PULSO DE PUERTO RICO una viva atraccin turstica. La gente que se dispone a viajar un poco, lejos generalmente, va tras de las co- sas de valor permanent. No sern muchos los que vengan de Estados Unidos a Puerto Rico a ver peleas de gallo, a meters en los clubs, a nadar o a pescar. Aparte de que si se va a ver aqu ms o menos --quin sabe peor- lo que se ve en cualquier otro lugar del continent, pongamos por caso los clubs, para qu ha- cer tan largo viaje. La posibilidad de unos das en el trpico no es suficiente incentive; para eso estn Miami y la Habana. Agregaba yo en dicho trabajo de abril de 1953: "Suplir facilidades de acomodo en las cercanas de sitios como la Parguera, la playa de Luquillo o Ad- juntas y dar a conocer, por medio de la propaganda inteligente, la belleza de estos sitios, ofrecera a los viajeros parte de lo que buscan cuando visitan un pas. Las distancias son cortas en Puerto Rico, tenemos buenas carreteras, y, con el establecimiento de lneas de autobu- ses modernos y baratos, tendramos parte del problema resuelto. "Son muy pocos los choferes que puedan servir de guas entendidos. Podran adiestrarse choferes-guas, per- sonas responsables e inteligentes. Nuestro paisaje es bello y sitios como el Yunque, la playa de Luquillo y la Par- guera no se repiten en todas parties. A cada uno de esos sitios -especialmente la playa de Luquillo y la Parque- ra- les hace falta inters adicional que ha de suplir el hombre, ya que la Naturaleza los trat con sobrada gene- rosidad... Y entraran en los planes del viajero comn.