PULSO DE PUERTO RICO do, la de las bandas y las orquestas, es un acto para el pblico grande y si no se muestra con alguna frecuen- cia no se reconoce la labor que realize. Debieran apa- recer en un nmero de actos sociales durante el ao. Las escuelas privadas de msica ofrecen numerosas audiciones durante el ao. Con frecuencia recibimos alguna invitacin y vemos una nota en la Prensa: de la de Hutchison, en Ponce; de las de Elisa Tavrez, los Figueroa, Rosita de Nin, Jos E. Pedreira, Ana Aida Astol, Elsa Rivera o Alicia Morales en San Juan; la de Ti-Cadilla en Ro Piedras. Esto, sin contar a muchas otras maestras como Irma Isern, Mara Teresa Corts o Pepia Montoto. De la escuela de don Jess y doa Carmen Figueroa salieron sus propios hijos, que luego habran de triun- far en Madrid y Pars y Nueva York; doa Elisa Tavrez, hija del compositor puertorriqueo Tavrez, fu maestra de las pianistas Figueroa y de otras como Hilda Andino, Rosita Escalona o Mara Luisa Muoz; doa Lola Plaza dio los primeros alientos interpreta- tivos a Sanrom; Mara Teresa Corts dirigi a Elias Lpez. Alguien, alguno de esos maestros casi anni- mos, gui los primeros pasos de Hctor Campos-Parsi, hoy da discpulo de Nadia Boulanger; los de Amaury Veray, compositor de much promesa, que como Cam- pos Parsi y Augusto Rodrguez estuvo en el Conserva- torio de Nueva Inglaterra; los de Pade Dueo, quien recientemente se present con xito en el Town Hall de Nueva York.