PULSO DE PUERTO RICO se hizo, pues, de aquel hombre sin corbata y con an- helos estticos que haba en Muoz? se pregunta. En los Breves epistlicos a Proclo se repite la lamen- tacin por las prisiones y hay bastante de antirraciona- lista a pesar de los reconocimientos a la realidad. La vision del pueblo, con su montona burguesa, su tedio, su aburrimento, se ha tratado en versos de Virgilio D!vila, Luis Pals Matos, Edgar Lee Masters y en no- velas como Madame Bovary de Flaubert, es decir, el tema no es nada nuevo; lo que es distinto, otra vez, es el enfoque. Los temas se repiten en todos los autores; la originalidad consiste en la manera particular como sc desarrolla ese tema y, ciertamente, De Diego es bas- tante particular en su manera de tratarlos. Expresiones como "con frasecitas de agua de quina y bergamota", cuando se refiere a los piropos que echa el barbero, dan el ambiente a este pueblo de tipos y sucesos tediosos. Ocho epstolas mostrencas es uno de los ms notables libros que se han publicado en Puerto Rico. Por lo mismo que es una bofetada a la tradicin potica que- rubesca, se captar la mala voluntad de muchos crti- cos, pero es mejor as; ello es seal de distincin.