MOZ DIccxoa uIO EICICLOPDICO DE LA M sONEBA 576 de Munich, que se dignara admitirle. su servicio, com- prometindose escribirle cuatro peras anuales, y tra- bajar todos los dias en los conciertos de la corte, mediante la nfima retribucion de una onza (80 pesetas) al mes, expe- rimentara el disgusto de ver como el prncipe se negaba acceder tan pzematra exigencia. Oh! A caantas consideraciones se presta este acto tan elevado del Prncipe de Munich! El arte en manos de Haydn y de Mozart se sublima arrcando aclamaciones de en- tusiasmo; as pues, como cosa taT. sublime no tenia precio. La fama y gran renombre a-rttico que Mozart habia adquirido tan legitimamente con su precoz inteligencia imponderable talent, llegaron interesar por ltimo al emperador de Austria, que le nombr conmpositor de la cr- te asignndole, en tal concept, la modest pension de dos mil pesetas anuales: y si bien, en verdad que al dest:no obli- gaba muy poco, el sueldo no podia ser en caujbio mas mez- quino, dado el mrito y las circunstancias extraordinarias del agraciado. "Es much para lo que iago, dijo Mc-i'rt, alre- cibir el nombramiento que agradeci today .a vida, es poco paralo que podra hacer." PeI'o las aficiones del emperIdor no eran para el arte de los sonidos, v hizo aquel nombra- miento, fu debido mas bien -la tigaciones de algunos nobles que le rodeabm onocian y podan cono- cer mejor que l jven compositor, que no su propia i o esto, se comprender que Mozart tuvies ial montona y lnguida. No- ticioso de ello e sia, que aprecialmmejor todo el mrito y vala d gran genio que habia alumbrado con sus destellos tod ma Europa, lo solicit para su crte, ofrecindole, de la manera mas atenta y satisfactoria una honrossimacolocacion, retribuida con unasmil pesetas men- suales. Pero como en el pecho de Mozart latian comps y con igual intensidad, el amor inmenso que sentia por la msica y el que le inspiraba su amada patria; como que senta reconocimiento hcia el emperador por el nombra- miento de compositor c,6n que le habia favorecido y no pesando para nada en aquel gran corazon el inters, con- test al monarca prusiaVo, agradecindole con toda su alma, pero declinando la honrossima distincion con que se dig- naba brindarle. Lleg el aio 1781, y can l se inaugur 1.cIan poca de la carrera artstica de Mo;srt. Cumpli los nte y cinco aos mientras escriba la dwmeniea. Al misrum tiempo, la gran Asociacion de los Fr ncmasones, que Xe reclutaban entire los hombres mas stinguidos ilustra~os de Viena, le admiti en su sen nido solemnemente 4ecibido en la Respetable Logia peranza Coronad4(tiZgekron- ten) .Hffunnung) trajo la mas sincera y frater- nal amistad con ue mas tarde/ debia facili- tarle el librelto de la tada. Segununos apuntes bio ue se publiharon en 1879 en el Boletn Oficial del gr .ente de Francia, de los que estractamos en parte esl lneas, Jahj es el nico de los bigrafos de Mozart qVtha insistido bolre esta par- S ticularidad de la vida del ctlebre msico, tan interesante Scomo poco conocida. Los deas escritore/ se deslizan so- bre este hecho y no hacen e l la menor mencion, ya sea por ignorancia verdadera, -a porque haya entrado en sus designios 1- pasarlo en sileecio. Jahn hace notar cuanto debi herir la imaginacion viva impresionable del ar- tista el carcter misterioso y simblico de la Orden. Bueno, S_ generoso, compasivo, apasionadoporel culto delanaturale- za y dotado de una inteligencia superior que le inducia sondear los problems del destino human, Mozart nio po- dia dejar de comprendeVr- de cumnpir religiosamenite sus deberes de buen francmason.-Por esto se distingui ya desde el primer dia, dando pruebas incesantes de todo aquel celo y bondad de corazon que tanto le cara/cterizaron. Apenas hubo sido recibido, cuando detrmnin-4 su padre hacerse admitir tambien en la misma. Agradecido y apa- sionado por su madre Lgia, compuso para ella los mas notables cantos, en los que no se limit espresar de una manera sencilla y bella el sentido de las palabras, sino que di las notas todo el calor de su fantasa,todaslas nobles y levantadas aspiraciones de un alma conmovida por lo bueno y lo bello y ardiendo de amor por la humanidad. La mayor parte de estos canto; se ejecutan aun hoy dia en muchas Logias masnicas, y muy especialmente en las de Alemania. Su obra pstuma, su canto de cisne, fu la que titul Pequea Cantata asnica, cuya audicion di6 en una de las tenidas de sun Logia, dirigiendo l mismo la eje- cucion, dos dias antes de sentirse atacado de la enferme- dad misteriosa quedet"ia conducirle al sepulcro. A partir de este momento,-tuvo que permanecer algo retrado y alejado de los trabajos activos, para conservar el destino official que desempeaba en la crte, porque despues del rei- nado de Leopoldo II, la Francmasonera se hizo sospechosa la autoridad. La influencia del clero y los temores que inspiraban los sucesos de Francia, motivaron la persecu- cien do la Ord.'