PULSO DE PUERTO RICO mejor obligan la conservacin de vistosos trajes tpi- cos. Fue lo que pude ver en Mxico, en su china po- blana, en su tehuana, en su huare, para mencionar slo unos pocos. Dicen algunos que aqu no hay trajes tpicos. Posi- blemente. Lo cierto es que en todas parties del mundo los llamados trajes tpicos han sido resultado de recrea- ciones. Por qu no en Puerto Rico. Mucho antes de que entire nosotros se pusieran de moda las guayaberas y las guayabanas que nos vinieron de Cuba y de Yucatn, tenamos una prenda de vestir parecida. Algunos de los trajes que vi entire las gitanas de la zambra granadina me hicieron recorder algunos de los trajes que en un tiempo usaban las campesinas nuestras. En alguna de nuestras nuevas fbricas textiles po- dran desarrollarse diseos de Puerto Rico, de nuestra herencia indgena, de nuestro paisaje, de nuestros mo- tivos puertorriqueos. Tal como hacen en Michoacn o en Yucatn. Por ejemplo, el motivo del volcn Pari- cutn apareca en muchos artculos tpicos de Michoacn, en faldas, en artculos de cuero y de arcilla. Los motivos mayas, las ruinas de Chitchen Itz, aparecan en los artculos de fibras y de cuero de Yucatn. Por qu no hacer o estimular algo parecido en Puerto Rico, ahora que nos convertimos en un centro turstico: pensar en otros motivos que no sean la palma o la garita. Tenemos numerosos motivos: la ceiba, la flor de bcar, la orqu- dea silvestre, los bejucos florados, la bugambilia, la pavona.