Cinefilia 'o Por Hctor Daro Reyes SE Las pelculas le bebieron el cerebro. Pens en el Neil Amstrong deTom Hank, O- 38 Cada noche iba al cine a la tanda de ocho o en el cantinero de Cruise; incluso en el a diez; y a la de diez a doce, y tambin iba alcohlico de Cage aunque l no viviera en tinta los sbados en la tarde y los domingos en la Las Vegas. maana. Por eso las pelculas le bebieron el Tocaron a la puerta del apartamento y eja cerebro. mir por la abertura. Era su novia que ve- No era un cinfilo comn de esos que ase- na a verle. guran quin haba sido el productor de tal o Rubia, ostentosa, los cabellos lacios le mas cual pelcula indostana. De esos que caan como a JanetLeigh en Psicosis inter- CALLES DEL saben qu actor era doble de la saga, cuan- pretando a Marion. Lozana como siempre Sdo ahora es protagonista. No. l de cine sa- ms an que ella misma. CENTRO ba lo bsico. Lo del espectador comn. El da estaba gris. Su crisis de personali- A l le gustaba ir a soar con las pelculas. dad no le haba dejado dormir en toda la Por Yuris Nrido SDesde que siendo un nio, su padre lo noche. Estaba confundido. Cmo quin la llevara a ver un filme chino de artes mar- recibira? Como Miki a Mallory. Como Qu extraa belleza la de ciertas ciales, interpretado por actoresy bailarines Humphrey a la Bergman en Casablanca. calles habaneras, calles del centro Sde la Opera de Beijing, l sinti la necesidad Como... mismo de la ciudad, calles en ruinas de ser como ellos, los de la pantalla.Y no De pronto, un revoltijo de imgenes que el sol y los vientos castigan sin como actorsino como protagonista. y protagnicos turbaron su mente. El piedad, cementerio de antiguas glo- Por eso no es raro que aos ms tarde, torrente de personalidades termin de rias, campo arqueolgico; sucias, gas- un adulto ya, se creyera el protagnico de confundirlo. Abri la puerta perturba- tadas, herrumbrosas; calles estrechas cuanta pelcula viera. Esa era su adiccin: do y clav un cuchillo varias veces so- H al protagonismo... cinefilo. bre el cuerpo de ella mientras la san- que atraviesan el bullicio o la me- Y con Indiana Jones se senta Indiana, gre y los gritos empapaban la alfom- lancola, segn la hora, o segn el arquelogo aventurero; ycon Rocki 1, llylll bra del umbral en vez de irse circulan- nimo del paseante... Suelo abando- se crey pugilista; y con Arma letal: polica, do por el desage. nar a veces las avenidas para Tambin vea dramas apasionados.Y una Cerr la puerta del apartamento como aventurarme por cualquiera de esas vez fue Rick, propietario de un caf en quien cierra la cortina de una ducha. Se calles, por estrechisimas aceras casi Casablancay amigo de las causasjustas.Y dirigi a su habitacin preguntndose: siempre llenas de gente, porque en el gngster y msico y hroe o villano segn qu tan bien le hubiese quedado al actor centro de La Habana, de La Habana le pareciera bien o mal el personaje. que empuaba el cuchillo en aquella pel- . Esa tarde estaba muy agitado. No saba cula de Hitchcock. Luego prendi la chi- ms vieja, la gente casi vive en las *~l quin era. No recordaba a quin quera pa- menea, y se sent a mirar el horizonte, aceras: all parlotea con el vecino, Srecerse. Una imagen, haca das, quera pe- pensando en el Oscar, como Henry Fon- merienda y discute, la acera es vesti- netrar en su cerebro bebido por pelculas, da en La Laguna dorada. bulo de la casa, portal y recibidor. Voy sin apuro, fijndome en cada edifi- *cio, escuchando conversaciones ms o menos intimas, trozos de una histo- ria colectiva, novela coral, sinfona de voces; voy sorteando charcos y ba- ches, tratando de no tropezar con las piernas extendidas de un seor que fuma sentado en la puerta de su casa, interrumpiendo sin querer eljuego de pelota de unos muchachos sucios y fe- lices. La calle respira, late. Cae la tar EL bS V E sTe LA de, serena y resignadamente, siempre mT ,,. C A men,,L cae la tarde de la misma forma, a uno T7R4E5, A Dvi Me e : le parece que as ha sido desde el prin- 'tiRITAhDo. me AroRmenTa cipio de los tiempos, qu sutil emo- tIDeA dE TenrE r Qve EspeRar cin la de saber que alguien, hace mu- -hAs'' M21iA, a. chos aos, caminaba a esta misma hora debajo de estos mismos balco nes, ocupando, quizs el mismsimo espacio, rozando al pasar la misma reja... Quin seria ese alguien? Se- ria hombre o mujer, nio o viejo, amo o esclavo? El palacio que ahora lan- guidece bajo el polvo, los gritos y las sbanas, estara acabado de construir, adentro alguna muchacha plida to- cara el piano, y aqu afuera, se escu- chara algn que otro pre n, condera el sol detrs, de Ouna calesa pasaria) O as zapatos a yuwt