ENRIQUE A. LAGUERRE tros monumentos ayudan a comprender mejor nuestra vida de pueblo y nos ayudan a ganar la buena pro en la convivencia international, mejor". Y much ms he dicho, en uno y en otro de esos 104 programs de Puntos de partida. Y Mr. Ronald, que viene a Puerto Rico por vez primera, como turista, me da la razn. Y aunque debemos cumplir el queha- cer puertorriqueo para complacernos a nosotros mis- mos y poder convivir en el mundo, ya que nos he- mos metido en el negocio del turismo, no est dems que tengamos en cuenta a los muchos Mr. Ronalds que nos llegan en busca "de algo nuevo, algo tpica- mente puertorriqueo", expresiones de cultural puer- torriquea en la msica, la pintura, el paisaje, la gente, -tal como desea este cordial Mr. Ronald de la Dakota del Sur. En realidad, aunque conviene conocer y apreciar y aprender lo ajeno, nuestro pas no debe empearse en exhibir lo ajeno. Por bueno que sea eso, no es de nos- otros. Bien que se alterne con lo nuestro, pero que no sea casi lo nico que en algunos sectors se pre- senta. Aplaudo todos esos certmenes de tiempos de Navidad, patrocinados por el Gobierno, pero eso no es suficiente, hay que encauzar el entusiasmo creador ha- cia lo permanent. Creo que entire nosotros en gran parte lo ajeno est bien servido; conviene que nos exa- minemos, que nos estudiemos, que nos ahondemos. Las palabras de Mr. Ronald son una cordial invitacin al cumplimiento de ese quehacer.