PULSO DE PUERTO RICO ellos son seores todopoderosos que imponen sus ideas a los dems -y todo por la costumbre que los dems tienen de dejarse guiar-. De modo, pues, que hay ca- sos en que el triunfo o el fracaso de una obra depend del estado de nimo de uno de esos seores crticos". "Naturalmente, la mayor parte de las veces su crtica es justamente sincera", sobre todo -agrego ahora- si se tienen en cuenta los patrons de opinion ambientales, que tanta influencia tienen en Nueva York. "Es por eso que un best seller o un show de xito no siempre tienen mrito, ms bien pegan, como decimos aqu por- que responded a gustos, refinados o bastos, segn sea el caso, comunes en el ambiente. El peridico neoyor- quino lleva al pblico, casi automticamente, a los shows. Es realmente extraordinaria la influencia del peridico en este sentido... Y mientras ms peridicos, tanto mejor, porque hay ms variedad de opinion, al menos tericamente. Pobre de Nueva York si algn da slo se guiara por lo que dice el Times en sus muchas secciones... La gente de Nueva York debiera aprender a juzgar las obras por s misma antes de que sigan desapareciendo los peridicos, porque entonces, amigos mos, uno o dos de esos peridicos poderosos van a dominar la vida de esta enorme ciudad". Y agregaba an ms: "Cuando la crtica propende a mecanizarse, como muchas veces sucede en Nueva York, dicha crtica, si es favorable, hace el papel de anuncio. He aqu un extremo peligroso. Sin embargo, en Puerto Rico nos colocamos en el otro extremo: en trminos ge- nerales, nuestros peridicos no dan opinion sobre los