557 DIccIONARIo ENCICLOPDICO DE LA MASONERA MON racion del pueblo nos admiren y amen por nuestra extraor- dinaria y universal caridad, y por la novedad de nuestro comportamiento. 2. Acurdense todos de pedir modest y religiosamente el medio de ejercer los ministerios de la Compaa, procu- rando ganarse el afecto, en particular de los eclesisticos y seculares cuya autoridad se necesite. 3. Convendr tambien ir los lugares lejanos, en don- de, despues de manifestadas nuestras necesidades, se recibi- rn las limosnas, por pequeas que sean, las que despues se repartirn entire los pobres, fin de edificar por este medio los que todava no nos conozcan y lograr as que sean aun mas liberals para con nosotros. 4. Procuren todos manifestarse inspirados del mismo espritu y aprendan mostrar unas mismas exterioridades; pues la uniformidad en tanta diversidad de personas edifica los dems: por lo tanto, los que obren de otra manera se separarn de la Compaa como daosos. o. Gurdese, al principio, de comprar fincas; mas si hay proporcion de comprar algunamuy bien situada, hgase ba- jo el nombre prestado de un amigo fiel que guard el se- creto, para que as resalte mas nuestra pobreza; y los bie- nes races vecinos los lugares en que tenemos colegios, asgnense otros colegios apartados; lo que har que los prncipes y magistrados no puedan jams saber con segu- ridad cules son las rentas de la Compaa. 6. No vayan nuestros hermanos, con intencion de fun- dar colegio, mas que las ciudades ricas; pues el fin de nuestra sociedad es imitar N. S. Jesucristo, que se dete- nia siempre mas en Jerusalen y dems ciudades popu- !1 loss, yendo solo de paso por los lugares de poca- conside- i racion. 7. Es menester sacar de la viudas todo el dinero que se pueda, repitindolas con frecuencias nuestra extrema necesidad. 8. Nadie mas que el provincial sabr en cada provincia cuales son sus rentas; pero o lque existed en el tesoro de Roma ser un misterio sagrado. 9. Prediquen y digan por todas parties nuestros herma- nos, que han venido para instruir la juventud y socorrer al pueblo, sin ningun objeto de inters y sin exception de personas, y que, por consiguiente, no son una carga las poblaciones como las dems rdenes religiosas. CAPITULO 11 DE QUE MODO PODRN LOS PADRES DE LA COMPAA AD- QUII1R Y CONSERVAR LA FAMILIARIDAD DE LOS PRINCIPLES, GRANDES Y PERSON.AJES DE ALTO RANGO. 1. Es menester hacer todos los esfuerzos posibles para hacerse rbritos, en todas parties, de las conciencias de los prncipes y personajes de rango, fin de que nadie se atre- va levantarse contra nosotros, antes al contrario, se vean todos en la precision de ser dependientes nuestros. 2. Como la experiencia nos ha enseado que los prn- cipes y grandes seores tienen un particular afecto los eclesisticos, mientras estos disimulan sus acciones odiosas las interpretan favorablemente, como se nota en los ca- samientos que contraen con parientes allegados y en otras cosas semejantes; es menester en tales casos procurar animarlos, hacindoles concebir fciles esperanzas de.lo- grar por medio de nosotros las dispensas del Papa y mani- festndoles que ste las conceder sin duda si se le saben explicar bien las razones, apoyndose en otros casos seme- jantes y explicando los sentimientos de que se hallan posei- dos los interesados bajo pretexto del bien comun y de la mayor honra y gloria de Dios, que es lo que forma el fin de la Compaa. 3. Del mismo modo convene portarse si el prncipe in- tenta hacer algo que no sea del gusto de todos los grades seores; en cuyo caso es menester animarle y procurar persuadir los dems que se conformen y no le contra- digan; sin embargo, esto debe hacerse en trminos genera- les sin descender nunca particularidades; no fuese que si el negocio saliere mal, se imputase despues la Compaa: si empero finalmente la accion es desaprobada, prodz-. canse entonces advertencias contrarias que la prohiban del todo, emplendose para esto la autoridad de algunos pa- dres, quienes pueda asegurarse ser desconocidas tamaas instruccicnes, pudiendo asimismo afirmar, con juramento, que se calumnia abiertamente la Compaa respect lo que se le imputa. 