Editorial Gneros iC6mo hablar de los hombres? E ste n6mero especial de El Correo dedicado a los "Gneros" no contiene ningn articulo en cuyo titulo se incluya el sustantivo "hom- bre". No obstante, el hombre, el varn, es el "tema" principal. Cuando hablamos del robo en un nido de injusticias denunciado en Pekin en 1995 durante la Conferencia Mundial de la Mujer de la ONU y que todavia prosigue, l esta alli. Cuando hacemos hincapi en los avances logrados en las legislaciones nacionales e internacionales en material de educacin y de rechazo a la misoginia y a las injusticias contra la mujer, alli esta tambin el hombre. Las leyes a favor de la igualdad de derechos entire los gneros no habrian sido adoptadas en los parlamentos del mundo sin el apoyo de los hombres en los cuales son mayoria. Mujeres y hombres, tanto si stos son partidarios de la igualdad de derechos entire los sexos como si son machistas, se hayan enzarzados en una dialctica permanent. Cuando el uno esta a la luz, el otro esta a la sombra, y las luces slo se perciben porque hay sombras. Cuando hablamos de una injusticia contra la mujer, de la violacin para la obtencin prioritaria de puestos politicos importantes, tambin hablamos de sus autores. Autor o tema, el que "ha cometido la accin". Cuando las mujeres conquistan algunos privilegios, como los altos cargos en la comunidad negra americana o las estudiantes que acumulan mis xitos en la universidad en Jamaica, observamos a la vez el surgimiento de todo tipo de complejos en sus congneres masculinos, que se manifiestan a travs de reacciones machistas, suicides o de desprecio de si mismos. En la pelicula del director Denis Arcand "Las invasiones brbaras", cuya accin transcurre en Qubec, se ilustra bien el hecho de que ese des- concierto de los hombres no se circunscribe a un tipo especifico de sociedad. Por consiguiente, el hombre esta present cuando se trata de la mujer. Elisabeth Badinter, en X Y. Sobre la identidad masculina subraya que el hombre procla- ma continuamente a lo largo de su vida que no es el niflo de su mami, que no es una chica o que no es maricn. Badinter concluye afirmando que "ser un hombre se dice mis fcilmente de forma imperative que indicativa... implica una labor, un esfuerzo que no parece exigirse a la mujer... como si la feminidad fuera natural y la masculinidad debiera adquirirse y pagarse un precio elevado por ella"*. Badinter hace suyas las palabras de Pierre Bourdieu**: "Para ala- bar a un hombre, basta con decirle que es un hom- bre", antes de concluir que "contrariamente a la creencia patriarcal, no son los hombres los primeros referentes de la humanidad, sino las mujeres. Es en relacin con ellas y contra ellas como se definen... Hasta ahora". Hasta ahora. Porque los hombres estn cambiando y se esta gestando una nueva identidad masculina que busca las similitudes con las mujeres en lugar de las diferencias y las oposiciones. No deberiamos olvidar nunca la violencia y el poder de las mujeres consideradas como eternas victimss de la opresin masculina, del otro, los verdugos todopoderosos"*** en una humanidad supuestamente dividida en dos. No luchar contra la misoginia en nombre de la misan- dria. Es una manera de hablar de los hombres. Hegel Goutier Redactorjefe * "El uno es el otro", Ediciones Odile Jacob, afno 1986, pag. 249. ** "La dominacin masculine ", Actas de Investigacin en Ciencias Sociales, nfm. 84, septiembre de 1990, pag. 21. *** "Por mal camino", afno 2003, Ediciones Odile Jacob, pag. 113. EDICIN ESPECIAL N.E. DICIEMBRE 2009