ENRIQUE A. LAGUERRE Antes -cuando Pedreira escriba para el peridico- , se hablaba del libro. Haba algn sitio en el peridico -aunque fuese modesto- para el libro. Sitio que, en los das que corren, ha perdido definitivamente. La verdad es que el libro anda en Puerto Rico cada vez ms aco- rralado. Ya apenas tiene tierra donde pararse. Qu ser de nuestra produccin artstica en general con esa guerra explosive y tremenda que le hacen la bola de nudillos o la bola de tirabuzn o el descomunal jonrn? Doy al deported el valor social y de salud que le corresponde. Aplaudo sin reserves los ejemplos de con- vivencia y de sana competencia que da Pont Flores en sus artculos. S que estoy defendiendo en estos moments una causa casi perdida, ya que el libro, la manifestacin artstica y creadora, apenas cuenta para nada entire nosotros, pero tomo partido *. S que se publican muchos libros entire nosotros, pero, quin los lee? Se est concretando la idea de una Biblioteca Popular y la publicacin de libros haratos **. Son mis ms ardientes deseos que estas em- presas triunfen plenamente, que bastante falta nos estn haciendo. Pero al libro le hacen falta entusiastas y desinteresa- dos propagandistas. No basta, por ejemplo, con que Garca Cabrera sacrifique sus horas de descanso para Este trabajo fu dado a conocer pblicamente el 5 de Julio de 1953. Entrado ya 1954, hablara yo con menos pesi- mismo. Ojal que el inters que se manifiesta ahora por el libro puertorriqueio sea permanent. S* Hacia final de 1954 la Biblioteca Popular haba publicado cuatro ttulos.