PULSO DE PUERTO RICO noamericanismos. El imperialismo cultural es ms peli- groso que el politico. Y segn tenemos nosotros much que aprender -sobre todo, mantener- de Espaa, Es- paa tambin tiene bastante que aprender de nosotros. La cultural no se ofrece con imposiciones o carantoas pater- nalistas; la cultural, en nuestro mundo de hoy -en un mundo empeado en una saludable tarea de educacin universal y prctica- es una disposicin de intercambio y reciprocidad. En Puerto Rico debiramos former una comisin lingstica -de personas entendidas en diversas ma- terias relacionadas con la lengua- con el fin de sea- lar, objetivamente, qu normas han de determinar el uso del espaol en Puerto Rico; aceptar, s, las impres- cindibles normas generals, pero precisar en lo parti- cular. No es tarea fcil, si se tienen en cuenta las divi- siones entire idealistas y positivistas, gramticos, lin- gistas tradicionalistas. Pero hay que aclarar algunas dudas fonolgicas, lxicas y hasta sintcticas. Fontica- mente, no sabemos a qu atenernos cuando vamos a ensear, por ejemplo, la "s", la "z", la "d", la "ch", la "n". Y como ese, muchos otros casos fonticos, l- xicos y sintcticos. La influencia del ingls, aunque naturalmente preo- cupe, en realidad no es tan grave. En el lxico y en la ortografa es clara esta influencia y puede aislarse. Influencia inglesa en la fontica no la hay; hay alguna influencia semntica -mucho menos de lo que se su- pone- y alguna tambin -la ms peligrosa- en la sintaxis; pero esta es, generalmente, mnima, sin que