106 ROSA GuzMAN con los valores est6ticos de la literature y que escapa a cualquier possible definici6n revela una actitud cerrada no ante este g6nero, sino ante lo que son los g6neros literarios en su sentido mis amplio.7 Como bien ha sefialado Claudio Guillen haciendose eco de LAzaro Carreter, los g6neros literarios evolucionan a lo largo del tiempo y los models van cambiando. Ren6 Wellek y Austin Warren tambien habian apuntado en su clasico texto sobre teoria literaria que los g6neros no quedan fijos, por lo tanto, es de suponer que cuando aparecen nuevas obras, las categories literarias se desplazan. Para muchos estudiosos el contenido de la escritura autobiogrifica les inspira desconfianza y desprecio.8 Sin embargo, el esfuerzo por dotar de sentido su propia leyenda, que al parecer de Georges Gusdorf es privilegio de la autobiografia, es mis important que las inexactitudes que pueda haber en este tipo de texto. Contar la vida propia con absolute sinceridad es un proyecto irrealizable. En el process de retrospecci6n que conlleva el g6nero autobiogrifico, se podria decir que la deformaci6n del recuerdo es casi un rasgo definitorio. Otros estudiosos no dan cr6dito al 'yo' autobiogrifico porque consideran que la autobiograffa es superficial y esquemitica en relaci6n con la novela considerada como g6nero narrative profundo y multiple. Empero, para una valoraci6n de la autobiografia s6lo habria que tomar en cuenta algunos de los rasgos definitorios para percatarse de que es un g6nero que tiene muchi- simo que aportar. Se puede comprobar que es un genero hibrido con perma- nencia y autonomia, como lo demuestra la trayectoria hist6rica.9 Asimismo es una escritura de descubrimiento y revelaci6n de la interioridad, indepen- dientemente de que utilice mecanismos propios de la narrative de ficci6n. En la autobiografia lo really lo virtual, como diria Susanna Egan en Patterns of Experience in Autobiography no se oponen, sino mis bien se funden para producer un efecto: la veracidad.10 La exactitud del recuerdo de lo vivido no es lo mis important, sino lo que ese recuerdo deformado o idealizado aporta sobre la vida de un sujeto que se despliega del espacio privado al espacio pdblico donde nos ofrece su mejor retrato en ese 'yo' calculado que puede ser tambien el de muchos otros sujetos sociales que se reconocen direct o indirectamente en 61. El te6rico frances Philippe Lejeune concibe su definici6n de la autobiografia desde el lugar del lector, de ahi lo que 61 ha denominado "el pacto con el lector". Por tanto, la pregunta clave para 61 no es "'Quidn soy yo?' que es a su juicio lo que es natural que se pregunte el autobi6grafo, sino Quidn es yo?" que es la pregunta natural que debemos formularnos los lectores que incursionamos en el studio de las narraciones autobiogrificas, cualquiera que sean 6stas: es decir, bien se trate de memories, testimonios, autobiografias, y hasta autobiografias con seud6nimos como El goce supremo de Sarah. I Cabe aclarar en este punto que el texto con seud6nimo no impide que se catalogue como autobiografia porque el relato corresponde siempre a una persona real que ha preferido emplear un nombre de pluma en lugar del verdadero o de pila.