18 MARIBEL ORTIZ MARQUEZ tematica revolucionaria si no caduca "las demands de la universidad y su funci6n educativa de socializar sujetos para el estado."16 Esto nos lleva ne- cesariamente al segundo paradigma que va a servir como element consti- tutivo en las antologias. El segundo paradigma que ha regido la organizaci6n, recopilaci6n y edi- ci6n de textos se relaciona con el caracter continue que se le otorga a esta literature mAs allA de su loci de producci6n. Este paradigma ya se puede documentary en la antologia anteriormente discutida pero se ve fundamen- talmente representado en la colecci6n de Maria Teresa Babin y Stan Steiner Borinquen. An Anthology of Puerto Rican Literature de 1974. Esta antologia comprende una variedad de textos mAs amplia que la de Matilla/Sil6n. En 6sta se agrupan textos narrativos, po6ticos, critics, con la justificaci6n de que "The literature of culture being larger than the literature of the literati, we have included some speeches and articles written by our intellectual political writers" (Borinquen, xxv). Sin embargo, a pesar de la diversidad de textos (tanto en t6rminos de g6nero, autores, como de epo- cas) a todos los afina una misma "stamina taina" que le da continuidad a trav6s de cinco siglos e igualmente, una afioranza por el terrufio islefio que se evidenciaba desde los primeros poetas: 17 The Puerto Rico invented by the writers, the utopia of a Gautier Benitez or a Llor6ns Torres, continues to make its presence known in many of the poets who have lived away from their homeland since the beginning of the twentieth century. (xiii) Si bien podriamos pensar que tal continuidad tematica s6lo aplica a los poetas de la isla de Puerto Rico y no, los de la otra isla nuyorquina, Babin elimina toda sospecha al sefialar que: "the Neo Rican, or self-style Rican, in the United States, the latter represents a continuity of the island heritage" (xxv). La continuidad va a ser el principio rector dado que en la "geografia humana islefia" las diferencias de clase, de educaci6n, de context (urbano o rural) todas han sido obliteradas a favor de una homogeneidad y congenialidad que unifica a todos los puertorriquefios en su "entendimien- to de los mismos signos y las respuestas a las mismas emociones silencio- sas, sus gustos y disgustos por los mismos sabores...." (xiii). Estamos ante un corpus, y una definici6n de la literature puertorriquefia que se reprodu- ce en las pr6ximas antologias.18 El principio de continuidad opera, como ha sefialado la misma editor, obliterando toda diversidad que pueda exhibirse en los textos de la diaspo- ra. MAs afn, elimina la posibilidad de que se establezcan directrices claras en relaci6n a la selecci6n del "corpus." MAs que un intent de definir el "g6nero" como unidad prescriptiva (aunque questionable) o el valor est6tico de los textos (como han argumentado algunos critics en el debate sobre la "aper- tura del canon"), la antologia se fundamental en una categoria ambigua, en