i595 -f-fl DCIoakR ESSCSCLOPADICO LE LA MASoSENA NEL fig-la a-qqe mi.fey y mi pais :serian mis patrons; pues .ier y -ei e un li roe digno de uno.y. tro. Me entregar S:;la P;r,,',i:ni.. ia y Adesafiar todas los peligros;" Este pen- sasmiento 'dominatoda :su mida y es l resort de todas sus .aeiones. :Bajo su presion :odia come enemigo macional la revolucion francesa, que no comprende. Nelson -semeja un.guerrero de los tiempos hericos, ,6 un justador de la Edad Media,.que-lleva en su anza el origen de su gloria; 4loria .que por "elrey y la patria," le lleva la muerte so- bre un lecho -de laureles. En 1776 iba en el Worcester, navio de 64 caones, acompaando un convoy destinado Gibraltar. De regre- so fu nrombrado teniente de la fragata Lowestoffe, de 32 .caonea, destinada la India, y que mandaba el capital Locker, convertido desde entonces en uno de sus mas n- timos amigos, y del cual dice el mismo "que le debe el saber ,abordar un barco francs." Ardientemente reco- mendado por l, pas al Bristol, y luego al mando en jefe de un brick-barca en Diciembre do 1778. En 1779 pas dc segundo la fragata Hinchsinbroke, de catorce caones por landa. Con esta hizo una expedion al cabo de Gracias Dios, en la cual corri ,graves :riesgos y perdi much gente. Enfermo nuevamente parti para la Jamaica en 1780, ob- teniendo licencia para volver restablecerse su casa. Vuelto al servicio, se le di el mando del Albemarle, y par- ti para el Bltico; estudiando entonces Ja costa danesa, multiplicando los sondeos y concibiendo la posibilidad de su clebre ataque contra Copenhague, realizado mas tar- de. De all parti con su barco .cruzar por aguas .del Ca- nad. Permaneci en Anebeoh hasta la paz de 1783 (paz de Versalles), y de regreso Europa, pas Paris con su amigo .Macnamara, cuya expedition relata en su Diario. Vuelto Inglaterra tom el mando de la fragata Breas, destinada de apostadero las islas del Viento, donde tuvo sus rdenes al duque de .Clarence, despues Guillermo IV. Con anmtivo de una resolution tomada por el comandante dela-eseuadrasir Ricardo Hughes y su amigo Collingwood, que entonoes era capitan del lfediator, de acuerdo con el el gobernador de las islas, no muy dispuesto cumplir sus resoluciones fundadas en el Acta de navegacion, porque las- timaba bastantesintereses, aquel les dijo "que los viejos.ge- nerales no-estaban acostumbrados pedir consejo ijvenes gentlemen." "Seor., repuso vivamente Nelson, yo soy de la misma edad que el primer ministry de Inglaterra, y me creo tan capaz de mandar un barco, como de ser goberna- dor ,del reino." En su .consecuencia, los pocos dias apres en Nevis cuatro buques americanos .ricamente cargados. En Nevis conoci una viuda jven, hermosa instlruida, so- brina del jefe superior de la isla, y se cas con ella. De regreso Inglaterra tuvo mil sinsabores por las in- trigas de los comerciantes perjudicados consecuencia de su reciente conduct, por .lo que se retire disgustado : su casa. Hasta la guerra contra la Repblica francesa estuvo sin colocacion, merced estos manejos; y en Enero de 1793, y por mediation del duque.de Clarence, obtuvo por fin el mando del Agamenon, navo de 64 caones, con el cual par- ti (para el Mediterrneo con la escuadra del almirante So- rel Hood. Mientras Tolon se entrogaba los ingleses, el Agamenon fua enviado Napoles para protaier la crte borbnica de las tentativas revolucionarias. Nelsoin. fit acoaido como salvador por Carolina y sus .amigos. Lord Hamilton, em- bajador ingls en la crte napolitana, omnipotente.entre aquellos aliados de Inglaterra, y todo un fantico realista, ,al.saber por.Nelson la toma del arsenal de Francia, se en- tusiasm de modo que fu inmediatamente buscar lady Hamilton para presentarla aquel jven del que auguraba ya una gloria,patria:-"Es un oficialillo que no puede presu- mir de guapo, pero que est destinado asombrar algun da al mundo con su heroism y sus victorias. Hlasta hoy jams he dado ,hospitalidad en mi palacio official alguno, ni si- quiera los a'mirantes de nuestras escuadras; pero -me enorgullezco de ofrecer mi casa T Nelson: hacedle preparar las habitaciones que habia dispuestas para el mismo hijo del rey de Inglaterra." Con anenos.se estimula una mujer. A patir de esta poca empieza +1 verdadero Nelson: el hombre que manda escuadras., salva reinos, amedrenta re- voluciones., y que.no sabiendo mandar su corazon, pues el amor, escollo de los grandes espritus, lo fu suyo tambien, cae esclavo . los pis de una modern Teodora que sujeta .al dominador, sin ,caones, pero icon besos. Nelson rec.orr