. hasta que algun tiempo despues fu pro- hibida en Austria. Pero, sin embargo, nofu esta la ltima production que dedic nuestro genio la Francmasonera, como tendremos occasion de ver mas adelante. Poco tiempo despues de haber ingresado en la gran aso- ciacion, cas con Constancia Weber hija, del clebre au- tor del Obron, de la que tuvo dos hijos que vinieron vivificar iluminar la existencia del ya inmortal maestro. Para tender las necesidades de la familiar, aadia su reducido sueldo de compositor de la crte, el product de un raudal de msica que componia segun los caprichos y las exigenciaSh del mercado. De su mano salian continua- mente, con la niayor facilidad y perfeccion, ora un nmero cua eto de cubrda, ora una sonata para rgano, revesti- da con todas las g alas de su florida imagination; aqu una sinfona grande 'orquesta, en la que se admiraba la va- lenta y novedad de'Ma forma meldica y el profundo cono- cimiento de la alta y' laberntica ciencia del contrapunto y fuga; all una serenata de estructura original engar- zadq.con estrcma profusi Qn con tantas bellezas como no- ta' la componian. En fin: p..ra MAozart todo cuanto se rela- cionara con la msica no tenia ni encontraba impossible; todo lo abarcaba con su potente genio; todo lo dominaba con su incontrastable superioVidad. Durante esta poca, escribi sus mas clebres composiciones, como Las bodas de Figaro, La Clemencia de lito, el Don Juan, David Ipenitente, la flauta encantada, 'I por ltimo los tan cele- bs-ao'oTcuartetos dedicados si querido maestro Fran- cisco Jos Haydn, que coronan taii dignamente la sucesion de lus abras maestras. El dia que se ejecut esta ltima conIposicion, ste, que .asistia en 9ompaia de Leopoldo MJozart la audicion, conmovidc' ante la sublimidad de aque4s inspiradas y elocuentes nbtas que tan solo l po- dia c nprender y apreciar en su j1usto valor, abrazndole con toda efusion deca aquel padre venturoso: "Os decla- "ro aStt Dios y bajo mi f de hombre honrado, que tengo. " vuestre-hijo por el mas-grande de cuantos compositores "haya oi0o hablar. Escribe con gusto ysentiimento y posee "como nadie los conocimientos mas profundos de la com- "posicion." De intent no hemos mencionado entire las grandes-_co-iposiciones citadas el Requiem: esta es una __oJea aparte; es el canto de muerte de Mozart,y no pertene- ce, por decirlo asi, su vida. Pronto tendremos occasion de ocuparnos de ella. Leopoldo lMoart muri en 1787, y esta prdida sumi Amadeo--e un' dolor tan intenso, que su salud se alter profundamente. Una enfermedad del pecho, complicada con una afeccien nerviosa, -ino atormentar aquel deli- cado cue -o.debilitado ya por el exceso de trabajo. Pro- longado imientos venian herir al compositor, y le dejaban a sin movimiento. Pero sobreponindose estos des ientos pasajeros, volvia tomar la pluma y traslad- iginosamente al papel las inspiraciones de fuego que en su cerebro, como si presintiera que la clepsidra de o habia medido ya eltiempo que le que- daba para cons su obra. As es, que ni los pesares, ni los disguistos de fwlia, ni la pobreza, nilas enfermedades, teriamn otra manifestacion fuera de las notas colocadas en la pauta. El cuerpo y el alma hacian abstraccion de todo otro pensamiento que no fuera msica, y llevaba tal ex- tremo s, ntusiasmo artstico que, cuando agobiado por los ints ,--. 'dolores de su enfermedad, no podia asistir al teatro para ver la ejecucion de sus peras, colocaba un re- loj ante si y favor de su memorial portentosa, y siguien- do las mihuteras por los movimientos del director de or- questa, medla-as escenas mas culminantes de su obra, presenciando de esta manera, en su mente, todas las mo- dulaciones y efectos de la partitura. La estraa aventura del Requiema vino aumentar en gran manera la gravedad de sus males. Segun refiri su viuda, se hallaba el compositor trabajando en su partitura de la Flauta mgica, cuando entr un desconocido porta- dor de una carta annima en la que, una persona que que- ria conservar el mas rigoroso incgnito, le rogaba que se encargara de componer una gran misa de Requiem, y que fijara el precio de su trabajo. Al enterarse de esta peticion Mozart experiment desasosiego y permaneci dudoso sin saber qu contestar durante -algunos instantes. Pero, reanimndose seguidamente, acept la oferta; pidi cien escudos cuenta, y aunque sin precisar el da en