E La necesidad de os 50 anos que conmemora este primer ndmero especial de la nueva edicin del Correo son los de la Union Europea, el arti- fice de la cristalizacin de los suenos de paz y de mejora del bienestar de los pueblos, que tan alto precio y durante tanto tiempo han pagado por la desunion de sus pauses, no solo en Europa, sino en todo el mundo. La Union Europea se ha convertido igualmente en un model de esperanza para todos estos pueblos y pauses. Es probablemente, lo que pensaba Jacques Delors, cuando hablaba de la "necesidad de Europa". La political de desarrollo de Europa es inherente a la Union Europea, no en vano esta integrada en su acta fundacional, el Tratado de Roma. Igualmente inheren- te es la originalidad de esta political, es decir, el aspec- to contractual de sus proyectos de ayuda a sus socios del future, Grupo Africa, Caribe y Pacifico, plasmado ya en el Convenio de Yaund, que precedi a los acuerdos de Lom y Coton. El acuerdo actualmente en vigor, el de Coton, fue possible tras duras negociaciones, como lo las de todos los acuerdos anteriores. Desde su promulgacin, su element mas innovador, la aplicacin progresiva de acuerdos de asociacin econmica que garanticen la mutacin progresiva de un tipo de relacin de ayuda a otro de socios comerciales, ha provocado una agita- cin considerable. Algunos consideran que los AAE que deben entrar en vigor el 1 de enero de 2008 pue- den diluir la naturaleza altruista de las relaciones ACP- UE y conducir a la division del Grupo ACP en regio- nes dispares y aisladas. No es la primera vez que las innovaciones del process Lom-Coton harian saltar a los visionarios catastro- fistas en cuanto al tema del dialogo politico, es decir, de la consideracin de los avances democraticos en la cooperacin, y en cuanto al espacio libre dejado a los nuevos participants, como la sociedad civil y el sec- tor privado, en la cooperacin. Algunos anos mas tarde, los mas circunspectos consi- deran estos logros como elements clave para el res- paldo de la evolucin democratic en numerosos paf- ses ACP. Buena prueba de ello es la relative buena gestion de algunas de las crisis por ambas parties: el ltimo golpe de estado en Fiji, los recientes altercados de Costa de Marfil, la entrada de Cuba en el grupo ACP o la situacin en Zimbabwe. Cada vez mas pauses en vias de desarrollo del mundo suenan mantener con sus colaboradores mas ricos unas relaciones a imagen del model Lom-Coton. El caracter necesario de Europa esta mas que probado. La necesidad de colaboracin ACP-UE se ha converti- do en una realidad, aunque solo sea por la fidelidad de esta cooperacin a su principio basico, la igualdad entire donante y receptor. Una garantia para el future. Hegel Goutier Redactor jefe Grupo de togoleses absortos por el acontecimiento del dia: el Convenio CEE-ACP firmado en Lom en febrero de 1975. C EC Photo Libraiy editorial