PULSO DE PUERTO RICO los maestros graduaciones sobrias y la supresin de actos que puedan crear sentimientos negativos, respon- de a la tradicin de nuestra escuela pblica. Para nuestra clase media la educacin se ha vuelto una necesidad casi tan indispensable como el respirar, como el alimentarse. Basta cruzar dos palabras con la gente para darse cuenta de ello. Y hace dos o tres decenas de aos que a la mayora del pueblo no ha- ba llegado esta ansia de mejoramiento con carcter de educacin total. Hoy da el ansia va arraigando en las muchedumbres. Conmueve ver cmo el obrero, la r'uchacha de servicio, el mozo de hotel, procuran utili- zar sus horas de descanso para mejorarse socialmente. Conozco infinidad de casos. Hasta las amas de casa estn sintindose en la obligacin de prestar ayuda a sus empleadas. Los mismos maestros son el mejor ejemplo: basta observer cmo se nutren los cursos de verano y los de extension. Aunque todava se le da excesivo predominio al cmo sobre el qu en lo que respect a la prepa- racin del maestro, ya se va en camino de lograr el just equilibrio. Estuve ao y medio en Mxico, relacionado con sus escuelas y con sus maestros, y all no se observa esa ansia de mejoramiento professional en masa, como se observa aqu. Hay, s, casos individuals y de grupos, tal vez, pero no colectivos, como entire nuestros maes- Iros. En el moments actual la falta de profundidad se \e compensada por los propsitos de nivelacin social