PULSO DE PUERTO RICO Samuel Luego es sus versos. Es Lares, sierra, raz, viento, ro, lluvia, claridad. Ese tener que aceptar la vida urbana, ha puesto en sus versos una nostalgia in- vencible y es por eso que, pese a su amor por la na- turaleza sin mixtificaciones, con frecuencia exterioriza en sus versos unas fugas mticas, unos deseos irreales, unas alucinaciones extraas y fosforescentes. El Samuel Lugo de las esquinas y las oficinas de San Juan es un prstamo a la ciudad. Lugo no es un escritor, en sentido integral; es ni- camente poeta. Las esencias telricas lo hicieron poeta, tal vez sin proponrselo. No es hombre para alardear de escuelas y de estilos. Es ms bien descuidado, a veces tremendamente descuidado, en su forma. Su vehculo de expresin es, en various casos, deficiente. Pero, no cabe duda, Samuel Lugo posee una enorme intuicin potica. No hace modos, los modos lo hacen a l. No "quiere cantar"; canta. Deja l que su espontaneidad funcione sin tropiezos, aun en los moments en que responded a las seales de algunas influencias, como la de Neruda. Pero, fundamentalmente, es un poeta na- tural. En realidad, las escuelas lo echaran a perder, aunque, la verdad, le hace falta domear un poco esa espontaneidad, en beneficio del arte. A Lugo le obseden los temas aldeanos y campestres. Especialmente los motivos del agua y los pjaros son en l una obsesin; claridad y alas. Y todo, dentro de un lirismo de buena ley. Tiene unos odos perspicaces y unos ojos penetrantes. Basta examiner el primer poe- ma de su libro Yumbra. Yumbra, creacin de su fan-