PULSO DE PUERTO RICO una vida concebida intelectualmente, de unas ilustra- ciones extemporneas. En Puerto Rico se ha usado mu- cho material de lectura que no responded a las necesi- dades de los alumnos, cuentos y poesas de un mundo que no conocen o de un mundo lejano en el tiempo y en la geografa. Se ha saturado el ambiente de elemen- tos que no encajan dentro de nuestra vida diaria, de blandengueras poticas; se ha confundido el estmulo a la imaginacin con la presentacin de fantasas sin base; los models no son de este mundo, en realidad; las ilus- traciones presentan tipos y situaciones adversaries de los tipos y situaciones de este ambiente. Los nios que van a nuestra escuela pblica son, en su mayora, pobres. Sin embargo, los libros de lectura les deprimen, hablndoles constantemente de prncipes y princess, de aventuras inverosmiles, de tesoros ocultos, de apetitosos manjares. Es como si la educacin tuviera el propsito de provocar hambres para dejarlas insatis- fechas, como si se estuviera estrujando en las caritas ino- centes el privilegio de que han gozado slo unos pocos en la localidad donde viven los nios que asisten a la escuela. Aunque sea a nombre del estimulo imaginative, creo que ese material de lectura es no slo anacrnico y tantlico, sino cruel. Los libros de lectura andan llenos de mitos sobre h- roes reales o imaginados. La vida de todos los das tiene muchos problems inmediatamente apremiantes y reali- dades demasiado inquietantes para gastar tanto dinero