PULSO DE PUERTO RICO tico que hay en espumoso y los prados del cielo o que lo pase por alto, quin sabe, para perseguir la idea fantasiosa y realista a un mismo tiempo de "montar a caballo". Para captar la atencin del nio, la poetisa, maestra, madre y "nia" que hay en Ester pone un "so- najero potico" en manos del chico: la repeticin po- tica -prados del cielo, quien te.. .- y la repeticin onomatopyicamente realista -pacats! A esto hay que agregar el efecto "realista" onoma- topyico y potico del nombre del caballo : Patitaclara! Es decir, Ester engarza el diamante de la poesa sobre una experiencia y una impresin sencillas. Quien oiga recitar Patitaclara! se sentir atrado, en primer pla- no, por las impresiones visuales y auditivas y acaso has- ta tctiles en el adjetivo "espumoso", pero queda siem- pre un sabor de agridulce nostalgia en esa vision supra- rreal que nos sugiere lo de "nubes claras" y sobre todo, "los prados del cielo" repetido -sensacin de ansiedad inefable, zumo potico. No cabe la menor duda de que el nio haba "en- tendido" sin anlisis, sin lgica, y reir, gozoso, ante la situacin entire realista y fantasiosa. Sin abandonar las experiencias bsicas y sencillas, Ester ha conduci- do la mano de su nio, al mundo de la poesa. Ese es el valor artstico que se halla en todos sus versos y de ello ha de percatarse el maestro. Estdiense en esta forma los dems poemas del libro y se ver que la formula de Ester, conciente o inconciente, no falla. En resume, los versos de Ester son, ciertamente, poesa infantil