PULSO DE PUERTO RICO ha de limitarse a las denotaciones; ms bien se decide por las connotaciones. Los cambios semnticos estn siempre a la orden del da y nadie puede evitar que la expresin individual estruje y transform la lengua general. Dice Menndez Pidal en el prlogo del diccio- nario Vox que "el diccionario adems de declarar la propiedad de que depend el significado objetivo del vocablo, debe informar sobre esta otra propiedad que responded a la estimacin afectiva en el que el hablante concibe las representaciones enunciadas". Nada de esto ha de quitar sobriedad a la expresin, a menos que se insist en considerar que la intencin decorative es sinnima de buen decir. Los angloparlan- tes hablan, con razn, de que el espaol es "too flowery". S, demasiada flor de mamey macho, que no da fruto. El ingls va por otro camino. Con esas actitudes puris- tas y decorativas el espaol no ser nunca lo que puede ser el ingls, un idioma verdaderamente international de la vida diaria. Se trabaja demasiado en el mundo para considerar que el hombre sea esclavo de la len- gua, y que se deba parar mientes en la exactitud de los significados y que se deba rechazar algn matiz, senci- llamente porque tiene un saborcillo extranjero; si lo natural de las palabras son las connotaciones, por qu parar mientes en saborcillos extranjeros, si uno encuen- tra, muchas veces, esos supuestos saborcillos en la se- gunda, tercera y cuarta aceptacin que nos da nuestro propio cerrado diccionario? En su prlogo al Vox diferencia Menndez Pidal en- tre el diccionario tesoro -a esta clase pertenecen los