-143- dar su marido con su mismo ejemplo. Una palabra de su voca es la ley de la juventud, y un mirar da ojos basta para su obediencia: habla y sus criados vuelan, manda y la cosa es hecha; porque laley del amor est, en su corazon y su dulsura y suavidad d alas sus pis. No se desvanece con la prosperi- dad y en la adversidad templa con la paciencia las desgracias de la fortune. Sus consejos aplacan las in- quietudes de su marido, y sus caricias le suavisan sino es dscolo idiota el deposit su corazon en su pecho y de ella recibir el consuelo. Dicho so el hom- bre que tom por muger y debe mirarse en ella co- mo en un espejo de la mas brillante luz que no debe empaarla ni con el pensamiento, y dichoso el hijo que le llam madro, *',*-. ..... to*---*T