4. Para hacerse bien capaces del carcter inclinacio- nes de los prncipes, convendr sobremanera insinuarse con destreza y por conduct de terceras personas, para desempear por medio de ellas, embajadas honorficas y favorables cerca de los otros principes y reyes, especial- mente del Papa y dems grandes moinarcas. y lograr as hacerrecomendar la Compaa; pero ser menester no des- tinar este objeto mas que personas muy celosas y versa- das en nuestro institute. 5. Conviene muy particularmente grangearse la amistad de los favorites y familiares de los prncipes por medio de algunos regalos y diferentes ejercicios de piedad; pues de este modo podrn ellos instruir fielmente, los hermanos, del gnio inclinaciones de los prncipes y grandes, que podr facilmente la Compaa atemperarse. 6. La experiencia ha acreditado cun ventajoso ha sido para la Compaa el haberse entrometido en los matrimo- nios de la casa de Austria y dems celebrados en otros rei- nos, como en Francia, Polonia, etc., y en diferentes duca- dos: as pues se deben proponer con la mayor prudencia. partidos escogidos. que sean allegados y familiares de los parientes y amigos de nuestros hermanos. 7. Se ganarn las princess por medio de sus camaris- tas, procurando, por lo tanto, mantener estrecha amistad con estas; pues se lograr de esta suerte interiorarse en todo, hasta en las cosas mas recnditas de las families. 8. Para'la direction de la conciencia de los grades, es preciso que sigan nuestros confesores la opinion de aquellos autores que dan mas ensanche ella; porque asi se ir con- tra la opinion de los dems religiosos,' quienes ellos deja- rn, queriendo defender enteramente de nuestra direction y consejos. 9. Es menester hacer partcipes de todos los mritos de la Compaa, tanto los prncipes como los prelados y dems que pueden favorecernos extraordinariamente; em- pero esto debe ser despues de haberles manifestado y en- carecido la importancia de tan gran privilegio. 10. Se debe asimismo insinuar, con today habilidady pru- dencia, el mplio poder que, en comparacion de los dems pastores y religiosos, tiene la Compaa de absolver aun en los casos reservados, y adems, de dispenser en lo tocante ayunos, deudas que se han de satisfacer exigir, impedi- mentos de matrimonios y otras cosas sabidas; todo lo que har que recurran nosotros much gente, cuyas solici- tudes debemos siempre prestarnos gustosos. 11. Tambien conviene invitar los grandes para los sermones, cofradas, arengas, declamaciones, etc.; dedicar- les algunas poesas tsis, y si es necesario, darles algun banquet y obsequiarlos de diversos modos. 12. Convendr procurarse el cuidado de reconciliar los grandes en las enemistades y disensiones que entire ellos se hayan suscitado; pues as conseguiremos entrar poco poco en conocimiento de los que son de su mayor confian- za, y tambien de sus secrets, obligando al mismo tiempo ambas parties hcia nosotros. 13. Si hubiese alguno que no fuese afecto la Compaia y perteneciese al servicio de algun monarca prncipe, se debe poner todo el conato, bien sea pormedio de nosotros, bien valindose de los dems, para grangerselo por amigo y deudo de la misma, echando mano para ello de prome- Ssas, favors procurndole algun ascenso de parte delmo- narca prncipe. 14. Que se ponga el mayor cuidado -en no recomendar cerca de quien fuere ni procurar ascensos los que hayan salido, de cualquier modo que sea, de la Compaa, y so- bremanera aquellos que hayan querido salirse espont- neamente, porque, aunque disimulen, conservan siempre un dio irreconcilable para con ella. 15. Finalmente, que cada cual se esfuerce en conciliar- se el favor de los prncipes, grandes y magistrados delpue- blo que pertenezca, fin de que, cuando se present la occasion, trabajen fiel y enrgicamente en bien nuestro, aun- que para ello se vean precisados ir en contra de sus pa- rientes, allegados y amigos. CAPITULO III CMO DEBE CONDUC1RSE LA COMPAIA CON RESPECT A LOS QUE GOZAN DE GRADE AUTORIDAD EN EL ESTADO Y 1 PESAR DE NO SER RICOS PUEDEN SIN EMBARGO PRESTAR- NOS GRANDES SERVICIOS. 1. Aunque, con discernimiento, pueden estos emplearse para casi todo cuanto nos sea til, conviene, sin embargo, sobre todo hacer valer su favor en contra de nuestros ene- migos. 2. Es menester servirse de su autoridad, prudencia y consejos para aparentar despreciar los bienes, y adquirir empleos que pueda ejercer la Compaa, sirvindose tcita