- DICCIUNARio ENCICLOPDICO DE LA MASONERA al Occidente, otro al Medioda y el otro al Oriente. Todas estas obras y otras muchas de la misma clase destinadas adornar el interior del Templo, fueron fundidas en una es- planada gredosa situada no lejos del Jordan. Hiram distri- buy los obreros que tenia bajo sus rdenes, en tres cla- ses: Aprendices, Compaeros y Maestros, sealando cada una un salario proporcionado al grado de habilidad que las distinguia. Los Aprendices, se reunian para recibir su paga, enla columnaB.'.;los Compaeros, en la column J.'.; y los Maestros, en la cmara del medio. Quince compaeros, viendo que las obras tocaban su trmino, sin que les hu- biese sido dable alcanzar el grado de Maestro, porque aun no habian cumplido su tiempo, resolvieron arrancar por la fuerza al Maestro Hiram, los signos palabras y toques de este grado, fin de hacerse pasar por, Maestros, en otros paises, y recibir el salario correspondiente tan honrosa clase. Doce de entire los descontentos, reflexionaron las deplorables consecuencias que acarreara esta mala accion, y terminaron por renunciar al designip quehabian formado; pero tres de ellos persistieron,resolviendo violentar al Maes- tro, para obtener la palabra y el signo. Estos tres miserables llamados Hobbhen, Sterk y usterfluth, sabiendo que elMaes- tro iba diariamente al medio dia, hacer sus oraciones en el Templo mientras los obreros descansaban, fueron apostarse, para acecharle, uno en cada una delas tres puer- tas: Sterk, lapuerta del Sud; Austerfluth la del Oeste, y Hobbhen la del Este. As emboscadoslos tres Compaeros, esperaron que Hiranm terminase su plegaria, y se presentase para salir una de dichas puertas. En efecto, nobien lo hubo verificado, cuando se dirigi la puerta del Este en donde se encontr con Hobbhen, que le pidi la palabra de Maestro. Hiram le contest que no podia acceder su de- manda, porque era necesario para ello, que el tiempo de su compaerazgo hubiese sido cumplido, y entnces, si real- mente mereca un aumento de salario, lapalabra aun no po- driaserle confiada, sino en presencia de los reyes de Israel y de Tiro; porque ambos monarcas y l, habian hecho jura- mento de no darla sino enpresenciadelos tres. Desconten- to Hobbhen de esta respuesta, le asest un fuerte golpe en la nuca, con una regla de veinticuatro pulgadas con que se ha- bia armado de antemano. Iiram huy hbcia la puerta del Sud, en donde encontr Sterk, que interceptndole el paso, le hizo la misma demand; irritado porque al igual que su compaero, no pudo obtenerla, le di un violent golpe sobre el corazon con una escuadra de hierro que tenia entire sus manos. Desconcertado con este golpe, Hiram, reuni las pocas fuerzas que le quedaban y se dirigi vaci- lante hcia la puerta del Oeste, tratando de salvarse salien- do por ella, pero se le apareci Austerfluth, quien al igual que sus dos cmplices, le pidi imperiosamente la palabra de Maestro, yviendo que tambien se la negaba terminante- mente, le asest tan terrible golpe sobre la frente con un martillo, que le dejo cadver sus pis. Reunidos los tres asesinos despues del crime, se preguntaron recproca- mente la palabra de maestro: pero como ninguno ha- bia podido conseguirla, desesperados por haber cometido un crime intil, no pensaron ya en otra cosa ms que en hacer desaparecer las seales que pudieran des- cubrirles. Levantaron, pues, el cuerpo de Hiram, le ocul- taron debajo un monton de escombros, y llegada que fu la noche, le sacaron fuera de- Jerusalem y fueron enter- rarle muy lejos sobre la umbre de una montaa. Al dia siguiente, notando con extraeza que Hiram, contra su cos- tumbre, no aparecia ppra inspeccionar los trabajos, no pu- dieron menos los obreros de hacerlo comunicar Salomon, quien inmediatamente realize varias pesquisas que no dieron el menor resultado; pero los doce companeros que habian tomado parte en el primer complot, y que se ha- bian retirado, sospechando la realidad de lo acaecido, re- vistindose del mandil blanco y de los guantes en seal de su inocencia, fueron encontrar Schelomoh (Salomon) y le dieron conocimiento de todo cuanto habia pasado. Salo- mon envi estos doce compaeros en busca del Maestro, prometindoles que les concederia el aumento este gra- do si conseguan realizar con buen xito su mission. Te- miendo que la palabra-no hubiera sido arrancada Hiramn antes de su muerte, si es que realmente hubiese sucumbido violentamente, se convino en que la primera palabra que fuera pronunciada al encontrar su cuerpo, seria en lo suce- sivo la nueva palabra de Maestro. Despues de haber viajado cinco dias sin haber podido descubrir el menor vestigio, los compaeros fueron dar cuenta Salomon de la inutili- dad de sus pesquisas. Entonces este hizo partir nueve maestros, que se esparcieron por la montana siguiendo dis- tintas direcciones, llegando al