ENRIQUE A. LAGUERRE cijamos por tan legtimos progress. Para un pueblo que ha tenido siempre preferencia por las tradicionales dis- ciplinas universitarias y que, en la actualidad, va pasando de una cultural totalmente agrcola -insuficiente para sostener con relative decoro a la poblacin- a una cul- tura parcialmente industrial, ese progress de la educa- cin industrial y vocacional es, a mis ojos, el ms nota- ble acontecimiento educativo de sabe Dios cuntos aos. El establecimiento- de fbricas plantea una series de problems sociales: adiestramiento de obreros; conmo- cin social en muchos hogares, en donde siempre hubo servicio domstico barato; expansion de la escuela; una creciente urbanizacin de la Isla, tradicionalmente rural; nuevos matices de la conduct social colectiva. Segn las ltimas estadsticas, el trnsito annual en el aeropuerto metropolitan pasa de medio milln de per- sonas. Personas que van y vienen de aqu a Estados Uni- dos y personas que van y vienen de todas parties del mun- do. Las prcticas migratorias de nuestro pueblo han cre- cido, extraordinariamente, en los ltimos aos. Y la ver- dad es que, junto a la industrializacin, la emigracin su- cede para satisfacer una incontenible urgencia de mejo- ramiento social. Ese no es un problema particular de Puerto Rico. Es problema de todos los pauses del mundo, slo que nosotros somos uno de los pases ms poblados del mundo, que tenemos una economa agrcola pobre, que tradicionalmente le hemos tenido much amor a la educacin y que amamos much nuestra tierra.