BAB DIccioNxAmo ENCICLOPDICO DE LA MASONBRA 86 d1elEscocismo se represent la cmara del Consejo que Ciro, ey de Persia tenia en aquella ciudad. A Para la disposition topogrfica delBabiloniavase lalmina que acompaa esta pgina. Babilonia fu indudablemente la capital de Nemrod. Sus maros eran de ciento veinte metros de alto y treinta de grueso y estaban flanqueados por dos hileras de torres, una dentro y otra fuera de los muros, habiendo bastante espa- cio entire ellas para que un carro con cuatro caballos pudiera girar fcilmente. Una zanja trinchera ancha y profunda, revestida de ladrillos y llena de agua, rodeaba toda la ciudad y sobre cada uno de los cuatro lados del re- cinto abrianse veinte y seis puertas de bronce macizo. La torre del gran templo de Belo era uno de los monumentos ms notables de la ciudad. Ocho pisos graduados le daban la forma de una pirmide con gradas enormes. En la cum- bre de la torre se elevaba el templo, dominado aun por una plataforma en donde los sacerdotes se entregaban al asiduo studio de las revoluciones celestes, creyendo que la cien- cia era el fin supremo y el coronamiento de las religiones. El templo de Belo aun exista en el segundo siglo de nues- tra era. Un puente, que Quinto Curcio, el historiador de Alejandro, coloca en el nmero de las maravillas del Orien- te, reunia las dos parties de la ciudad, separadas por el Eu- frates, inmensos depsitos recibian y repartian las aguas del rio durante las inundaciones. Voltaire, representndose por medio de la imaginacion estas obras tiles inmensas, prorumpe en frases sublimes de admiracion en su Semira- tis. Toda la Antigedad ha celebrado los jardines suspen- idos de Babilonia, cuya description hace el historiador citado en los trminos que siguen: "La ciudadela, dice, tie- ne veinte estadios de circuit; los cimientos de las torres descienden hasta treinta pis bajo de tierra y la muralla mide ochenta pis de altura. Encima de la ciudadela se ha- llan esos jardines suspendidos, maravilla celebrada por las narraciones de los griegos, igualando su elevacion la cima de las murallas y dndoles un singular encanto la altura y frondosidad de los rboles. Los pilares que sostienen la obra son de piedra; sobre ellos hay capas de piedras cua- dradas para recibir la tierra que en gran cantidad se amon- Lona all, y para el agua con que se la riega; y tal es la fuerza de los rboles que crecen sobre este suelo creado nor el arte, que tienen en su base hasta ocho codos de cir- cunferencia elevndose cincuenta pis de altura y siendo tan riches en frutos, como si estuviesen alimentados por su tierra natural. Ordinariamente el tiempo en su curso des- truye minando sordamente los trabajos de los hombres y hasta las obras de la naturaleza; pero aqu al contrario; es- ta construction gigantesca ligada por las races de tantos arboles y sobrecargada con el peso de tan vasto bosque, dura sin haber sufrido ningun dao: bien es verdad que veinte anchas murallas la sostienen separadas las unas de las otras por un interval de once pis, de tal manera, que en lontananza parecen bosques que coronan las montaas done nacieron. En medio de la desolacion de Babilonia en cuyo territorio no se v ninguna vegetacion, se eleva sobre el lugar de los jardines suspendidos, un rbol que tiene en s todos los caracteres de la mayor vejez; medio desgastado por el tiempo, mostrando solo en la punta de sus ramas una apariencia de vegetation, lo han reconocido los natu- ralistas como perteneciente una clase que no se encuen- tra mas.que en la India y que por consiguiente es estrao al pas. Enormes y macizas baldosas revestidas de pinturas esmaltadas; vastos salones adornados con bajos relieves y cubiertos hasta el techo de inscripciones cuneiformes rela- tivas los acontecimientos contemporneos; casas de tres y cuatro pisos; cincuenta calls paralelas perpendicula- res al Eufrates; campos bastante considerable para ali- mentar los habitantes en tiempo de sitio; y todo este conjunto majestuoso, dominado por el templo de Belo, los 'ardines suspendidos y las murallas, debia ser, segun la his- toria, la ciudad que alaban y admiran sus mismos fundado- res." Daniel, que de prisionero lleg ser ministry, nos ha conservado estas palabras de Nabucedonosor: "Es esta la gran Babilonia de que yo he hecho el asiento de mi impe- rio, que yo he construido con la grandeza de mi poder y el brillo de mi gloria!" La existencia de Babilonia fu larga y gloriosa. Fundada, dice una tradition respectable, por el h- roe Nemrod, especie de Hrcules cazador que sin duda dis- put la Caldea los leones y toros salvajes, fu de muy an- tiguo ocupada por los rabes al menos, por esos pueblos nmadas y pastors que cubrieron hacia la misma poca el norte del Egipto. Belo, rey de Nnive, la conquist, pero sin destruir su prosperidad: al contrario, sus nuevos dueos la embellecieron y la fortificaron. Libre despues de