ENRIQUE A. LAGUERRE dadas por autoridades. Pero es que estas autoridades tienen una actitud de menos empaque que la que tienen algunas espaolas, tan amigas de vivir fuera de los tiempos a nombre de la tradicin. No es extrao que uno camine por Espaa y le ha- blen a uno de Carlos V, o Felipe II, como si estos mo- narcas viviesen hoy da. Esa actitud tiene que refle- jarse en el diccionario. En l se reflejan los prejuicios religiosos y polticos, pongamos por caso, que demues- tra que no est hecho con mtodo cientfico. El Webster incluye, asimismo, una historic del idioma ingls, tiene un gua de pronunciacin standard que determinan las personas cultas de todas parties del mundo ingls. Tiene, s, los neologismos aparte. Frente a cerca de 70,000 palabras del diccionario es- paol, el Webster tiene cerca de 400,000. Es un dic- cionario hecho con mtodo, con respaldo especialista heterogneo, vivo, prctico, para la vida de todos los das. Aunque se respete a Shakespeare, este ha dejado de ser rbitro de la lengua modern, como a menudo sucede con Cervantes en Espaa. No es un panten de vocablos ilustres. Sirve a la vida, no a los difuntos. -3- No estoy de acuerdo, en gran parte, con las actitudes lingsticas que en el peridico Universidad han expre- sado los profesores Juan Ramn Jimnez y Francisco Ayala. Vamos a examiner la seccin Palabras por palabras