MIT Diaoioa&mo EENCICLOPDICO DE LA MASOiNERFA 548 cionada raza, sean los de los indios, los persas, los lati- nos, los germanos, los eslavos y los celtas; agregndoles cuando mas las tradiciones del Egipto y de la Asiria. La mitologa griega ha sido lanica que ha gozado el privilegio de atraer durante muchsimo tiempo, las miradas y los fa- vores de la crtica. Los romanos, olvidndose deque tenian una mitologa national, adoptaron la de Grecia, por me- jor decir, adaptaron la suya las tradiciones de aquella. A la ciencia modern, dice un escritor, correspond el ho- nor de haber restituido los ttulos de las diversas mitologas y de haber creado con su comparacion, una rama impor- tantsima de los conocimientos humans bajo el ttulo de mitologa comparada. Los poetas de la Antigedad haban hecho de los mitos la base de sus producciones; pero no se dedicaron estudiarlos lo bastante para distinguirlos y comprenderlos. Los filsofos poco aficionados tener cuenta de los hechos, no se avergonzaron de demostrar la ignorancia absolute en que estaban acerca del sentido y del valor de las tradiciones, cuyo origen se perdia en la noche de los tiempos, y sobre las cuales no existia ningu- na clase de documents. Platon lo evidencia claramente, en estas palabras que pone en boca de Scrates con motivo de las esplicaciones que ya en su tiempo se esforzaban en dar de los antiguos mitos: "En cuanto mi Fedro, opino que estas esplicaciones son sumamente ingeniosas, pero exigen un gran esfuerzo de imaginacion, y colocan al hombre en Ana position estremadamente difcil, porque despues de haber sido sacadas de esta fbula, (la de Boreas y Orythine) se ve uno obligado hacer otro tanto con el mito de los Hipocentauros y con el de las Quimeras: despues se presen- tan una multitud de mnstruos no menos espantosos, como las gorgonas, los pegasos y muchos otros series imposibles y absurdos. Fuera necesario tributar grandes alabanzas al hombre que no creyera en la existencia de estos series, pa- ra dar una esplicacion plausible de ello." Scrates, pues, con la irona que le era peculiar, declara terminantemente que es mas cmodo career que explicar. Ariosto posterior- mente se explicaba tambien en estos trminos: "Una tra- dicion de la mas remota antigedad que nos ha sido trans- mitida bajo el velo de la fbula, nos ensea que los astros son series divinos, y que Dios abarca toda la naturaleza: el resto no es mas que un relato fabuloso inventado para persuadir al vulgo y para servir las leyes y los intereses co- munes. Por esto se da los dioses la forma humana se les represent baio la figure de ciertos animals, sobre lo que existen miles de invenciones referentes estas fbu- las. Si se despoja des u espritu al relato, y si solo se tiene en cuenta la idea de que todas las esencias primeras son otros tantos dioses, llegaremos una explicacion verosmil. As es, que la filosofa y las diversas artes que fueron descubiertas muchas veces, otras tantas volvieron per- derse; y que estas creencias son restos de la antigua sabi- dura que se han conservado hasta nuestros dias. La inva- sion de los cultos del Asia priv los mitos de la Grecia de su primitive pureza, y por consiguiente, de todo aquel prestigio de que antes se vieron rodeados. La crtica dis- greg todas aquellas creencias que aun se mantenian en pi, y las respetuosas reserves de Ariosto, se cambiaron pronto en acerbos y desembozados sarcasmos. "Yo qui- siera, dice Ciceron, hablando de las divinidades patrias, asber quien es este Hrcules quien nosotros tanto adora- mos; porque los que han profundizado estas histories tan poco conocidas, nos aseguran que existen mas de uno y mas de dos. El mas antiguo, el que se bati con Apolo por disputarse el trpode de Delfos, es hijo de Jpiter y de Ly-' site; el segundo Hrcules, es el egipcio, quien se cree hijo del Nilo, y que pasa por ser el autor de las cartas fri- gias; el tercero, por quien se hacen ofrendas fnebres, es uno de los dactilos de Ida; el cuarto, (hijo de Jpiter y As- trea, y hermano de Latona, es honrado particularmente entire los tirios, que pretenden que Cartago es hija suya; el quinto llamado Bel, es adorado en las Indias; el sexto es el nuestro, el hijo de Jpiter y de Alamena; pero de Jpi- ter III, porque ha habido muchos." Los adelantos de nuestro siglo han producido distintos sistemas que condu- cen encontrar la verdadera interpretation que se debe dar los mitos.Uno de los que han alcanzado mas celebri- dad, es el conocido con el nombre de everismo, que lleg imperar en absolute en las escuelas del modern Renaci- miento; pero ste fu destronado por los notables trabajos producidos por el espritu crtico de nuestra poca, que, mas profundo observador y con mayores conocimientos de los fenmenos naturales, ha encontrado la verdadera sig- nificacion de estos nebulosos mitos. "La astronoma y la fbula, dice