PULSO DE PUERTO RICO ciudad de Toledo sea un vasto museo, ni me sorpren- de El Prado, el Louvre o aquella notable coleccin de arte medieval yugoeslavo que se exhibi en el Pa- lacio Chaillot en Pars en 1950. Ms me sorprendi el de Chapultepec en ciudad de Mxico, tan parecido por sus colecciones a los museos borbnicos de Fran- cia y Espaa, con su recuento de la vida virreinal e imperial del Mxico colonial y el Mxico de Iturbide y Maximiliano. Sobre todo, ms, much ms me im- presionaba el pulcro museo arqueolgico de Morelia, y ms an, el museo tarasco de la Villa de Ptzcuaro en Michoacn. Ptzcuaro es un pueblo de quince mil habitantes, con un enjambre de amplias casas de adobe con enlucido, patios interiores, techos de teja extendidos en aleros; calls empedradas, una docena de templos incluyendo la Baslica de la Virgen de la Salud, y media docena de plazas, alguna de ellas amplia, adornada de cantos rosas y postes tambin de cantos rosas, con altos y corpulentos fresnos y bandadas de urracas parlanchi- nas. Est situado Ptzcuaro en el valle del lago de su nombre, asiento de los primitivos tarascos. Pues bien, en este pueblo de quince mil habitantes hay un exce- lente museo de arte y costumbres tarascos; est en una vieja casa del siglo XVI, fundada por don Vasco de Quiroga. Las colecciones de objetos de barro, las lo- zas, las jcaras, las lacas y las pinturas nativas son notables.