PULSO DE PUERTO RICO satisfizo la manera como l se enfrent a Campeche y sus circunstancias. Trat siempre el conferenciante de buscar una explicacin a circunstancias que pudieran confundir a los legos, sobre todo si se trataba de deta- lles de la tcnica o el estilo pictrico. Esta es precisamente la labor que debiramos estar cumpliendo en Puerto Rico. Ojal el trabajo de Gon- zlez Garca nos sirviera de modelo para aclarar las vidas y circunstancias de figures como Miguel Henr- que7 ; los msicos Gutirrez, Morel y Tavrez; Rafael Cordero, Baldorioty, Acosta, Hernndez Arvizu, Padre Rufo, Fray Angel de la Concepcin Vzquez, entire mu- chos otros, ya que ello nos dara lo que tanto necesita- mos: sereno orgullo de nuestros hombres de vala y de nuestras circunstancias histricas. No me canso de repetirlo: eso es lo que hay que hacer. Nada ganamos con hacer una edicin ms de una obra de renombre universal. El studio y publica- cin de nuestras obras de cultural estn por hacerse. Esto es lo nico que podra traernos respeto del mundo entero. Qu duda cabe que un Acosta, un Baldorioty, un Amzquita, un Arizmendi, un Zeno Ganda estudiado y su studio publicado, con sus obras si possible, nos dara nombre en los centros de cultural. Y hay que hacer la literature de los Pepe Daz y los Amzquita, como se hace en todos los pases con las hazaias de sus hombres. Me contaba un amigo que l estuvo hablando con un educador americano sobre una revista que se pu- blica en Puerto Rico y que el professor le haba dicho