ENRIQUE A. LAGUERRE De las dems palabras con sambenito, dirigente, di- rectorio, instrumentar, nfasis, son, en el ambiente culto nuestro y de muchas parties del mundo espaol, admisi- bles. No se debe confundir simple y simplicidad con sencillo y sencillez, es cierto; y todava nuestra gente culta pone reparos a lo de tener en mente, provisorio, escutista y estoy ubicado en. La gente aqu habla de escucha en vez de escutista. Eficacia y eficiencia se ro- zan a veces -y hay razn para ello, segn las acep- ciones-, pero no sucede con frecuencia. Tampoco veo que se haya impuesto entire nosotros lo de de inmediato por ahora, pronto o en el acto. Resumiento, de diecisiete vocablos, yo les quitara el sambenito a nueve de ellos, a tono con nuestra rea- lidad lingstica, y aun en lo que respect a alguno de los ocho restantes hay dudas. Alinear vocablos, sin examen y sin studio, para condenarlos no es el mejor mtodo, sobre todo, por una persona que todava no est debidamente enterada de nuestras intenciones co- municativas cuando usamos esas palabras. Es como si se sospechara que alguien es traidor y se le fusilara para luego celebrarle juicio! A una conclusion similar llego, ms o menos, al exa- minar los sambenitos del Profesor Ayala, acusados de leso castellanismo. Aparte de que no es suficiente co- nocer bien un idioma, sino a los dos o ms idiomas que intervienen, en esto de las influencias extranjeras, pre- cisa quitarse uno de la cabeza esa idea absolute y dog- mtica del afeamiento, ya que algunas veces alear