ENRIQUE A. LAGUERRE que evitaran eso". Posiblemente, mi amigo exageraba la nota; las enfermedades a veces se ponen de moda, y la alergia es una de ellas. Di bromas a mi amigo: "Ah, s, ya s. T eres capaz de provocarte lceras para que los dems se convenzan de que eres persona llena de preocupaciones". Pero luego me puse a pensar de cmo la vecindad afecta nuestra vida y de cmo cada uno de nosotros -tambin somos vecinos- afecta la vida de los dems con nuestra conduct. Ni siquiera tenemos que hablar o visitarnos, sino ver la casa del vecino, la forma como usa el espacio en la calle para estacionar su automvil, la manera como se celebran las fiestas en su casa. Convivir es, desde un punto de vista individual, un process dual: cmo lo que hago afecta a mi vecino y cmo lo que mi vecino hace me afecta a m. En estos tiempos de caseros y otras construcciones urbanas, el problema es ms vital. Se establecen caseros para gentes de escasos medios, junto a elegantes urbani- zaciones. Despus de todo, el pas es de todos, y no hay por qu protestar. Pero la responsabilidad del que vive en la barriada elegant se hace ms viva: tener conocimiento de que la educacin no es educacin cuando ella no se compare. Nunca antes haba yo comprendido tan cabalmente la ideas enciclopedistas del Siglo XVIII y la cada de la Bastilla en 1789 hasta que vi los palacios de Ver- salles y pude enterarme de la vida disipada de la no- bleza francesa. No convivan, vivan egostamente. Todo era para ellos: los palacios, la mejor educacin, el arte.