Dupuisal esplicar las proposiciones fundamen- tales de su sistema, nacidas de una misma fuente pero en distintas pocas, unidas en su march durante muchos si- glos, se dividieron por ltimo en dos ramas, de tal manera que imposibilitaron que las generaciones futures pudiesen llegar conocer nunca ni el punto de su union, ni el de su separation. Unicamente franqueando el espacio de estos siglos, es como podemos ver la astronoma, dando luz la poesa, que vino prestarle su esplendor y sus gracias, y que puebla el Olimpo de dioses. Tal fu, digmoslo as, Sel lujo de la astronoma, y quiz el escollo de su grandeza; las ingeniosas ficciones, agradaron mas que las observacio- nes exactas, y el velo fsico qued olvidado y desconocido, bajo el velo de la complaciente alegoria." Segun este siste- ma, las fbulas de la Antigedad no son mas que las apa- riencias celestes, y los fenmenos de la naturaleza alego- rizados y embellecidos por la poesa. Volney aplic estos principios la teogona de los cristianos, y la filosofa de Locke, y Condillac pudo crear una teora mitolgica, de perfect acuerdo con sus ideas generals. El principio del siglo xix se distingui por una ardiente reaction del esp- ritu religioso: la mitologa naturalista, sucedi la mito- loga simblica, que encontr en Creuzer su mas decidido representante. Mr. Breal, despues de haber relatado el desarrollo y la caida de las escuelas que l llama la escue- la histrica y la escuela alegrica, se esplica con respect la simblica en los siguientes trminos. "La primera vez que las investigaciones mitolgicas se han abordado con perfect conocimiento de su importancia, ha sido en los tiempos modernos. Si se exager la sabidura que imperaba en los primeros tiempos de la humanidad, esta opinion des- truye al menos la hiptesis de la mayor parte de los esp- ritus que pensaban que la mitologa no era mas que una crea- cion impostora de los sacerdotes, una falsificacion de la historic. Por primera vez tambien fu ojeada toda la huma- nidad, su literature desnudada por complete, y sus monu- mentos interrogados con escrupuloso cuidado. El Oriente fu, por tanto, consultado; no ese Oriente incomplete y qui- z apcrifo, visto travs de los libros de los antiguos, sino el Egipto, la Persia, la India, estudiadas en sus monu- mentos autnticos y originales, que empezaban faci!itar sus tesoros." Los resultados de la escuela simblica fraca- saron, porque si bien sus materials eran buenos, sus con- clusiones eran prematuras. El descubrimiento de las verda- deras fuentes de la mitologa indo-europea vino destruir todo el edificio de los anteriores razonamientos. dando origen una nueva ciencia, eminentemente metdica y positive. Mr. Kuhn y los de su escuela, consideran las mitologas, as como las lenguas, como products natura- les del instinto. Segun este sistema, ningun clculo mstico habria presidido el nacimiento de las primitivas religio- nes, ninguna doctrine mas menos profunda y complica- da se habria velado bajo sus smbolos. Los mitos origina- les son simples, y su interpretation no ofrece mas que dificultades intrnsecas debidas la escasez y la oscuri- dad de los documents relacionados con estos, que han llegado hasta nosotros. Sin embargo, con su ayuda los textos son interpretados, y cuando esto no basta, se sabe ya suplirlos encontrando preciosos recursos en la etimolo- ga y en las tradiciones populares. En efecto, la fbula era considerada como el product de la razon y de la fanta- sa. "Si altera profundamente la ciencia y la historic, dice Mr. M. Muller, en cambio su aptitud es maravillosa para conservar los mitos hasta en sus mas pequeos detalles, auxiliada por la poesa. Tal mito figurado capricho por los escritores griegos, apenas respetado por el Rig- Veda se ha conservado, y transmitido intacto en un cuento, en un refrain en una fiesta popular. Porque la poesa es la forma baio la cual las cosas aparecen espontneamente los espritus, que se dan cuenta de todo por ingeniosas me- tforas, que no pueden asimilarse mas que con ideas po- ticas, revistindolas de una forma de la que usan con m- trica musical. Por este procedimiento se asegura las tradiciones una duracion indefinida." Pero Mr. Bread. reconocido hoy como uno de los primeros mitlogos, se opone hasta cierto punto las ideas de Muller. "Durante largo tiempo, dice, la ciencia ha considerado al hombre primitive como un sr aparte y obediente las leyes de las que nada puede darle en equivalencia la modern socie- dad. Tan pronto se le suponia demasiado grosero para acoger una conception que se apartara algun tanto del mundo material, y entonces se crea que la mitologa no era mas que un conjunto de signos destinados hacerle comprensibles estas ideas, como se colocaba la cuna de la sociedad en la poca de la ciencia sacerdotal, y en este caso, las fbulas serian un dbil eco de esta ciencia. Por