48 ELIDIO LA TORRE LAGARES dor. Esto desemboca, irremediablemente, en que el narrador no sea confiable, lo que contraviene el concept de autobiografia o memorial. Contrario a los planteamientos de Barradas, y a base de la caracteriza- ci6n, la "humildad excesiva" de Bernardo Vega es, en ocasiones, cuestiona- ble. La comentada escena del capitulo inicial donde Vega se desposee de su reloj de pulsera, ha sido entendida por Juan Flores como simbolo de subyu- gaci6n a los prejuicios culturales.9 Afiade que: "[Bernardo's] arrival in New York without a watch represents a loss or rejection of temporal bonds, of familiarity, of personal and social bearings" (127). Pero Bernardo Vega tendrA una raz6n particular para descartar la prenda: Debi haber Ilegado con un flamante reloj pulsera, pero un compafnero de viaje me asegur6 que esa prenda la usaban s6lo los afeminados en Nueva York. Ya a la vista de la ciudad, cuando el barco penetraba en la bahia, arroj6 el reloj al mar. (25, 6nfasis mio) Su orgullo de hombre, para bien o para mal, se impone sobre lo material. Y con el mismo orgullo con que nos describe sus vestimentas de "cheviot azul marino" y sombrero "borsalino de pajilla italiana" es que Bernardo Vega, a traves de la narrative, mostrarA un desmedido orgullo en ser tabacalero, profesi6n que 61 exalta constantemente, como en el siguiente pasaje: Se dieron otras situaciones poco edificantes. En los apartamentos mas espaciosos de Harlem se estableci6 la costumbre de celebrar fiestas los sAbados y domingos. En este caso no se trataba de simples fiestas familiares, sino que se les cobraba la entrada. Una vez dentro, se explotaba a los asistentes vendiendoles golosinas. Y tambien ocurrian otras cosas igualmente reprobables./ Nada de eso se daba en los hogares de los tabacaleros. (123) Los tabacaleros, dentro de la narrative de Bernardo Vega, constituyen una especie de elite dentro del espectro de la emigraci6n puertorriquefia. El segundo punto de Barradas tambien es questionable si tomamos en con- sideraci6n various events al azar contenidos en la fabula. Por mencionar algu- nos ejemplos, Bernardo Vega salva una fabrica complete al extinguir un incen- dio, descubre y resuelve el misterio de un robo -se sentia "6mulo de Sherlock Holmes," nos dice el narrador- hasta fue pieza clave para la capture de agen- tes Nazis con la preparaci6n de investigaciones para la Censura Postal, donde tambien trabaja directamente con una "jibara maliciosa" que desarrolla un plan de estrategia military para evitar los atentados contra los barcos estado- unidenses. La figure y la experiencia de Bernardo Vega no son prototipicas. Ciertamente, el tercer punto que trae Barradas acierta en el esquema de construcci6n de la obra de Vega. Existe, como en toda pieza literaria, un plan structural que si podria tener la intenci6n de ver el arte al servicio del bien colectivo. La caracterizaci6n que Andreu hace de Vega se sacrifice en el acto narrative por el bien de la totalidad del relato. La magnitude del tiem-