliera al 128 bres de a pie. As renacieron aqu los cafs literarios: con la por ciento: Con un plan de 2 millones 396 mil 214 pesos, apertura del G-Caf, a fines de 2005, en la esquina de G y se alcanz una cifra real superior a los 3 millones, dijo 23, en el Vedado. David Cuevas, subdirector de la empresa. A buen entendedor con pocas palabras basta: encima de que des- Una cafetera sin caf? virtan la naturaleza del proyecto, las regulaciones del A la zaga de este, abriran varios establecimientos de su tiempo de consumo seran injustificadas incluso para quien tipo en la ciudad, todos con afluencia de jvenes vidos de las mirase desde una ptica mercantilista. leer el libro deseado, escuchar la msica preferida, fuese Alguien nos inform que, a tenor de las dificultades, trova, jazz o rock ligero, y sobretodo, de poder invitar a un G-Caf cerrara sus puertas durante julio y agosto de amigo a un caf: los precios se lo permitiran! 3 2007 para someterse a una remodelacin. En el fondo La idea de relanzar los cafs literarios apostaba enton- nos alegramos de que hasta ahora esto no hubiese su- ces a una alternativa, a un uso diferente, enriquecedor para cedido. Cerrar, en vacaciones, un servicio que, por su la cultura y el espritu, de la recreacin y el tiempo libre, en esencia, se granje la simpata del joven, vendra a ser un ambiente que, por su frescor o informalidad, resultara lo mismo que botar el sof. sugestivo. Justamente con esto queramos terminar. A pesar de los Las empresas Malecn, Campismo Popular, DoaYulla,y doilysy Havana Clubs perdidos, a pesar de los libros que Gastronoma y Comercio de Plaza de la Revolucin, brinda- no se renuevan, a pesar del tiempo -de estancia- que se ran su apoyo financiero para subsidiar las ofertas les recorta a los consumidores, a pesar, incluso, de los altos gastronmicas, y el Instituto Cubano del Libro, a travs de ____ precios, y hasta de la mismsima falta del caf, el proyecto su Centro Provincial, proveera los libros y revistas que tiene aceptacin: defiende un espacio informal, consustan- garantizaran las ventas y los prstamos. Esta misma insti- cial al joven, que bien no es comn en su medio o bien no se tucin contribuira con doilys, portavasos, dibujos de pinto- halla a su alcance, y que el muchacho necesita para vivir y res cubanos y fotos y textos de premios nacionales de lite- relacionarse, para escuchar y ser escuchado, para compar- ratura, a la creacin de la imagen corporativa. Con esa tir con los dems. buena voluntad, arrancaron los cafs. El supuesto desconocimiento de los propsitos del caf La calidad del servicio y el trato eran aceptables, se res- literario, los mismos que animaran a sus autores intelec- piraba aquel ambiente sano, informal, y los clientes esta- tuales a relanzar el proyecto, no es excusa para que mal ban satisfechos, pero, siempre los peros!, con la prctica funcionen. Sus trabajadores, en especial los administrati- de cada da, la idea comenz a desvirtuarse, de primera vos, asumiran la responsabilidad si se apartasen de la ruta. instancia por G-Caf, el establecimiento insignia, el mejor Estas instalaciones no merecen contagiarse con cierta en- ubicado en la geografa urbana. fermedad accidental transitoria, que ataca al mismo tiem- Primero se perdieron los doilys de las mesas, y luego el po, en una zona determinada, a un gran nmero de esta- Havana Clubde los mojitos; el stockde libros de prstamo 1 1 1 blecimientos: la mentalidad delno servicio. No se concibe no ha sido renovado; a los consumidores, mxime a los c o n que una epidemia de este tipo pueda seguir cobrando lectores, se les recorta cada vez ms el tiempo de estancia vidas en un sistema de esencia humanista.t en el caf; y a menudo se torna imposible poder libar el comparable, por ejemplo, con el hecho de que se vendie- le c h ran rositas de maz en un cine que no exhibe pelculas... iCultura s, lucro no! Al inicio, con el nimo de averiguar las causas de las Por los estudiantes de Periodismo: cosas, centramos el estudio en los problemas de G-Caf, Estay Martnez, Dayn Garca, quizs por su ndole de buque madre, para hacerlos con- Yasiel Cancio, Abel Oliveras. trastar con la supuesta altura de otros locales tipo, Tutor Hilario Rosete Silva como son La Rampa (Pabelln Cuba) y 23 y 12. Despus comprendimos que los juicios no podan guardar relacin solo con nuestra manera propia de pensar o sentir las ex- periencias vividas en una instalacin: igual deban referir- se al trabajo en s mismo de cada una y a las vivencias que otros habran tenido all. Cualquier asiduo de los cafs que lea estas lineas, coteja- r sus experiencias y las nuestras. Uno se atrever a afir- mar que en G-Caf, adems de los altos precios, se adop- tan medidas represivas. Hay que mantenerse consumien- do, an cuando afuera no haya nadie esperando. Para el dependiente, el cliente solo tiene una opcin: o se mantie- ne consumiendo, gastando a mares, o abandona el local... Otro sealar que La Rampa empez bien, pero los sumi- s nistros empezaron a escasear, y de pronto cierra ms tem- prano... Un tercero hasta ponderar las bondades de 23 y 12, pero lo acusar de pequeito, incapaz de dar entrada a tanta gente... Lo que le pudo suceder a este consumidor en un local, le sucedi a aquel en otra de las casas. La realidad que permanecera inalterable, seria la del concepto de caf literario, idea que para NancyVelsquez, encargada de la venta de libros en 23 y 12, designa a unas instalaciones que brindan un servicio distinto, diferente, donde la juventud puede lo mismo aumentar sus conoci- mientos leyendo un libro, que reunirse o tomar un caf. La trabajadora tiene claro que <