PULSO DE PUERTO RICO deportiva y con el entrenamiento va un haz de reglas que no se abarcan en el concept de preparacin. No veo por qu tenemos que mantener a todo trance las denotaciones de las palabras si las figures y las ana- logas las estn retando sin descanso. Son esos ma- tices de significacin los que enriquecen la lengua de todos los das, la lengua que se estruja en las bocas de las gentes. Si con ello no se comprometen los men- sajes de la convivencia, es decir, si se mantiene una lengua general, no hay por qu alarmarse tanto. Por qu pensar en la lengua como un haz de bo- nitos fonemas, concebidos lricamente, para embobarnos a nosotros mismos y embobar a los dems. En primer lugar hemos de dar al habla un sentido prctico. Ha- blar no es slo pronunciar palabras que mantengan ceidos significados tradicionales o que provoquen su- gestiones estticas. Desde un punto de vista de ver- dadera creacin literaria, ni Valle Incln ni Gabriel Mir son autnticos models. Pero algunas gentes lo screen as, por esa engaosa tradicin del artificio lingstico. Basta echar una ojeada a los manuales y antologas para darse uno cuenta de los models que reiteradamente presentamos a los educandos. La palabra auspiciar es una transformacin verbal de auspicio que quiere decir favor, proteccin, por tanto responded al espritu morfolgico y semntico del idio- ma, con algn ligero matiz diferenciador, en algn caso, tambin dentro de las posibilidades connotadoras del vocablo.