-1 40- rela como un tesoro enviado del cielo, tu suabidad tu benebolencia y amabilidad te hagan .precioso en su corazon. Ella es la Sra. de tu casa, tratala, pues con aten- zion fin de que tus criados le obedezcan; no te opongas sin razon lo que desea, y ya que participa de tus cuidados, hasle tambien compaiera de tus gustos: reprende sus fhltas solas con humanidad y carino, haciendole refieccioces para su conoci- miento pero sin acritud y no ecsijas ,u~ beaiencia con rigor que es consecuencia de muchos males y fu- nestos desenlaces. Deposita tus secrets en su-pecho sus consejos son sinceros y no te engalar. Se fielmente ligado su lecho, porque cl;t es la madre de tus hijos, ruando el disgusto y la enferme- dad caigan sobre ella, tu ternura alivie su aflicion un mirar de piedad de amor de tu amor de tu par-- te ablandar su dolor, moderar su pena, y le ser- vir de mas alivio que la nmejor aplicacion medici- nal: consider la fra jilidad de su secso, la delicade- za de su temperanmento y la gran sensibilidad de que se haya dotadla y no seas duro para con su de- bilidad; antes doe todo acuer late dr tus propias im- perfeciones y con esta refleccion conservar la paz y tranquilidad. La Muger. Hija hermosa del amor presta el oido las instruc- ciones de la prudencia, imprime fuertemente en