PULSO DE PUERTO RICO que tropezamos. S, seor, en algunos aspects nuestra habla es diferente a la castellana, la asturiana, la me- xicana, la argentina, no slo por la simple realidad de que somos puertorriqueos, s tambin por las re- laciones polticas con Estados Unidos. Pero me atrevo a anticipar que esas diferencias no son tan notables co- mo para que un puertorriqueo no se entienda perfec- tamente con un madrileo, un granadino, un mexicano o un habanero. Ningn puertorriqueo tiene dificultad de comuni- cacin en los pases de habla hispana. Yo no la tuve ni en Madrid, ni en Mxico, ni en la Habana y las diferencias eran mnimas. Haba una lengua general que fue siempre comn denominador en nuestras rela- ciones. Ms diferencias notaba yo entire Avila o Madrid y Sevilla o Granada, que entire San Juan y Madrid. Es natural que cada nacin tenga su dialecto o sus dialectos, sus expresiones regionales, y que muestre influencias de las maneras de hablar de las gentes con quienes tenemos relaciones comerciales o polticas. Una realidad irrebatible es que cuarenta aos de ingls como idlioma official lo que consigui fue que se dero- gara esa situacin official y se dejara el espaol en su sitio. Ms an, en mis relaciones durante ao y medio con los mexicanos, por ejemplo. me di cuenta de que los puertorriqueos hemos desarrollado un sentido de defense en lo que respect al espaol, tanto, que no usamos sugestin con ser tan castiza, porque se nos purece a suggestion, y evitamos usar irrigacin porque s," parece a irrigation. Nosotros, pese a lo que de vez