PULSO DE PUERTO RICO miento. La sencillez y el humor entire juguetn y amargo de Machado no aparece en el poema de De Diego, donde se pone en prctica un estilo tan denso como para abu- rrir sonriendo Otra vez reminiscencias de la Carta de recomendacin al Seor del Universo, de Jose Antonio Dvila, pero, qu distinta manera de tratar el asunto! No tiene la epstola de De Diego la tierna actitud, sencilla, del poema de Dvila. A propsito, cedo ante las reminiscencias de los poemas de Machado y de D- vila, porque, desde un punto de vista artstico e ideo- lgico, esta epstola cargadamente irnica de De Diego, es otra cosa. En ella se plantea, con un tipo -don Mar- celino- abrumadoramente comn, el problema de la duplicidad de personalidades que tanto ha preocupado a los hombres pensantes, Unamuno entire ellos. Cuntos hombres nuestros son sostenedores de la ortodoxia y del statusquo, como don Marcelino, que se repite en la poltica, en el comercio, en la religion institutional! Con la trascendencia del asunto mezcla De Diego una series de actitudes triviales que antes de deprimir su asunto lo hacen ms interesante. Luego, hay en esta epstola un desarrollo temtico a dos plans -como en En el entierro del Conde de Orgaz, como en algn cuadro de Degas, aunque en tono distinto al de estos cuadros-- que hace pensar que De Diego se pone en actitud de tutearse con la muerte y lo que es ms, de burlarse de las actitudes y situaciones graves y solemnes. Y como en otros poemas, lo cultista y lo simplista y vulgar se entremezclan para lograr un total de si es-no es, caracte- rstica de estas epstolas.