PULSO DE PUERTO RICO Hay much unidad en la variedad. Qu es lo que le ha dado espritu a esa tira vital? le pregunto a Ros Rey. --Son recuerdos de la muchachez. Siempre tuve de- seos de aprisionar todo eso en la pintura. Recuerdos del Ponce que no muere, sabes? El Ponce de los juegos y fiestas populares: las Fiestas de Cruz, el car- naval, los gallos... Recuerdo cmo hacan el carna- val, los diablos, los vegigantes, la osa, la loca Maxi- mina -una mujer enmascarada que se empeaba en barrerlo todo-, la muerte en cueros, la mscara tris- te... Son elements de nuestro folklore. Efectivamente, la expresin folklrica es evidence en este mural tan lleno de colorido. Aqu la capacidad para la decoracin de Ros Rey se pone de manifiesto. No puede faltar ese hroe en las justas deportivas. No puede faltar Carabuco, figure del pueblo, unionista, descalzo, con cachimba. Y las Fiestas de Cruz, las ba- teas llenas de dulces con banderitas. En frente de la catedral, la plena, el acorden, las panderetas, el ines- capable flamboyn, el coche. El acorden nos recuerda que Ponce es puerto de mar. La plena se enrosca al espritu de los hombres. Y se hace carne de smbolo en la ceiba humanizada. Es un rbol de contornos feminoides; all est apenas in- sinuado el tiburn del parque, el temporal y la Elena herida, con un seno sangrante. La ceiba da equilibrio a la concepcin artstica. Es rbol puertorriqueo, alto y seero, por quien el pueblo ha dado batallas. Quin