PULSO DE PUERTO RICO En las notas de Lewis hay un haz de observaciones agudas y algunas equivocaciones, que se deben, estas ltimas, a prejuicios del autor; pero en general ello no le quita su fundamental inters. Se notan contra- dicciones, verdades a medias y cierto prejuicio bri- tnico en contra de Estados Unidos, pero, como l seala, es cierto que pasamos por una poca de tran- sicin, de la que muchos puertorriqueos no se dan o no quieren darse cuenta. No creo, sin embargo, que el recorder hechos del rgimen espaol nos d just sentido de la historic, al contrario, carecemos de una consciencia recta de lo que somos; conservamos bas- tantes elements europeos, hasta cierto grado de vani- dad europea; sin embargo, todava no nos parece deso- lada el alma del otro hombre, como en Europa; sabe- mos buscar refugio en la Naturaleza. Hay vivos con- trastes de nuestra vida social; nuestra creacin artstica es deficiente y carece de estmulo; somos algo aldea- nos; no hemos dado a nuestros studios un firme ca- rcter de investigacin. Tambin es cierto que nuestra atmsfera social est cargada de celos y de ira, gene- ralmente reprimidos; que estamos en process de cre- cimento poltico; que el liberalism nuestro es ms efectivo que en el continent, especialmente en lo que concierne a la planificacin social y econmica. Son observaciones bastante perspicaces las que expo- ne Lewis en su artculo Puerto Rico visto por un ingls, y en ese trabajo sobresalen algunas observaciones que nos han estado preocupando much en los ltimos aos.