ENTIRE EL MACHETAZO Y LA APARICION around in a sense-giving a cristal knowledge to / all creatures, now that it is all here what do we / do. Go with it, back and forth, present it side- / ways, start in the middle, walk with your back for- / ward" (Red Beans 46-47). Ante el soslayo de Puerto Rico en los ajetreos del 98 decimon6nico, la salsa acad6mica resignifica el 98: ahora, ademis de la estrategia de Pedreira y de todas las propuestas que, en Naci6n Postmortem (2002), discute y critical Carlos Pab6n en torno a la manera en que los puertorriquefios han leido 1898, el 98 significa una sociologia tropical y una teoria de la recepci6n. Ante el olvido del (18)98, la plenitud del (19)98; si a Pab6n le interest olvidar la teleologia del 98, para, de ese modo, "desestabilizar y descentrar el metarrelato nacional(ista) que arranca del 98" (277), a la sociologia de la salsa boricua le interest tropicalizar el 98. Como tal, el 98 que resignifica esta sociologia subraya, entire otros concepts importantes, una subjetividad que, desde una especifica manera de asumir el tiempo y ocupar el espacio, ratifica la reciprocidad frente al individualism posesivo de la modernidad. A pesar del apego teleol6gico, la sociologia tropical se cuida del heroismo patricio que critical Pab6n: como plantea Quintero Rivera, la manera de hacer m6sica en el Caribe "reafirma la mis general y, simultaneamente, mas concrete dimension ut6pica: un lugar y un tiempo para compartir la vida" (103). En el fondo, de lo que se trata, como planted Quintero Rivera en el prefacio, es de una political de la alegria. Por eso, en la sociologia tropical, el "sabor" antecede el "control." Si desde la sociologia tropical el 98 se resignifica mediante una political de la alegria, una political que supone que, en la cultural tropical, "la m6sica y el baile antecedieron a los primeros 'discursos'" (Quintero Rivera 14), desde la teoria de la recepci6n que plantea Aparicio, el 98 se resignifica desde el oido. Un tanto (pero nunca en la misma media) en la linea de Jacques Attali, para quien el oldo constitute una economic political much mas important que la de la lectura; "Desde hace veinticinco siglos el saber occidental intent ver el mundo. Todavia no ha comprendido que el mundo no se mira, se oye. No se lee, se escucha" (Attali 11); para Frances Aparicio, escuchar la salsa constitute una political de g6nero, raza, clase y edad mediante la cual, por ejemplo, el sujeto subalterno puede reorganizar el mundo desde sus intereses apremiantes. Lo que esta political del oido plantea, como subray6 Duany en "Despues de la modernidad," es fundamentalmente esto: desde la teoria de la recepci6n boricua no s6lo hay que escuchar la salsa sino que, ademas, hay que escuchar a los que escuchan la salsa (226-27). Como la political de la alegria que defiende la sociologia tropical, la political del oido que plantea Aparicio incide en la posibilidad liberadora del process de escuchar la salsa. En este sentido, los dos libros boricuas de la salsa reafirman una tradici6n establecida en El libro de la salsa (1980), reivindicada en todos los sucesivos libros de la salsa: a saber, que al final del sabor y el control de la salsa, de hecho, de la mIsica popular caribefia en la que viene envuelta la salsa, una musica que, como planted su primer fil6sofo, Cesar