la caida de Sardanpalo, volvi ser la capital de un poderoso re- no; y uno de sus primeros soberanos. Nabonasar. abri la nueva era que lleva su nombre, 747 aos antes de J. C.: y no tard en dominar sola, cuando Nabucodonosor primero gan y destruy Nnive (625 antes de Jesus). Entonaes fn cuando se la di el ttulo de Reina de Orientey morada del Rey de Reyes, mandando la Bactriana, la Armenia, la Me- dia, la Persia, la Fenicia y la Judea. El reyde Persia, Ciro, se apoder de Babilonia despues de un sitio de dos aos enters, por una astucia audaz y hered el titulo de Rey de Beyes. El fu quien primero atent contra la soberbia cia- dad, reduciendo sus murallas la mitad de su altura uno de sus sucesores, Dario, arranc sus puertas de broncedes- pues de una revolution. Alejandro, de vuelta de su expedi- cion laIndia, hizo en ella su entrada triunfal v muri en el moment en que queria hacerla su capital; y poco des- pues, debilitada por la vecindad de Seleucia sobre el Ti- gris, decay rpidamente pareciendo haber estado inhabi- tada desde el primer siglo de nuestra era. Hoy dia, la lla- nura que fu Babilonia, est cubierta, en una extension de diez leguas, de montecillos medio cados y de acueductos y canales casi llenos. Estos escombros estn revueltos y con- fundidos.hasta tal punto, que es menudo impossible reco- nocer el sitio y los lmites justos de sus edificios ms con- siderables. La desolacion reina all en toda su deformidad. Ni una habitacion, ni un campo, ni un arbol. ni una hoja; es un abandon complete del hombre y de la naturaleza. En las cavernas formadas por los derrumbamientos de las antiguas construcciones, habitan tigres, chacales y serpien- tes y menudo el viajero se estremece por el olordel leon. Para conocer el plano de Babilonia, vase, como antes he- mos indicado, la lmina, que adjuntamos. A Nuestro colaborador agrega sobre Babilonia las siguientes frases:- Para terminar reproduciremos lo que dice el historiador Quintb Curcio, que ya hemos mencionado, acerca del ca- rcter, de las costumbres y de la religion de los moradores de esta opulenta ciudad:" No existia nada mas corrompido, dice, que este pueblo; nadie mas sabio en el arte de los placeres y de la voluptuosidad. Los padres y las madres permitian que sus hijas se prostituyeran sus huspedes por dinero, y los maridos no eran menos indulgentes para con sus mujeres. Los strapas y los reyes de toda la Persia no tenan otra diversion que los festines, en los que impe- raban la licencia y la disolucion; pero los babilonios se su- mergian especialmente en la embriaguez y en todos los desrdenes que la acompaan. Las mujeres que asistian estos banquetes, se dirigan ellos, con la apariencia mas recatada y modest, pero apenas habian penetrado en la sala, cambiando sbitamente de aspect, empezaban por despojarse de alguna parte de sus vestidos, que prenda por prenda iban desapareciendo hasta quedar completamente desnudas. Y no eran mujeres pblicas las que se abando- naban de esta manera entregndose tan vergonzosos es- tremos, sino que era costumbre generalizada entire las da- mas de mayor alcurnia, de la que hacan partcipes sus mismas hijas." Los babilonios adoraron en un principio al Sol y la Luna; despues divinizaron Belis Baal. uno de sus reyes. Adoraron tambien Venus bajo el nombre de Mittra, erigindola un magnifico templo, en cuyos alrede- dores se prostituian las mujeres en honor de esta diosa (*). A La historic de Babilonia est ntimamente enlazada con la del pueblo hebreo, desde que los embajadores de su rey Berodach-Baladan se presentaron al rey de JudeaEzequias, en el ao 712 antes de J. C., con cartas y presents. En esta occasion profetiz Isaas la cautividad del pueblo judio en Babilonia, profeca que se cumpli 124 aos despues del reinado de Sedecas (II Reyes, xx, 12-18; xxv). Babilonia, que despues de Nabucodonosor fu& la ci.pital del reino de los caldeos cuando stos destruyeran Nnive y con ella el imperio delos asirios, fu su vez tomada por Ciro, rey de Persia, el ao 538 antes de Jesus, tras una duracion de 70 aos predicha por Jeremas (Daniel, rv. v. 31: Isaias. xvi, 14; xxi, 2; XLVIi, 48; Jeremas, xxv. 121 L: LiI. Dos aos ms tarde, Ciro, rey de Persia, expidi un decreto para que volviesen Jerusalem los judos que Nabucodonosor habia llevado cautivos su clebre capital (Esdras. L etc.: Nehe- mas, u, etc.) Las profecas que se hicieron acerca de Babi- lonia se han cumplido al pi de la letra, y primero los medos y persas, luego los griegos y por ltimo los roma- nos, la devastaron tan completamente. que qued reducida un monton de ruinas, segun se ha dicho ms arriba. A Hubo otra Babilonia en Egipto, 16 kilmetros de Memfis, en el punto de donde parte el canal del Nilo al mar Rojo y que algunos creen estuviera en el sitio que hoy ocupa la ciudad del Cairo. Varios historiadores y gegrafos preten- den que la iglesia de Babilonia de que habla San Pedro en