ENRIQUE A. LAGUERRE literarios se les quitara la expresin terminolgica les sucedera como al rey que se visti con lienzos invis" bles: que se paseara en cueros ante la atencin pblica. Y no pocos acadmicos o aficionados de acadmicos se gozan en soltar terminologas para apabullar a los de- ms que, como en el caso de la dama ya citada, se conforman con abrir la boca y encoger la respiracin. La sencillez y los buenos propsitos sociales son nor- mas de estos trabajos de Pont Flores. Desde un punto de vista lingstico, no puede ser ms director y menos acadmico. No teme a los neologismos, si necesita de ellos y si el pblico lector le entiende. Adems, sacude las mojigateras acadmicas dando categoria de respe- table expresin a humildes y hasta vilipendiados voca- blos de la lengua regional, que despus de todo tan tiles son como los otros, generalmente aceptados. Uti- liza un estilo conversacional y director, con oraciones cortas y rpidas, construyendo escenas vivas y dram- ticas hacia un fin de sorpresa. Y sin abandonar, nunca, el inters human. La evocacin en estas crnicas, por lo mismo que est henchida de sentido familiar y hogareo --como cuando recuerda a sus tas de Aibonito-, da a sus es- critos nuevo inters human. Para lograrlo pone en juego situaciones, costumbres y vocablos, ya semiolvi- dados, pero siempre cargados de emocin. As, por ejemplo, habla l de hacer fieros, como quien se ahoga con gofio, fluses, lavarnos las orejas por la parte de atrs, much potro, nios trajeados con el traje de "ya- lo-sabes-no-te-ensucies", y otras frases por el estilo que