ENRIQUE A. LAGUERRE corta impunemente una ceiba en Puerto Rico? Que se lo pregunten a los choferes que viajan del oeste hacia San Juan. Ellos levantaron su voz cuando la nueva carretera amenazaba las ceibas de Quebradillas. Y de la ceiba de Ponce no digamos. Es como una madre de amplio regazo. -Para nosotros -dice Ros Rey- el Parque de Bombas tiene una ntima significacin. Era una sala de exhibiciones en la famosa feria de Ponce del Siglo XIX. Los colors me traen recuerdos de familiar. Yo soy la quinta generacin de pintores en la familiar. Para no dejar de haber, hubo hasta santeros. Ya veo que el mural est saturado de recuerdos. So- bre todo esto, est el cielo. Preside Morel Campos. Y la ceiba, siempre la ceiba, equilibrio y fuga a la vez. Hacia el fondo, la llanura poncea, el mar Caribe, mar pirata, mare nostrum, como dira Llorns Torres. Hay ciertos detalles de fina observacin costumbris- ta. La mujer espera a su marido mientras l juega gallos. Espera, pero se mantiene a distancia. As es nuestra campesina, cuando su hombre est ocupado, ya sea en la diversion o en el quehacer. Este mural que adorna la pared de fondo del club de los obreros es sntesis representative de un Ponce que, en fondo, es ms espritu que material. Los sm- bolos parten de la realidad. Ms reales, no pueden ser estos tipos, de tan variadas fisonomas. Pero el mural es, en s, depositario de smbolos. Es que Rafael Ros