38 FRANCISCO CABANILLAS Miguel Rond6n, se centra en la realidad del barrio a lo largo y a lo ancho del Caribe (incluido el nuevayorquino), estA siempre el deseo del goce liberalizador. De esta manera, el libro de la salsa boricua (como quien dice, dos libros en uno), se suma al deseo de libertad que, en general, marca muchas de las prActicas culturales del Caribe popular. Ahora que, desde el binomio salsa-98, podemos hablar del 98 en terminos de la plenitud de la salsa acad6mica boricua, hay que reparar en esto. Seg6n Rios Avila, la plenitud en El velorio de Oiler, un "ruido" que, entire otros, incluye la m6sica de los que tocan el seis chorreao, estA marcada por tres silencios: el del nifio muerto, el del mendigo y el del lech6n. Asimismo, la plenitud de la salsa acad6mica estA marcada por un silencio que no puede sino resultar escandaloso: en ese grito al unisono que supondria la incidencia en 1998 de los dos libros boricuas de la salsa, fecha en la que se "cerebra" (verbo de Luis Rafael SAnchez) el primer aniversario de lo que Jos6 Luis GonzAlez llam6 La llegada (1980), el diAlogo entire Salsa, sabor y control y Listening to Salsa se quiebra al centro de la detonaci6n, pues, mientras que la political del oido de Aparicio incluye elements de la sociologia tropical, esta excluye la political del oido. La salsa de Quintero Rivera no escucha la de Aparicio. Al centro de la plenitud de la salsa acad6mica boricua, estA ese silencio como una ausencia que necesitamos "cerebrar." jC6mo es possible que la sociologia tropical deje fuera el trabajo que Aparicio ha venido desarrollando desde los noventa sobre la mGsica popular boricua, sobre todo a trav6s de la llamada literature contracan6nica puertorriquefia (por ejemplo, Manuel Ramos Otero, Rosario Ferr6, Ana Lydia Vega) y de la poesia de la diAspora (sobre todo, la de Victor HernAndez Cruz)? Para abordar esta ausencia, que tendria que verse como una carencia de la sociologia tropical, imaginamos tres silencios al centro del rumb6n de Salsa, sabory control. El primer silencio, que imaginamos de indole literaria, tiene dos niveles: uno general y el otro especifico. En cuanto al primero, cabe decir lo obvio: a pesar de que la sociologia tropical no ignora la literature, y de que, ademas, incorpora lo que bien podria considerarse un analisis (poetico) de rima y metrica (325-36), la literature no forma parte, como en el caso de Aparicio, del grueso del analisis de Quintero Rivera. En cuanto al segundo nivel, esto puede decirse sin grandes riesgos: mientras que la sociologia tropical gira alrededor de la literature de Edgardo Rodriguez JuliA -el libro, como nos dice el autor (26-27), se ensay6 primero, frente al piano y con una guitarra, como un diAlogo amistoso entire la sociologia (Anibal Quijano) y la literature (Rodriguez JuliA)- la political del oido se nuclear hacia la literature de Rosario Ferr6. Cabe decir que este primer silencio estA matizado por la literature de Ana Lydia Vega, que ambos sals6manos leen con atenci6n. El segundo silencio, de indole generico-sexual, estA directamente conectado con el primero. En la media en que, a pesar de las critics al machismo, la sociologia tropical gira alrededor de la literature de Rodriguez JuliA, asimismo reivindica una media de la masculinidad y en ocasiones del