ENRIQUE A. LAGUERRE Lewis, naturalmente, ve nuestra conduct social, como europeo, y hasta se siente halagado por los evidentes sedimentos europeos que tenemos; pero a m me inte- resa nuestra situacin segn la siento en mi carne de puertorriqueo. Siempre, desde luego, es interesante co- nocer los puntos de vista de gente que pasa por aqu; sobre todo, si son bsicamente honrados como estos de Gordon K. Lewis. Vida international A raz de haber sido electo gobernador de Puerto Rico, don Luis Muoz Marn estuvo en Estados Unidos. "Y ahora, qu viene a buscar?" le preguntaron los periodistas. "Nada. Vengo a traer", respondi el go- bernador. Fu un acontecimiento sin precedentes. En- tonces estaba yo en Nueva York y pude darme cuenta de la reaccin favorable unnime que las palabras de Muoz haban causado. Y, s, Muoz Marn vena a arecer los servicios tcnicos y educativos de los puer- torriqueos en beneficio de los estudiantes del Punto IV (ayuda tcnica y educativa a pases poco desarro- llados). Empezaron a llegar a la Isla gentes de todas parties del mundo: de la Amrica Latina, de las Anti- llas vecinas, del cercano y el lejano Oriente. La afluen- cia ininterrumpida de gentes de todos los puntos cardi- nales es un espectculo que ya no llama la atencin entire nosotros. Aqu conviene hacer un parntesis. Unos meses des- pus de haber estado el Gobernador en Estados Uni-