oon paso veloz ,el camino de la esclavitud yde la-gloria. Lady Hamilton, cuyo nombreera Emma,gozaba de fama europea por su esplndida hermosura. Aquella luz,.deslum- br Nelson. Es impossible preecindir de resear a historic de la mujer cuyo funesto influjo cubri de sombras la reputation histi- rica del enamorado mnarino. Salida de la mas humilde condition, pues era hija natural de una criada de tierra de Chester, que lleg mendigando al pas de Galles llevando su hija en los brazos, unos montaeses de Hawarden, admirados d.e la belleza de la madre y su pequeuela, y compadecidos de su miseria, la recogieron. Cuando la chica tuvo doce aos, la pusieron de criada en una casa de aquellos contornos. Alos diez y seis aos sali de la aldeapara servir en Lndres, y algun tiem- po despues estaba de doncella de labor en una casa opu- lenta. All frecuent teatros, puli su educacin, conoci su mrito. Sirvi luego un empresario de teatros, y en la so- ciedad que all conoci perfeccion grandemente su edu- cacion y atractivos. Su vida era, sin embargo, honest. Pero sucedi que el hijo del colono que habia recogido su madre habia sido enganchado como marinero en una matrcula de mar, y embarcado en la escuadra surta en el Tmesis. Emma, solicitada por la hermana del recluta, se present con ella al jefe para implorar la libertad. El almirante, nada neg Emma; pero tambien lo obtuvo todo. Extraida as su condition servil, y abandonada luego fu cayendo desde la opulencia en que su seductor la coloc por lo pronto, sola y abandonada sin recursos en una gran capi- tal, y pas manos de una infame Celestina, y solo la ca- sualidad la salv de ignominiosa suerte, pues aquella mu- jer, admirada de su distinction, la llev que la viese un mdico; de cuyas manos, despues de servir de model distinguidos artists de la poca, pas las de un jven calavera, soLrino de sir Guillermo Hamilton, embajador en Npoles, que vivi con ella algunos aos, nacindoles tres hijos. Nada turbaba la felicidad dc los dos amantes, cuanio su tio, que era soltero, lleg Londres, y se indign de que su herencia pasase los hijos de una aventurera, le rehus su autorizacion para casarse y se neg al pago de sus deudas. Emma fu buscar las plants del orgulloso aristcrata la legitimacion de aquellos amores. Entonces el viejo supo comprender, con su derrota la debilidad de su sobrino. Olvidando su rango y jerarqua compr al jven aquel conjunto de encantos cambio del pago de sus deu- das; y, fuera de s, di su nombre, aunque en secret al principio, aquella vctima de sus propias perfecciones. Conducida por su marido Npoles, adquiri pronto predominio en la crte. Su hermosura hizo igual efecto que habia producido en Inglaterra. Carolina, hija de Mara Teresa, gobernaba el reino. Tenase impuesta una mission, y la cumplia terriblemente, contra la revolution italiana. El temor que las escenas de Paris la habian causado ex- tremaba la irritabilidad de sus enconos femeninos. Vea la ruina de los tronos, y quera que subsistiesen, aunque flotasen sobre sangre. Su hostilidad la revolution francesa era tanto mas en- carnizada, cuanto su impotencia la hacia ser mas precavi- da. Nada valia su furor sin el auxilio de Inglaterra. Por esto el embajador de la Gran-Bretaia era el principal per- sonaje de su crte y el eje de su poltica. Pronto fu fascinada por los atractivos ylos encantosde Emma, que, superior la generalidad de las mujeres, exten- da su imperio su mismo sexo. Mezclse la poltica esta fascinacion, y Emma vino convertirse en confidence de l'a reina, familiar de sus pensamientos y consejera de su poltica. Con estas condiciones se comprende bien la position de Nelson, que reciba el veneno que engendrara el corazon -de la reina, de labios mismos de su omnipotente ylisonjea- da favorite. Arrastrando los intereses de Inglaterra la cadena de los caprichos de Carolina y de la complicidad de la emba- jadora, Nelson vino ser presa de cortesanas maquina- ciones. La escuadrilla de Nelson habia pasado las aguas de Crcega, auxiliar al valiente Paoli, demostrando en Bas- tia el gran marino su tenacidad invencible. En Calvi los cascos de un proyectil le hirieron el rostro dejndole tuer- to. En el ao 1735 una escuadra francesa se encontr frente la inglesa de Lord Hotham, que constaba de quin- ce velas. La lucha se empe y fu de gran dao para la flota republican, lo cual llenaba de satisfaction al almi- rante; pero Nelson deca: "De once velas debimos coger diez, haber cumplido con nuestro deber. "Continu luego la escuadra protegiendo las operaciones del ejrcito austro