segundo da sobrela cumbre del monte Lbano, siendo ms afortunados que los compa- eros: en efecto, rendido uno de ellos por la fatiga, despues de una larga carrera, se tendi para descansar sobre un cerrillo, y observ que aquella tierra, al parecer, hacia poco tiempo que habia sido removida; en el mismo instan- te llam sus compaeros y les particip la observacion que acababa de hacer, en vista de lo cual creyeron que de- bian excavar en aquel paraje, y habindolo hecho, descu- brieron un cadver, que presumieron llenos de dolor, debia ser el de Hiram; pero no atrevindose por respeto llevar ms lejos sus indagaciones, cubrieron de nuevo la fosa con la misma tierra que habian sacado, y para reconocer aquel sitio, cortaron una rama de acacia y la plantaron encima, marchando seguidamente para ir dar cuenta Salomon del triste descubrimiento que acababan de hacer. Al ente- rarse ste de semejante nueva, experiment el ms pro- fundo dolor y no dud en career que los restos mortales que se habian encontrado en la fosa, no debian ser otros que los de su gran Arquitecto Hiram-Abi. Dispuso, pues, que los nueve maestros volvieran inmediatamente al lugar en donde los asesinos le habian enterrado, para que pro- cedieran piadosamente la exhumacion del cuerpo y le trasladaran Jerusalem, recomendndoles de nuevo, que procurasen encontrar la palabra de maestro, y de no, que re- cogieran, como habian convenido, las primeras que sepro- nunciaran. Revestidos con sus mandiles y guantes blancos los nueve hermanos, se dirigieron de nuevo al monte Lba- no, y procedieron seguidamente la exhumacion; pero cuando el cadver qued completamente descubierto, no pudieron menos de hacer un signo de horror, porque ha- ciendo ya nueve dias que se habia perpretado el asesinato, el cuerpo se hallaba en plena descomposicion, exclamando todos al mismo tiempo M.'. B.'. la care se separa de los huesos! Uno de ellos prob de levantarlo, tomndole el dedo ndice de la mano derecha, pronunciando la pala- bra B.'., pero el brazo cay inerte lo largo del cuerpo; otro le cogi por el dedo pulgar de la mano derecha, pro- nunciando la palal ra J.'., pero esta tentative no fu ms afortunada que la primera; entonces un tercero cogi la mueca del cadaver formando la garra, pas la mano por encima de la espalda derecha, y lo levant por los cinco puntos-de la maestra diciendo M.'. B.'. La care se separa de los huesos. Salomon tribute magnficas exequias al cad- ver de su querido maestro y le hizo inhumar en el santua- rio, colocando sobre su tumba una placa de oro, triangular, sobre la cual estaba grabada la antigua palabra (ihaouha). Terminada la pompa fnebre, y reanudados de nuevo los trabajos, Salomon no tuvo otro cuidado ms preferente que el de inquirir el paradero de los asesinos de Hiram, para hacerles sufrir un castigo proporcionado al crime que habian perpetrado. La ausencia de los tres compaeros y los instruments de su delito, no dejaron ninguna duda acerca de los culpables; el mayor del os tres, como el ms cri- minal, fu designado especialmente con el infamante nom- bre de Abibalc (parricida). En esto presentse un descono- cido la puerta de palacio, yhabindosehecho introducir en secret cerca del rey, le revel el lugar en donde se habian re- fugiado los malhechores. Salomon no quiso confiar ningun extranjero una comision tan delicada; y convocando du- rante la noche, el Consejo extraordinario de los Maestros, les declar que necesitaba nueve de ellos para una expedi- cion important, que exiga actividad y valor: que conocia su disposition y su celo; que no quera dar preferencia ninguno de ellos; y que por lo tanto la suerte sola, decidi- ria, y el primero quien esta designase seria el jefe de la comitiva. Dispuso, pues, que con los nombres de todos me- tidos dentro de una urna se formara el competent escru- tinio, y habiendo salido el primero el de Johaben, fu este nombrado jefe de la comision, siendo despues designados sucesivamente los otro ocho. Hecho esto, Salomon dispuso que se retiraran todos los maestros, except los nueve Elegi- dos, y encerrndose con ellos en un lugar apartado de los tra- bajos, les comunic el descubrimiento que acababa de hacer por conduct del desconocido; en vista de lo cual, acorda- ron entire si las medidas que debian adoptar para lograr el objeto que se proponan. Los elegidos prestaron jura- mento de vengar la muerte de Tiram; adoptaron por pala- bra de reconocimiento el nombre del ms culpable, y salieron de la ciudad antes de amanecer, fin de no ser vistos de nadie, caminando por mil sendas extraviadas y escabrosas, guiados siempre por el desconocido. Despues de haber andado veinte y siete millas ms all de Jerusa- lem hcia el lado de Joppa, llegaron una caverna inme- diata al mar, llamada la caverna de Ben-Acar (hijo de la esterilidad) lugar estril, donde Abibalc (asesino del pa- HIR